Cuando vamos a una cadena de comida rápida, vamos precisamente a eso: a comer algo rápido. Pero, ¿qué pasaría si al realizar tu pedido te dijeran que tu hamburguesa va a tardar seis meses en salir? Parecería toda una contradicción para un establecimiento que lleva ... la velocidad como bandera. Sin embargo, detrás de esos meses de espera está el largo proceso de gestación de los productos del campo. De esto trata la última campaña de McDonald´s 'El pedido más esperado', protagonizada por el exfutbolista Joaquín y el cocinero Dani García, que busca poner en valor la labor de los miles de agricultores y ganaderos españoles que cada día trabajan para ofrecer un producto de calidad. Una campaña en la que hay otro gran protagonista, Fernando García Duque, un agricultor de Barruelo del Valle, que junto con su hermano Javier, siembra las cebollas que acompañan a las más de 65.000 hamburguesas Big Mac que a diario se comen en España. Ellos forman parte de la larga lista de proveedores de la gran cadena de hamburguesas y parte del éxito de este modelo de negocio.
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Fernando y Javier regentan la empresa Agricón, especializada en servicios agrícolas de siembra directa, tratamientos fitosanitarios y recolección, así como servicios de asesoramiento personalizado. Desde hace 5 años son proveedores de Vegenat, en Trujillo (Cáceres), empresa que desde 1997 abastece de cebolla deshidratada a todos los McDonald's de Europa. «Nosotros somos la cara visible de todos esos agricultores que proveen de cebollas a la gran multinacional. Muchos de ellos son de Valladolid. En concreto, nosotros sembramos 12 hectáreas de esta hortaliza en una parcela de regadío que tenemos en Torrecilla de la Abadesa y producimos unas 40 toneladas de media por hectárea. Entre Valladolid y Zamora habrá más de 400 hectáreas dedicadas a la siembra de cebolla blanca para McDonald's. En esta misma zona hay agricultores de Villasexmir, Castrodeza, Alaejos, Sieteiglesias que también las siembran», explica Fernando, el mayor de los hermanos y quien ha participado en el rodaje de varios anuncios y programas especiales de la gran marca.
Esta semana Fernando viajará hasta Madrid para protagonizar un nuevo capítulo de estas historias del campo. Este agricultor tendrá que circular por el Paseo de la Castellana y otras arterias principales de la capital, con un enorme tractor, para repartir hamburguesas a domicilio a clientes que llevan 6 meses esperando su pedido. «Está siendo toda una experiencia participar en los rodajes y conocer a gente como Dani García, Joaquín y otros productores de carne y tomates, cuyos productos se comen en las hamburgueserías de toda Europa», apunta Fernando.
La cebolla que los García Duque siembran, tiene unas características especiales. Es una cebolla blanca, de tamaño pequeño y un sabor muy potente. Su cultivo requiere mucho mimo. Se siembra a finales de febrero o principios de marzo y en septiembre se recolecta. Es un producto delicado y el riego debe ser muy cuidadoso. «No es una cebolla para comer en crudo ya que es demasiado fuerte. Sin embargo, a la plancha o a la parrilla está estupenda porque tiene mucha más materia seca que una cebolla normal. Los estándares de calidad que pasamos son muy exhaustivos. Nos facilitan la semilla, pasamos controles y seguimos a rajatabla el calendario que nos fijan, todo para conseguir el mejor producto», indica Javier, el benjamín de los hermanos «Que hayan contado con nosotros para esta campaña es todo un orgullo. Nos ha permitido dar a conocer nuestro trabajo en el campo y que estén interesados en seguir trabajando con nosotros después de varios años nos hace ver que estamos haciendo las cosas bien. Además, el hecho de que nuestros conocidos y amigos vayan a McDonald's y nos digan que al comerse una hamburguesa han pensado en nosotros, también es una satisfacción», completa.
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Los hermanos García Duque llevan la agricultura en su ADN. Su padre, Alejandro, se ha dedicado a este oficio desde que tenía 14 años, y antes que él, también su padre. Para él también es un orgullo que los productos que dan las tierras familiares que han pasado de generación en generación, sean apreciados en toda Europa. «El campo es muy bonito, pero no es para hacerse rico. Hay que trabajarlo mucho y tener mucha cabeza para sacarlo adelante. Es un oficio muy vocacional y muy exigente que a mí me ha hecho muy feliz y me encanta ver a mis hijos tan implicados en este proyecto de cebollas para McDonald's», explica este veterano agricultor ya jubilado. Él sabe que lo que hace realmente estas cebollas vallisoletanas tan especiales es el respeto por la tierra, la atención a los ciclos naturales y el compromiso con la calidad.
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