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Un enfermero, junto al vehículo adaptado para visitar y trasladar a enfermos de Covid-19 de Medina de Rioseco y su comarca. M. G. M.
Coronavirus en Valladolid: centros de salud rurales blindados contra el virus

Centros de salud rurales blindados contra el virus

Los pueblos adaptan sus consultorios médicos a la pandemia, conscientes de la dificultad de cuidar a vecinos en su mayoría de edad avanzada

El Norte

Domingo, 12 de abril 2020, 08:38

El nuevo coronavirus ha puesto a prueba el sistema sanitario y a sus profesionales, que afrontan con entereza la peor crisis en un siglo. Los hospitales urbanos se han transformado para hacer frente al incremento de la demanda, con más camas a disposición de los infectados por el Covid-19 y UCI extendidas. En paralelo, los consultorios de los pueblos de la provincia se han adaptado a la pandemia, con la dificultad añadida de que la mayoría de los habitantes del medio rural son de edad muy avanzada y, por tanto, más vulnerables en caso de contagio.

El principal cambio ha sido que el teléfono se ha convertido en el hilo conductor del grueso de las consultas a los médicos de ambulatorios y centros de salud desde que se decretó el estado de alarma, para reducir el riesgo de la atención presencial. La modificación ha conllevado un descenso de hasta el 70% en las urgencias, según la Gerencia de Salud.

Así ocurre en Peñafiel, donde el objetivo es que la mayor parte de los pacientes sean atendidos por teléfono. El centro de salud de la localidad da servicio a los habitantes de 35 municipios de la zona. A raíz de la situación se han reordenado y aislado espacios y, en el caso de que visitar sus instalaciones sea imprescindible, en un área se trata a quienes presentan afecciones respiratorias o sospechan que pueden estar contagiados, y en una diferente a aquellos con otras patologías. Asimismo se supervisa y refuerza la atención en las residencias de mayores, proveyendo incluso a sus trabajadores de material de protección.

El coordinador del centro de salud de Peñafiel, José Luis Almudí, asegura que «la gente está colaborando muy bien, aunque hemos detectado algo que nos molesta muchísimo, que ha sido responsable de muchos de los casos que hemos tenido aquí: casos importados desde Madrid y otros sitios, de ciudadanos muy irresponsables que han venido cuando ya se planteó el confinamiento». Almudí, que además preside el Colegio Oficial de Médicos de Valladolid, opina que la gestión de la pandemia «marcará un precedente». «Presumíamos de tener uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo y esto nos ha puesto los pies en el suelo. No teníamos el músculo suficiente para resolver una situación tan excepcional, pero teníamos y tenemos los mejores profesionales, sanitarios y no. Si la situación se está solventado poco a poco es en gran parte por su compromiso, dedicación y profesionalidad», sentencia, para añadir que «el sistema sanitario necesita reformas, más financiación, cambios en los modelos de asistencia y un periodo de análisis y reflexión de todos».

Anulación de consultas

En el centro de salud Pisuerga de Arroyo de la Encomienda las consultas presenciales han sido anuladas. «El 90% se atienden telefónicamente, con el fin de evitar acumulación de personas. Muchas de las llamadas son por síntomas de coronavirus. Tratamos de solucionar el caso por teléfono, y si no les hacemos venir al centro de salud para exploración, diagnóstico y tratamiento», explica el coordinador, José Pascual. El complejo tiene asignados más de 20.000 pacientes del propio Arroyo, Ciguñuela, Simancas y Geria, y cuenta con una plantilla de 38 trabajadores de los que trece son médicos de familia, cuatro pediatras y diez enfermeros.

Centro de Salud de Peñafiel y Centro de Salud Pisuerga de Arroyo de la Encomienda. En la última imagen, el Centro de salud de Mota del Marqués, con la caseta destinada al triaje en primer término. A. O. , J. F y L. N.
Imagen principal - Centro de Salud de Peñafiel y Centro de Salud Pisuerga de Arroyo de la Encomienda. En la última imagen, el Centro de salud de Mota del Marqués, con la caseta destinada al triaje en primer término.
Imagen secundaria 1 - Centro de Salud de Peñafiel y Centro de Salud Pisuerga de Arroyo de la Encomienda. En la última imagen, el Centro de salud de Mota del Marqués, con la caseta destinada al triaje en primer término.
Imagen secundaria 2 - Centro de Salud de Peñafiel y Centro de Salud Pisuerga de Arroyo de la Encomienda. En la última imagen, el Centro de salud de Mota del Marqués, con la caseta destinada al triaje en primer término.

Con fin de paliar en la medida de lo posible la extensión del Covid-19, se selecciona a los pacientes en el exterior. Aquellos con problemas respiratorios deben pasar por ventanilla, donde se les proporciona una mascarilla antes de entrar a una consulta específica y recibir el tratamiento correspondiente. El resto de los enfermos siguen el cauce habitual antes de la pandemia. Las curas se siguen haciendo como siempre, mientras que las analíticas se mantienen solo cuando la patología de base lo aconseja.

En el centro de salud Pisuerga han sufrido la baja de una médica, que ya se ha recuperado y ha sido dada de alta tras cumplir el aislamiento domiciliario, incorporándose a su puesto en breve. También ha habido otra profesional aislada de forma preventiva.

