Félix, Antonio y Ángela, familiares lejanos de Matías, junto al 'stolpersteine' en su memoria. Patricia González

Castronuño recupera la memoria del preso número 3.523 del campo de Mauthausen

El municipio rinde homenaje a Matías Rodríguez, que murió en 1941 tras ser deportado a Austria, a las puertas de la casa en la que nació

Patricia González

Castronuño

Jueves, 14 de abril 2022, 19:33

Matías Rodríguez Baraja (Castronuño, 1903-Gusen Austria, 1941) huyó del avance de las tropas franquistas junto a su mujer e hijo y, al igual que otros 9.300 españoles, acabó siendo detenido por el ejército nazi en 1941 e internado como prisionero de guerra en ... diversos campos de concentración. Primero ingresó en Trier (Alemania) y después, junto a 774 compatriotas, fue derivado a Mauthausen (Austria). Registrado con el número 3.523 y marcado con el triángulo azul con S mayúscula, el prisionero vallisoletano fue enviado en febrero de 1941 al subcampo de Gusen (Austria), denominado el 'Matadero'. Allí permaneció diez meses, hasta que el 11 de noviembre de 1941, a las 7:23 horas, falleció de una insuficiencia mitral, según consta en los documentos intervenidos posteriormente al régimen nazi. Cuatro días después, y con tan solo 38 años, sus restos fueron reducidos a cenizas. Su memoria, sepultada por la historia, ha regresado este sábado a su pueblo natal, en forma de un simbólico 'stolpersteine', un pequeño adoquín de latón obra del artista alemán Gunter Demning, que fue colocado en su recuerdo a las puertas de la que fuera su casa, que abandonó en 1922 camino de tierras gallegas.

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Matías Rodríguez Baraja, cuya memoria ha sido recuperada gracias al trabajo de investigación de la historiadora y escritora María Torres Celada, descansará ahora «de manera simbólica» en su pueblo, Castronuño. «Este homenaje es un alegato por la paz, la vida y la democracia y un canto contra las guerras de antes y las de ahora», aseguró el alcalde del municipio, Enrique Seoane, quien quiso agradecer a la Fundación Gunter Demning su «encomiable labor para recuperar la memoria de todas las víctimas del nazismo». Por su parte, la historiadora María Torres Celada destacó la unanimidad de la corporación local para solicitar el 'stolperstein' y aseguró que «ahora regresa a casa (en alusión a Matías) convertido en piedra de memoria para que nos tropecemos una y otra vez con su historia y su recuerdo perdure por siempre».

Detalle del 'stolpersteine' colocado ante la casa natal de Matías Rodríguez Baraja. Patricia González

En el acto de colocación del primer 'stolperstein' llegado a la provincia, que sufrió la pérdida de 33 vallisoletanos en los campos nazis, estuvieron algunos familiares lejanos de Matías, como Félix, Antonio y Ángela Baraja, quienes recordaron con tristeza junto a la historiadora algunos de los pasajes más triste de la vida familiar de este castronuñero, cuya memoria, en palabras de Torres Celada, «quedó diluida entre pretéritos recuerdos familiares y la desmemoria colectiva que impusieron los vencedores de la Guerra Civil». La dictadura, añadió «le desterró al olvido y la transición cubrió su lucha y su muerte con un velo de indiferencia».

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