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LOS escudos de algunas poblaciones muestran de forma muy concisa los rasgos principales de su historia. Es el caso del de Becilla de Valderaduey con sus representaciones de dos lobos, un sotuer y un puente sobre ondas de agua, que quiere expresar haber pertenecido aquella tierra a los Osorio y hallarse situada en un cruce de caminos, con paso sobre el río Valderaduey superado por un puente romano, con alusión a su milenario pasado.
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El origen vacceo de la localidad en el siglo IX antes de Cristo se puede rastrear en el topónimo 'vaikella' (Becilla) diminutivo de 'vaika', que significa vega, y que se documentará en distintas grafías a partir del siglo XI como Vezella, Veçella, Veciella, Viziela, Veçiella, Vecillella... hasta Becilla de Valderaduey. Más adelante, los romanos aprovecharán su situación estratégica de cruce de caminos, junto al río Valderaduey, como lo demuestran los hallazgos encontrados en excavaciones, como el torso del dios Dionysos que se halla en el Museo de Valladolid; pero en especial el puente de tres arcos de medio punto y la calzada perteneciente a la Vía 27 del Itinerario Antonino, la ruta que iba desde Astorga hasta Zaragoza. En 1995, el puente y el tramo de calzada fueron declarados Bien de Interés Turístico Cultural, con categoría de zona arqueológica.
Becilla de Valderaduey se desarrolla principalmente en la baja Edad Media, durante las repoblaciones del reino de León, al que perteneció, y su máximo desarrollo lo alcanzará en el siglo XVI, por el auge agrícola y ganadero.
Llegó a tener una fábrica de ladrillos, otra de harinas y un molino, dando salida a sus excedentes a través de los mercados de Villalón, Valderas y Medina de Rioseco. La Catedral de León y la Orden de Calatrava tuvieron parte en el dominio sobre las dos iglesias de la localidad.
Siglo IX: Primeros datos de la existencia de la villa relacionados con los vacceos en la historia antigua, en el siglo IX antes de Cristo.
Edad Antigua: Presencia romana que es visible en la actualidad tras dos milenios, con la edificación del puente romano de tres arcos y la calzada que unía Astorga con Zaragoza.
Edad Media: Vinculada al Reino de León y a la repoblación de este. Alcanza su época dorada debido al desarrollo de la agricultura y la ganadería, entre finales del siglo XV y el siglo XVI.
Parte de la historia más nobiliaria de la localidad se resume en la heráldica del bello artesonado de la iglesia de San Miguel: dos lobos, correspondiente al apellido Osorio; dos calderas gringoladas con bordura de armiños, del apellido Guzmán; y jarrón con azucenas, posiblemente símbolo mariano o en alusión a la Catedral de León.
Otra de las grandes familias de Becilla fue la de los Quijada, a la que perteneció Gutierre de Quijada, uno de los caballeros del siglo XV que más sobresalió, según las crónicas de los reyes, hasta el punto de que el propio Miguel de Cervantes hace descender a don Quijote de este valeroso caballero. Ruy Gutierre Quijada, maestresala de Enrique II, fundó en la iglesia de Santa María una capilla de la que fue patrón en tiempos de Felipe IV don Gabriel Francisco Quijada Ordoñez, natural de Esquivias, localidad de donde era la esposa de Cervantes, Catalina de Palacios, y donde una de las ramas de los Quijada habría ido a parar a este pueblo toledano.
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Josemi Benítez
Jon Garay y Gonzalo de las Heras (gráficos)
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