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Carmen Sánchez, la artesana tudelana que elabora flores de papel para escaparates de todo el mundoTras mudarse a Tudela de Duero hace cinco años, la madrileña Carmen Sánchez dio comienzo a un proyecto que le ha hecho codearse con grandes marcas. Restauradora de escultura, y amante de las manualidades, abrió en 2019 su taller Nikua, centrado en la artesanía botánica ... en papel y tela. Su nombre, un juego de letras derivado de las palabras japonesas 'niwa' (jardín) y 'kami' (papel), le ha abierto unas puertas que quizá no se hubiera imaginado alcanzar.
Aunque a día de hoy se centra en elaborar flores de papel para escaparates de todo el mundo, sus orígenes no fueron esos. «Hubo una temporada que se pusieron de moda las coronas de flores y los tocados. Empecé haciendo recogidos para mis amigas y para la peluquera de mi barrio», explica la artista. Una vez registró su marca, Sánchez dio un pequeño salto en su trayectoria y comenzó a enfocarse en las bodas. Pero con la llegada de la pandemia estas celebraciones se vieron paralizadas, teniendo que cancelar todos sus encargos. Sin embargo, rápidamente comenzaron a llegarle propuesta de trabajos de diseñadores de interiores y floristas que necesitaban determinadas flores, fuera de temporada, para fotografiar sus productos.
Así, llegó su colaboración con DelPozo; una icónica marca de moda española fundada en los años 70 por Jesús del Pozo, caracterizada por su diseño conceptual. Y no solo sería su primer proyecto importante, sino que sus piezas cruzarían fronteras y llegarían hasta las calles de Chelsea (Londres). Con motivo del 'Chelsea in Bloom', Sánchez creo unas pequeñas magnolias, una versión de cosmos y unas ramas de hojas en tonos blancos que decoraron una elegantes ramas de árbol. «Fue muy emocionante», asegura.
Tras este, sus diseños viajaron hasta Sevilla, de la mano de Violeta Gladstone para campaña de agua floral de Victorio y Lucchino. «Siempre va a dar más visibilidad una marca grande y llamativa», pues «es una manera de reconocer tu trabajo», menciona. Pero estas dos firmas no son las únicas con las que ha colaborado, sino también con Ofelia Home Decor y con Francisco Segarra.
No solamente se dedica a la parte decorativa, sino también a la divulgativa. «Ahora he hecho un proyecto comunicativo con dos biólogas, con Iara Chapuis y Jessica Rivas, para la Universidad Politécnica de Cartagena. He hecho una réplica de una jara en peligro de extinción para una muestra itinerante», detalla la artesana. «También hago colaboraciones con una empresa de retail que se llama Acierta, pero son anónimas. Formo parte de un proyecto y he trabajado para escaparates en París y en Londres», añade.
Aunque trabajar para negocios grandes es una gran oportunidad para ella, muchas veces disfruta más una propuesta pequeña, pues cerciora ser «fascinantes». «Las marcas grandes van más atropelladas, tienen otros tiempos. Con las pequeñas se puede respetar más los tiempos de la artesanía», explica. Las flores de papel «no tienen atajo» y hay que dedicarles horas para «transmitir el alma de la planta».
Para su elaboración, Sánchez se inspira en la naturaleza, pero sobre todo en la literatura. «Leo mucho de botánica y acudo a los libros de ilustración», indica. Desde el primer momento en que una sugerencia de colaboración entra en su correo electrónico, Carmen se pone manos a la obra para sacarla adelante. Desde pensar la forma que va a dar ese proyecto, estudiar la planta, cómo la va a interpretar, el estilo que la dará y los tamaños, hasta la búsqueda de los materiales idóneos que ofrezcan naturalismo a su pieza. «Depende de las texturas que quieras conseguir, o de las sensaciones, si quieres una flor más delicada o más contundente, hay que elegir un papel u otro», expresa.
Y es que su mirada «botánica sin ser científica», enriquece mucho sus trabajos. «Como buena virgo tiendo al detalle y al realismo. Mi estilo es versátil como el papel y transmito mi personalidad, sin quererlo, en las piezas que elaboro», manifiesta. El feedback del cliente, hasta la fecha, siempre ha sido positivo. «Me dicen que mi obra es delicada, que a la hora de interpretar las flores traslado delicadeza en las piezas», puntúa.
Además, Sánchez cerciora tener «una virtud» en su trabajo; y es «entender bien al cliente y sus estilos». «Siempre comparto los procesos con ellos para evitar sorpresas finales. Según voy avanzando voy enseñándoles el proyecto y poniéndolo en común, porque la idea que tenga él, y la que tenga yo, puede no ser la misma», comenta. Sin embargo, Carmen disfruta el «reto» de trabajar conjuntamente y materializar la idea que le traslada el artista. «Yo añado cosas para avanzar juntos e ir creciendo. Todo eso me enriquece y es muy inspirador», señala.
Aunque estos meses estivales sean flojos de producción, Sánchez ya se encuentra preparando sus próximos proyectos. Entre ellos, un nuevo escaparate para la joyería Montiel en Pamplona; quienes ya lucen uno de sus diseños. «Se jubilan en breves y haremos algo especial», adelanta. Además, tiene pendiente una colaboración con una artista americana de Chicago, dos o tres encargos personales, y varias propuestas «muy chulas» que aún no puede contar. Pero, sin duda, su «locura» comenzará a partir del mes de octubre con la llegada de la campaña de Navidad; un «pico» en su trabajo que también se repite entre los meses de marzo y junio, con la llegada del verano.
Además, Sánchez se encuentra preparando sus clases de flores de papel en el Centro Regional de Artesanía de Castilla y León. Un curso «pionero» que arrancó en 2023 y que volverá a repetirse este año. En él, los participantes tendrán la oportunidad de conocer desde cero todas las flores, pero con una base profesional.
Nikua no ha hecho más que despegar, y su gerente espera que el taller no solo continúe durante mucho tiempo, sino que también «sea viable». «Una cosa es que seas buen diseñador o buen creativo, y otra cosa muy distinta es que lo que tu creas se pueda vender», expresa. La artesanía es un «sector muy complicado» y precisa de «mucho esfuerzo y mucha dedicación», algo que Carmen está dispuesta a dar.
Su objetivo a largo plazo es colaborar con más biólogos y botánicos, para realizar proyectos divulgativos; además de trabajar con diseñadores de interiores. Con su artesanía, Sánchez intenta transmitir la belleza de la naturaleza a través de piezas que no son tan efímeras como son las propias plantas reales. Y aunque los escaparates le atraigan, tienen un grado de impermanencia. «Me gusta más crear una pieza que permanezca, sobre todo porque lleva mucho tiempo», asegura.
«Me gustan que mis elaboraciones generen armonía y paz. Si están en un espacio, y forman parte de un proyecto de un diseñador o de un arquitecto, el cual quiere crear una sensación concreta, si yo he conseguido transmitir eso, me satisface mucho», expresa.
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