Boecillo: Cuna de británicos entre los Gamazo y San Cristóbal

La iglesia de San Cristóbal es el emblema patrimonial de Boecillo, de estilo neoclásico. El templo se construyó a finales del siglo XIX como consecuencia del gran incendio que sufrió la anterior iglesia del municipio. Dispone de una sola nave entre arcos de medio punto y cúpula sobre el crucero, con retablos de los siglos XVI y XVII. Alberga la imagen del patrón del municipio, San Cristóbal, muy querido entre sus vecinos y feligreses.

La historia de Boecillo está muy vinculada a los británicos. De ahí la construcción del Colegio de los Escoceses. El rey Felipe II, en su afán por desterrar de Inglaterra el protestantismo que había impuesto Enrique VIII, facilita la formación de sacerdotes católicos. Fundó en España varios colegios. Uno de ellos fue el Real Colegio de Escoceses, con sede en Valladolid, pero con una dotación en Boecillo consistente en fincas rústicas, principalmente, y un magnifico y suntuoso caserón que aún hoy se conserva.

El Palacio de los Condes de Gamazo, lugar de residencia del personaje más representativo de Boecillo, Germán Gamazo (1830-1901), quien formó parte en cuatro ocasiones de gobiernos presididos por Práxedes Mateo Sagasta en época de la Restauración (Ministro de Fomento, Ultramar y Hacienda), es otro de los destacados edificios patrimoniales de Boecillo. Ha albergado durante muchos años la sede del Casino de Castilla y León y en la actualidad es un magnífico lugar de celebración de grandes eventos de sociedad.

La casa familiar de los Gamazo, en la vía principal del pueblo, también es uno de sus edificios emblemáticos, de una familia con gran tradición, especialmente nobiliaria y ganadera.

La senda verde entre Viana y Boecillo es también un destacado elemento patrimonial de la localidad. Se trata de un sendero de casi siete kilómetros que ofrece un agradable paseo que parte del entorno de Boecillo, próximo al Parque Tecnológico, y que concluye en la moderna pasarela de madera que cruza el Cega en Viana. Durante su trayecto podremos encontrarnos con un mirador que permite observar el cauce del río Cega y el arroyo Molino, todo ello a la sombra y siguiendo la senda que marcan los pinos resineros y piñoneros.

Boecillo posee una magnífica zona de bodegas tradicionales en las afueras, cerca de lo que en su día fue una gran gravera. Hoy en día la mayoría de ellas continúan abiertas al público como negocios de hostelería. Sus largas galerías sirven en la mayoría de los casos bien de comedores o bien para conservar y mejorar el buen vino de la zona.