Un bautizo que trae la esperanza a un pueblo

Noticia Relacionada

Juan Ignacio Plaza | Catedrático de Análisis Geográfico Regional de la Universidad de Salamanca

«Les diría a los políticos: la gente de los pueblos no es tonta, ¡atiéndanla!»

J. I. Foces

Los torrecillanos, que hace años vieron cómo su ermita se echaba a perder definitivamente, han invertido durante años, grandes esfuerzos para poner a punto su iglesia. En sus ratos libres y capitaneados por su anterior párroco, Javier Vidal, consiguieron arreglar el pavimento, el coro, la bóveda, detener la carcoma, restaurar cruces y reclinatorios, arreglar la balaustrada y el baptisterio y raspar toda la sillería y el coro. También reutilizaron piedras del cementerio para construir bases para que todos sus santos estuvieran magníficamente expuestos. Estaban tan concienciados de la necesidad de mantener vivo su pequeño templo, que incluso en 2018, dos hermanas vecinas del pueblo, Matilde e Isabel Sánchez dejaron como herencia 11.000 euros con destino a su mantenimiento. Este ingente esfuerzo ha merecido la pena, puesto que el templo luce mejor que nunca, aunque tristemente ya no lo disfrutan, puesto que desde hace tres años, desde su altar ya no se dicen misas. Ésta es una más de las consecuencias de la España Vaciada, que también vacía las iglesias como la de Torrecilla.

El sábado el templo torrecillano volvió a brillar para el bautizo de este bebé, encendiendo una chispa de emoción entre los vecinos al ver cómo la pila bautismal volvía a estar en servicio. Fue un acto muy emotivo, que estuvo oficiado por Félix Pérez, diácono de Torrelobatón. «Toda la familia de mi padre desciende de Torrecilla de la Torre y para mí, este pueblo siempre ha sido muy especial. La iglesia me encanta. Me parece un lugar muy íntimo para esta celebración familiar. Me hacía ilusión hacer un bautizo campestre y me parecía perfecto hacerlo en el que considero mi pueblo», explica Maite Real, madre de la criatura.

En vista de que la iglesia cada vez tenía menos parroquianos para sus misas, el Arzobispado de Valladolid decidió dejar de celebrar las eucaristías dominicales. «La iglesia no está cerrada al culto. Seguimos llevando la comunión y dando servicio, como por ejemplo el pasado 1 de noviembre, cuando celebramos una ceremonia por el día de Todos los Santos, lo que ocurre es que como no hay fieles suficientes que asistan a misa, se han suspendido las celebraciones eucarísticas dominicales. Somos muy pocos sacerdotes y diáconos los que damos servicio en la diócesis de Valladolid y los domingos tenemos que multiplicarnos para atender a tantos pueblos. Por eso, se recomendó a los vecinos que el que quisiera ir a misa los domingos, podía hacerlo en Torrelobatón o en otros pueblos de la comarca», explica el diácono Félix Pérez.

«En las últimas décadas sólo se han celebrado tres bautizos, uno en 2002, en 2006 y 2019. Esa cadencia de tantísimos años entre uno y otro es la perfecta muestra del descenso de población en estos pequeños pueblos. Ha sido una gran alegría poder celebrar hoy este sacramento, porque si revisamos los libros de registros, últimamente todo lo que hay son defunciones», agregó Pérez en referencia al bautizo del pequeño Andrés, que ha supuesto mucho más que un simple acto religioso para Torrecilla. Es el símbolo de renacimiento y la oportunidad que necesitaban los torrecillanos para que su querida iglesia volviera a cobrar vida.