Secciones
Servicios
Destacamos
sofía fernández
Domingo, 2 de agosto 2020, 09:22
'Se alquila bar por un euro al mes'. Parece casi un chiste, una publicidad que muchos tacharían de engañosa, un gancho que podría esconder letra pequeña, pero nada más lejos de la realidad. Esta es la oferta, sin trampa ni cartón, que el equipo ... de gobierno de la pequeña localidad vallisoletana de Camporredondo llevó a cabo hace unos meses y que va a permitir que, en breve, el pueblo vuelva a contar con un punto de encuentro tan importante como lo es para todos sus vecinos, el bar.
Hace dos años que el municipio vio cómo el único establecimiento de hostelería con el que contaba el pueblo echaba el cierre tras la jubilación de sus dueños, desapareciendo así el principal centro de convivencia de Camporredondo, que cuenta actualmente con unos 162 vecinos censados. El Ayuntamiento tuvo claro desde entonces que había que hacer algo para ofrecer a sus habitantes una alternativa de ocio y convivencia que diera algo de vida al pueblo, que como muchas localidades de la provincia luchan por no perder servicios esenciales y, por consiguiente, población. A Javier Izquierdo y Jesús García, alcalde y teniente de alcalde, respectivamente, se les ocurrió una original forma de dar continuidad al ocio en el pueblo, proponer un alquiler por un coste irrisorio, un euro al mes.
«Tras el cierre por jubilación hubo un periodo en el que no contábamos con bar, se nos ocurrió poner un anuncio en El Norte de Castilla para atraer a los interesados a esta oferta. Por entonces, era diciembre y nos contactó una persona que en principio estaba interesada, pero el bar aún no estaba terminado y al final no se llegó a nada», explica Jesús García, uno de los promotores de esta original iniciativa.
Como ha sucedido a todos los niveles en los últimos meses, el coronavirus paralizó cualquier movimiento que se pudiera hacer, obras, permisos y ofertas que quedaron paralizadas hasta hace unas semanas, cuando se empezó a recuperar la normalidad en el pueblo. Así, tras unos veinte días de obras en el Centro Cívico de la localidad, y con el visto bueno por parte de Sanidad, este viernes cerraron el trato verbal con una vecina de un municipio cercano que ha decidido lanzarse a la aventura de emprender este negocio tan importante para los vecinos del pueblo.
«El viernes hablamos con la persona interesada, que además tiene experiencia en el sector y será la encargada de llevar el bar, que cuenta con 45 metros cuadrados en el interior, casi cien de terraza y está ubicado en la carretera principal del pueblo. Precisamente, pensamos hacerlo ahí por la buena comunicación que tiene el pueblo y por facilitar más si cabe la localización y el aparcamiento», señalaba el teniente alcalde, quien reconocer que las redes sociales y el boca a boca han sido fundamentales para encontrar dueño a este local que inyectará vida a los vecinos Camporredondo.
Con todas las medidas sanitarias y más si cabe en los cambiantes tiempos que vivimos por el coronavirus, este pueblo, como ha sucedido con muchos otros ha visto aumentada su población en un 8% el último año. «Este virus tiene cosas negativas claro está, pero también positivas, la gente prefiere vivir en el pueblo y es el momento de demostrar que esa España vaciada de la que muchos hablan ofrece también servicios y oportunidades que sirven para mejorar el bienestar de los vecinos. La gente mira ahora a los pequeños pueblos con otros ojos y es algo que te alegra, en verano duplicamos los vecinos y de los 162 censados podemos llegar a los trescientos fácilmente, algo positivo también para el bar que abrirá la semana que viene», puntualiza García.
Apertura
Porque a partir de esta semana, y después de dos años sin escuchar la cafetera tras la barra, el bullicio generado las tardes de fútbol o las mesas llenas a la hora de la partida, los vecinos del pueblo de Camporredondo no tendrán que desplazarse a Montemayor de Pililla o Santiago del Arroyo, que son los municipios más cercanos, para hacer algo tan cotidiano como quedar con familia y amigos para tomar algo.
Desde el Ayuntamiento quieren 'regalar' este importante servicio a sus vecinos, para mejorar la calidad de vida en el pueblo, de jóvenes y mayores que tengan un lugar de reunión, «eso sí con las medidas de seguridad que marca la ley con el tema del coronavirus muy presente. Aunque aquí hemos tenido la suerte de no tener a nadie afectado, hemos decidido no organizar ninguna celebración de cara a las fiestas patronales del próximo quince de agosto. La Semana Cultural que se organizaba en verano la hemos trasladado a octubre y así garantizamos que el bar cuente con algo más de vida en los meses que pueda haber menos movimiento», explica García, quien tiene claro que el negocio funcionará y servirá como inyección de ánimo y punto de encuentro de este pequeño pueblo de la provincia de Valladolid.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.