Donde también asisten a los pacientes por teléfono es en el centro de salud de Serrada, del que dependen seis municipios y otros dos consultorios pequeños. El gerente de este ambulatorio, Manuel Alba Alonso, destaca que los pacientes siguen recibiendo un trato exquisito de los profesionales, que «todos los días hacen sus llamadas de seguimiento para ver cómo están». A esto se suman las conversaciones a través de aplicaciones de mensajería instantánea y el intercambio de fotografías para ver la evolución de patologías como alergias y otras afecciones, rutinas que se han convertido en el día a día de los médicos de cabecera del medio rural que, además de atender las cuestiones cotidianas, también tienen que hacer frente a los contagiados por el nuevo coronavirus.

Contenedores preparados para la detección a domicilio de posibles positivos por coronavirus. M. G. M.

Ejemplo de ello es la Zona Sanitaria Urbana de Medina del Campo, donde según los datos acumulados desde el 1 de marzo habría 275 enfermos de Covid-19, el 1,31% de las tarjetas de Sacyl. En el denominado Medina del Campo Rural los infectados serían 28, el 0,33% de las tarjetas sanitarias de Ataquines, Bobadilla del Campo, Brahojos de Medina, El Campillo, El Carpio, Cervillego de la Cruz, Fresno el Viejo, Fuente El Sol, Lomoviejo, Moraleja de las Panaderas, Muriel, Nava del Rey, Nueva Villa de las Torres, Pozal de Gallinas, Pozaldez, Ramiro, Rubí de Bracamonta, Rueda, Salvador de Zapardiel, San Pablo de la Moraleja, San Vicente del Palacio, Velascálvaro y Villaverde de Medina.

Colaboración institucional

Desde el Ayuntamiento de Tordesillas recuerdan que Sanidad instó a los vecinos a «no acudir al centro de salud y solicitar consultas telefónicas ante aquellas situaciones que pudieran ser demoradas o no necesitaran atención presencial, teniendo restringida la entrada». La única excepción son los casos urgentes. Asimismo, apuntan que el municipio tiene un servicio de atención domiciliaria para pacientes de Covid-19 con un servicio de transporte de personal sanitario durante cuatro horas que facilita el propio Consistorio.

En Medina de Rioseco el Ayuntamiento también ha puesto a disposición del centro de salud -las 24 horas del día- el vehículo de la Diputación de Valladolid que se utiliza para desplazar a los alumnos del taller ocupacional. Esto supone que el personal municipal está atento para trasladar a los sanitarios a las visitas no urgentes en la propia localidad o en alguno de los doce pueblos que dependen del complejo médico.

Mientras que dos automóviles más pequeños se están usando para atender las citas a domicilio, el microbús municipal se está orientando especialmente a los posibles positivos de coronavirus. Por eso su gran espacio interior se ha divido en tres partes separadas por plásticos, para que las personas que viajen dentro vayan separadas. Cada vez que hay un traslado, los sanitarios entran en el vehículo con los equipos de protección individual que, al terminar, depositan en un contenedor especial. Cuando llegan al centro de salud son desinfectados, al igual que el interior del vehículo, con un pulverizador.

La colaboración tiene un doble sentido, según el alcalde riosecano, David Esteban, ya que el consultorio ayuda a su vez a mejorar la contención del virus en la residencia de ancianos con distintas e importantes medidas. Los sanitarios que trabajan en la localidad destacan con orgullo que el complejo fue pionero en habilitar una consulta separada para enfermos con afecciones respiratorias, antes de que fuera obligatorio, instalada en el centro de fisioterapia.

Caseta de triaje en el exterior

En Mota del Marqués el coordinador del centro de salud, Antonio Ibáñez, indica que lo tienen todo «lo mejor organizado que podemos, dentro de las dificultades». En el exterior del edificio han instalado una caseta de triaje para los enfermos que acuden con síntomas compatibles con la infección. Dentro los profesionales calibran su gravedad y les asignan los recursos necesarios para su tratamiento. «El centro de salud lo dedicamos a los pacientes que a priori no son sospechosos de contagio. Así lo tenemos bien diferenciado», explica Ibáñez.

Quienes se determina que son casos positivos leves son enviados a casa, y los graves se derivan al hospital. En cuanto a la incidencia de coronavirus en la comarca, el coordinador del consultorio motano señala que «es la esperada en una población rural relativamente aislada». «Empiezan a aparecer casos, pero no es una situación que nos desborde», dice.

Al igual que el resto de profesionales de la salud, este médico insiste en recordar a la población que «debe permanecer en sus domicilios, lavarse las manos frecuentemente y cuando haya en la vivienda un sospechoso de contagio, que se mantenga aislado».

El método de trabajo en el centro de salud de Portillo, con un equipo de 28 personas, también ha cambiado radicalmente. Han dividido el consultorio para separar a los que parecen contagiados del resto, pero «no dejamos a nadie sin atender, ya sea a través de consultas normales, telefónicas o de respiratorio. Estamos muy pendientes con un seguimiento telefónico diario de quienes muestran síntomas y continuamos atendiendo urgencias porque los ictus, infartos o traumatismos siguen. Y nos implicamos de forma prioritaria con las residencias de mayores de la zona», relata la coordinadora, Mercedes Coloma.

Tudela de Duero trabaja de forma similar, separando a los pacientes con síntomas respiratorios de los que acuden por dolencias comunes. En Traspinedo los consultorios siguen abiertos ante la elevada cantidad de tarjetas que le corresponden pero Esther Bahillo, médico en ambos, explica que ante una sospecha de Covid-19 «el método principalmente es la vía telefónica y luego el desplazamiento a los domicilios», y resalta que, sea de una manera o de otra, «todo el mundo es atendido».

Información elaborada con textos de Agapito Ojosnegros, Jota de la Fuente, Patricia González, Miguel G. Marbán, Laura Negro, Sofía Fernández y Cruz Catalina.

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