Berceruelo, el pueblo que desafía el paso del tiempo
Especial Municipalismo. El patrimonio de Castilla y León ·
Los vecinos de Berceruelo, que vivieron con enorme tristeza el derrumbe de su iglesia de San Juan, se esfuerzan por consolidar y poner en valor sus restosel norte
Sábado, 11 de julio 2020, 11:23
Octavio Paz afirmaba que «la arquitectura es el testigo menos sobornable de la historia». Los monumentos son nuestro legado. Nos ayudan a comprender quiénes hemos sido y cómo hemos vivido. Conscientes de ello, los vecinos de Berceruelo se afanan en consolidar los restos de su vieja iglesia de San Juan, el edificio que preside el pueblo como testigo privilegiado de su historia.



Y decimos «vieja», con cariño y devoción porque existe una «nueva» iglesia, construida bajo la misma advocación. Elevándose por encima de todos los tejados de la villa, este templo se erige desafiante al paso de los años. Está casi desnudo. Mantiene impoluta su espadaña, aunque ha perdido su techumbre, sus altares y gran parte de su pórtico. Sin embargo, mantiene el porte con el que se empezó a construir allá por 1173. Esa es la fecha que aparece en la inscripción del arco de la puerta, que está flanqueada por dos hermosos capiteles en los que se representa la lucha entre dos toros. El resto del alzado se reconstruyó en el siglo XVI. Se ha acometido en ella y en su entorno, de forma reciente, una importante obra de consolidación y urbanización con el objetivo de poner en valor tan incomparable marco.

En 1965, ante la necesidad de una nueva iglesia, el arzobispado de Valladolid improvisó una de ladrillo, que tuvo que ser restaurada en 2011 y que guarda muchas de las joyas del catálogo eclesiástico de Berceruelo. En su exterior encontramos una gran cruz pétrea que procede del antiguo edificio.

Paisajes
Son pocos los vestigios que se conservan del pasado de la villa, pero los que hay, demuestran que los vecinos se afanan por preservar las piedras que jalonan su paisaje urbano. No debemos olvidar que fue pueblo de importantes canteras, que abastecían a toda la comarca. Así, el antiguo caño ha sido restaurado en los últimos años reaprovechando sus grandes lanchas de piedra, para reconvertirlo en abrevadero para el ganado.
La simplicidad paisajística de la villa es pura apariencia. Sus paisajes son sencillamente impresionantes y en ellos, el paso de las estaciones se manifiesta de forma espectacular, desde las blancas cencelladas invernales, al intenso verde primaveral, pasando por los ocres del otoño. Su particular entramado urbano, con un gran número de zonas ajardinadas le aportan un encanto sin igual. El entorno de la plaza mayor, presidido por una casona de piedra y un viejo olivo, rezuma un encanto tan especial que hace que el paseo por Berceruelo merezca la pena. Un encanto de pueblo pequeño, muy orgulloso de serlo.
Fue un municipio de importantes canteras que abastecían a toda la comarca

Qué visitar:
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Patrimonio: Religioso: En el interior de la nueva Iglesia de San Juan se conservan algunas esculturas procedentes del antiguo edificio. La principal es un crucifijo del siglo XVI, policromado pero repintado, que preside el altar mayor; una imagen del patrón, que además se procesiona en la fiesta mayor y que recuerda la estética de Berruguete. También una virgen del siglo XVIII con telas de la época. Retablo: En pago por la construcción de la iglesia, Berceruelo tuvo que renunciar a su retablo mayor, que se instaló en el Museo Diocesano de Valladolid. En 1992 se trasladó a la iglesia de Nuestra Señora del Rosario de la capital. Realizado hacia 1570, estaba presidido por una imagen de San Juan Bautista, obra de Juan Ortiz Fernández, que aún se venera en la villa.
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De interés: Un mirador desde el que se dominan los cerros de Bercero (de ahí el diminutivo del nombre del pueblo) y los restos del viejo Molino de Arriba, situado en la raya con la localidad vecina.
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