Una boda riosecana con fecha, himno y trofeo madridista

Al mediodía, antes de iniciarse la ceremonia, el novio entraba en la bella iglesia de Santiago del brazo de su madre, María Lourdes de Castro, con la música del himno de la décima Liga de Campeones del Real Madrid, del año 2002, interpretada de forma lenta y solemne, en versión adaptada para piano, violín y flauta travesera, por el grupo musical riosecano Madrigal, especialista en poner música a decenas de bodas.

Fue sin duda una gran sorpresa para todos los familiares y numerosos invitados «porque solo lo sabía el novio». Por su parte, la entrada de la novia del brazo de su padre, Manuel Rodríguez, del restaurante Casa Manolo, tuvo tintes muy riosecanos al tener el acompañamiento de los sones de la popular Marcha Fúnebre del General O´Donnell, conocida como La Lágrima, verdadero himno de la Semana Santa riosecana, que cada año suena en la entrada y salida de los Pasos Granes, El Longinos y La Escalera.

Ana Rodríguez indicó que fue un momento de gran emoción ya que «soy muy riosecana y muy longinera, de la cofradía familiar, la de la Crucifixión». Durante la ceremonia también sonó la marcha dedicada al Cristo de la Paz, compuesta por el riosecano Pablo Toribio y el abulense Eugenio Gómez, de una hermanad de la que Toño es cofrade, además de ser su muñidor. En ese momento, su tío José Pardo, cofrade también del Cristo de la Paz y el encargado de inscribir al novio en la hermandad, le colgó al cuello la medalla de la hermandad.

Una nueva sorpresa llegó a la salida de los novios de la iglesia al recibir el arroz que le estaban lanzando los niños del CD Rioseco del equipo alevín b, con la equipación del club, a los que Toño entrena. El banquete en el restaurante El Cortijo, junto al Canal de Castilla, estuvo precedido del tradicional coctel, en el que se llevó parte del protagonismo una réplica de la Copa de Europa que la propia novia levantó a los cielos como símbolo de ser un día de gran triunfo para Toño y Ana. Una silueta del ansiado galardón del fútbol europeo que estaba en la propia tarjeta de invitación del enlace, pero también en la que acompañó a la pulsera solidaria que se entregó a todos los invitados a beneficio de la Federación de Asociaciones Familiares de Enfermos Alzheimer de Castilla y León, porque «así nos recordarás y juntos ayudaremos a que otras personas puedan recordar», según se leían en la tarjeta.

Otro guiño al madridismo llegó cuando un grupo de amigos entregó el regalo con una réplica de la Copa de Europa y caretas con los rostros de jugadores madridistas. Toño Pardo aseguró que «quise que el Real Madrid estuviese presente en uno de los días más importantes de mi vida, por lo que significa para mí, para mi novia y para mi familia». Ana y Toño destacaron que «lo más importante es que pasamos un día muy feliz y divertido, con mucho encanto, en el que todos los pasamos muy bien».

Toda este feliz día de marcado gusto madridista tuvo su principal precedente en mayo de 2022, cuando Toño le pidió matrimonio a Ana en el estadio Santiago Bernabéu ante los miles de aficionados que habían seguido a través de grandes pantallas la final de la Liga de Campeones entre el Real Madrid y El Liverpool, por la que el equipo blanco se hizo con su décimo cuarta Copa de Europea. Para este joven riosecano, el Madrid significa mucho, «es una pasión desde crío». Por eso, su mayor ilusión es que sus hijos fueran madridistas, que fueran con él al Bernabéu, que «les pudiera enseñar lo que significa el Madrid y sus valores».