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La figura de San Pelayo preside el retablo plateresco del templo.

Barcial de la Loma, entre palomares y fortalezas

Especial Municipalismo. El patriomonio de Castilla y León ·

La villa se alza como símbolo de la arquitectura tradicional castellana, además la Iglesia de San Pelayo alberga uno de los retablos platerescos más bellos de la provincia de Valladolid

el norte

Jueves, 9 de julio 2020, 09:49

Los campos cercanos a Barcial de la Loma están salpicados de palomares, un recordatorio constante del pasado de la localidad. Con planta circular, cuadrangular y rectangular, este legado de la arquitectura tradicional castellana da la bienvenida al visitante y a los vecinos que se acercan para descubrir la historia de la villa. Barcial de la Loma guarda los restos de un pasado medieval unido a la profunda historia de Castilla. Los restos de La Fortaleza, de la que solo queda en pie un torreón de la muralla, rememora la Guerra de las Comunidades, cuando se cree que estuvo al servicio de la Santa Junta. El desaparecido castillo figura en un mapa de 1510 y parece ser que estuvo bajo el poder de Gutiérrez González de Quijada.

Arriba, restos de la antigua fortaleza medieval; torre de la iglesia de San Pelayo y un nuevo ángulo del castillo.
Imagen principal - Arriba, restos de la antigua fortaleza medieval; torre de la iglesia de San Pelayo y un nuevo ángulo del castillo.
Imagen secundaria 1 - Arriba, restos de la antigua fortaleza medieval; torre de la iglesia de San Pelayo y un nuevo ángulo del castillo.
Imagen secundaria 2 - Arriba, restos de la antigua fortaleza medieval; torre de la iglesia de San Pelayo y un nuevo ángulo del castillo.

Su nombre siempre ha estado mezclado con grandes apellidos de la nobleza castellana. Ya aparece como Barceale de Lomba en el año 1095 y se benefició de las decisiones de Alfonso IX, soberano de León.

El rey concedió un fuero especial a Castroverde de Campos, al que estaba ligado Barcial de la Loma y otra docena de pueblos, lo que se tradujo en seguridad y refugio para los vecinos. Más tarde, la villa pasó a estar bajo el dominio de Juan I, que donó la villa a Gutiérrez González de Quijada.

El conde de Peñaflor también la tuvo entre sus dominios, aunque con el tiempo pasó a formar parte de las posesiones del marqués de Alcañices, para terminar bajo el influjo del conde de Fuensaldaña. Bajo todos ellos se fue creando el patrimonio de la localidad, del que ahora quedan bellos vestigios. Como el perfecto arco que perteneció a la Iglesia de San Miguel.

Retablo

El elemento arquitectónico ha permanecido en pie, mostrando su exquisita belleza a pesar de que el templo se declaró en ruinas en 1755. El arco ha desafiado al tiempo y crea una delicada estampa con el campo castellano a sus espaldas. Los eternos románticos han encontrado en ella inspiración desde el siglo XIX. Por encima de la villa se erige la Iglesia de San Pelayo, un templo originario del siglo XVI que mezcla estilos, lo que refleja el crecimiento y las restauraciones que ha sufrido con el paso de los años.

Cúpula de una de las capillas en el interior de la iglesia de San Pelayo.

Entre los añadidos se distingue claramente la influencia del arte mudéjar, que confiere una personalidad innegable al edificio. Su planta de salón se divide en tres naves cubiertas con un precioso artesonado, que ahora espera ser rehabilitado.

En el interior descansa un bello retablo de 1525, que los expertos atribuyen a algún artista cercano a Juan de Valmaseda. De estilo plateresco, se divide en banco y tres cuerpos. En el primero se puede admirar a San Sebastián, San Roque y San Pelayo, que está acompañado de dos relieves más, que hablan sobre su vida. En el segundo cuerpo, se colocaron dos esculturas de los Santos 'Juanes' y otros dos relieves, uno de la Flagelación y otro sobre la Resurrección. En el tercero y último se encuentra el Calvario, con María Magdalena y Santa Margarita a los lados. Y dos relieves, uno con el Camino del Calvario, y otro con la representación de la Piedad.

El nombre de la villa ya aparece en el año 1095 como Barceale de Lomba

Las fiestas patronales son el 25 de abril en honor a San Marcos.

Qué visitar

  • Patrimonio: Iglesia de San Pelayo: De bella factura mudéjar, alberga en su interior una de los retablos platerescos más representativos de Valladolid. Arco de la Iglesia de San Miguel: Único elemento arquitectónico que se conserva del templo. Contacto. Ayuntamiento: Plaza Doctor Lebrero, 1. Teléfono: 983 731 006/630579682.

  • De interés: Varios expertos apuntan a que la antigua Fortaleza, de la que solo se conserva una torre de la muralla, estuvo al servicio de la Santa Junta en la Guerra de las Comunidades.

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Barcial de la Loma, entre palomares y fortalezas