Niños y adultos en la celebración de la trilla tradicional. M. G. Marbán

Valladolid

Bolaños de Campos une generaciones con su recreación de la trilla tradicional

Vecinos veteranos enseñaron a los más jóvenes cómo se realizaban estas labores en la labranza de hace años

Miguel García Marbán

Bolaños de Campos

Sábado, 17 de agosto 2024, 16:55

La modernización del campo con su necesaria mecanización fue un lento proceso en el que, con el tiempo, se logró que desparecieran las largas y fatigosas labores que cada año se repetían desde la siembra hasta la cosecha. Unas labores que, poco a poco, han ... ido cayendo en el olvido, en especial en las nuevas generaciones. Por eso, se hacen necesarias iniciativas como las que el Ayuntamiento de Bolaños de Campos llevó a cabo el viernes con la celebración de la tarde de la trilla.

Publicidad

A media tarde, tras la misa en honor a San Roque, un buen número de vecinos, con las vestimentas tradicionales de labriego y con horcas y otros aperos de labranza, quedaban a las puertas de la iglesia de San Miguel, desde donde se dirigieron a una era muy cercana en la que recrearon las labores con el trillo, sobre el que los más pequeños se subieron como ya hicieron sus antepasados en su misma edad. En la era no faltaron carros, una aventadora, que limpiaba el cereal, una agavilladora, que hacía conjunto de mieses (gavillas), y otros aperos, cuyo nombre y función fueron explicados por los vecinos más veteranos.

El origen de esta actividad en Bolaños de Campos hay que buscarla en la peña El Pajar, que, cada día de San Roque, por la mañana, realizaba las labores tradicionales de la trilla, con la asistencia de muchos vecinos e invitación al almuerzo con sopas tostadas, tortillas o torreznos. Al ser ya mayores, el año pasado, con el fin de hacer la actividad más pública, fue el Ayuntamiento el que asumió la organización de la actividad, que fue todo un éxito con cambio de horario por la tarde para evitar los calores centrales del día.

El alcalde, Alberto Callejo, explicó que «el objetivo es que la actividad se convierta en una fiesta, a la vez que se recuerden los trabajos que se hacían hace años en el campo en un pueblo de Tierra de campos, en especial los más jóvenes». La tarde tenía su mejor fin con una merienda «con la filosofía de compartir lo que cada uno había llevado», en medio de las músicas tradicionales del Nuevo Mester de Juglaría o Candeal. Esta actividad se da la mano con el taller de adobe que se realizó esta semana, en el que los más pequeños hicieron barro con tierra, agua y paja antes de meterlo en los mecales (moldes de madera) para dejarlos a secar.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad