Berrueces vuelve a procesionar a la Virgen de Pedrosa junto a su ermita

Berrueces celebró este domingo la festividad de su patrona, la Virgen de Pedrosa. Al mediodía, con la presencia de cientos de vecinos y visitantes, tenía lugar en la ermita de la Virgen la misa, a la que siguió la tradicional procesión, que contó de nuevo con los bailes del grupo local de paloteo, orgullo de la localidad, y los del grupo de danzas de Castromonte. Por la tarde, las vaquillas fueron las protagonistas del encierro popular.

Una vez más la Virgen lució la medalla de la Orden de Beneficencia, que el pueblo recibió por el comportamiento solidario que en 1956 demostró cuando sus vecinos se lanzaron fuera de sus casas en medio de la noche y con una fuerte nevada para auxiliar a los más de cien pasajeros de dos autobuses y otros vehículos que se habían quedado bloqueados por la nieve para llevarles hasta sus casas, en las que fueron alojados durante varios días, hasta que la nieve permitió que regresaran a sus respectivos domicilios.

Fue muy grande la emoción al ver procesionar ayer a la Virgen de Pedrosa junto a su ermita, ya que no se hacía desde 2019. Hay que recordar que el pasado año la celebración de la patrona tuvo lugar en la iglesia parroquial de San Pedro, donde se llevó a cabo la misa, a la que siguió el tradicional baile de paloteo del grupo local en honor a la Virgen de Pedrosa, que fue sacada hasta la puerta de la iglesia, a donde se había trasladado desde su ermita, sin que se celebrara la tradicional procesión.

Además de la misa y procesión, este domingo por la tarde tuvo lugar el encierro urbano, en el que las reses corrieron por el recorrido marcado por las talanqueras y los remolques. Fue el momento de recordar los lejanos años cuando en el pueblo se celebraban novilladas y becerradas. Años en los que había más gente en las fiestas porque había más vecinos en el pueblo. Fiestas en la que había también encierro por el campo, ya que las reses se traían desde la finca de los Molero. Las fiestas llegarán este lunes a su fin con la misa de difuntos, la comida de hermandad y el torneo de mus.