Valladolid

Carlos Garrote se jubila haciendo roscones de Reyes en verano «para los vecinos de Portillo»

Así que roscones de Reyes en pleno julio. Esta ha sido la forma elegida por Carlos Garrote para despedirse de su «laboratorio particular»: Confitería Garrote. Tras 68 años de historia, el confitero conocido por sus mantecados de Portillo baja la persiana «sin relevo generacional», pero con alegría ante una merecida jubilación. «Mis hijos están trabajando de los que han estudiado, ambos ingenieros, y echo el cierre sabiendo que tienen un buen futuro y eso me tranquiliza», confiesa el confitero, quien añade: «Me considero joven, cumplo 65 años el 20 de agosto, pero no quiero seguir trabajando. Quiero ser como los demás y disfrutar de mi jubilación cuando toca».

La historia de Confitería Garrote se remonta al año 1956, cuando Vitorino Garrote y Rufina Sanmartín, padre y madre de Carlos Garrote, comenzaron con la confitería. «Antes fueron solo panaderos, pero en el año 1956 comenzaron con los productos típicos de Portillo. Elaboraban mantecados, pastas, ciegas y amarguillos», confiesa el hijo, que asegura haber «nacido entre harinas». No fue hasta el año 1970 cuando sus padres comenzaron con el mundo de la repostería a hacer pasteles, bollos y tartas. «Yo llevo 38 años como titular de la empresa y otros muchos antes como autónomo. Mi hermano estuvo trabajando conmigo aquí durante 25 años y se jubiló hace 8 porque es más mayor que yo», específica.

Una vida dedicada a la confitería y repostería que se ha visto premiada con innumerables reconocimientos, pero «el más importante es el cariño y fidelidad de los clientes que me han acompañado durante todos estos años». A ellos les dedica estos últimos meses de trabajo atendiendo peticiones tan particulares como la elaboración de roscones de Reyes en pleno verano. «Hemos llegado a hacer más de 1.100 roscones de Reyes en Navidades cuando trabajaba mi hermano conmigo. Desde que se fue y nos quedamos mi mujer y yo solo atendíamos unos 350 encargados porque las manos dan de sí lo que dan», recuerda con nostalgia Carlos Garrote.

«Voy a hacer roscones hasta el jueves que viene bajo encargo y por petición popular de los clientes. Si alguno se empeña en que quiere roscón más tarde me temo que no va a ser posible porque no voy a tener materia prima. Estoy haciendo cálculos para que el 20 de agosto me sobre lo mínimo», explica el confitero.

En tantos años de profesión, Carlos Garrote ha sido testigo de como ha evolucionado todo el mundo de la repostería: «Es alucinante el tema del precio de la materia prima actualmente. La harina y la manteca ha incrementado en un cien por cien su precio respecto a hace dos años. El aceite, ni hablamos. También han cambiado mucho las exigencias burocráticas y el papeleo».

Si de algo presume orgullo Carlos Garrote es de haber conseguido grandes innovaciones en el mundo de la repostería de Portillo. «Somos la única confitería que ha conseguido transformar el mantecado de Portillo en una tarta de 'mousse' manteniendo el sabor del mantecado blanco», confiesa. «Tengo más de treinta referencias de productos en la confitería y este ha sido mi laboratorio de creación», confiesa Carlos Garrote, en referencia a su obrador y tienda, que se ubica justo debajo de su casa. El próximo 20 de agosto bajará la persiana. Adiós a 68 años de historia.