«Fue una avenida de agua que en diez minutos inundó el pueblo»

«Fue una avenida de agua que en diez minutos inundó el pueblo», relata Carlos Mangas, alcalde de Alaejos, refiriéndose a la parte baja de la localidad. Fue una noche de trajín por la inundación y una mañana de limpiar el barro que queda tras el achique del agua, de acompañar a los vecinos afectados y valorar daños en viviendas, huertas y, sobre todo en un negocio de comestibles con almacén y vehículos. De las instalaciones públicas de esta localidad, están afectados los cuadros del alumbrado tras una noche en la que temieron seriamente que el agua inundara el cementerio.

La tormenta no descargó directamente sobre Alaejos. El pueblo recibió la torrentera de agua de las trombas localizadas en las inmediaciones, en una semana en la que la zona había sufrido nublados serios el miércoles y el jueves. «Las tierras ya no chupan (el agua) y lo que cae se desplaza por el terreno», apunta Pedro Alberto Paredes, alcalde de Torrecilla de la Orden. El edil relata que allí cayeron 35 litros por metro cuadrado el miércoles, otros 25 el jueves y los pluviómetros recogieron 25 más en la localidad el sábado, que llegaron a picos de 70 litros en los alrededores.

Esa descarga terminó, en el caso de Torrecilla de la Orden, convirtiendo la piscina que ya tenían limpia y preparada para el verano en una alberca de agua de color chocolate y barro, que ha inundado también la depuradora y alcanzó en el bar de la instalación un metro de altura. «Los caminos están destrozados», explica el alcalde. «Piedra no cayó, fue todo agua», precisa Pedro Alberto Paredes.

Alaejos y Torrecilla de la Orden fueron la dos localidades que pagaron el grueso de los platos rotos de las tormentas del sábado, pero la descarga de lluvia afectó también a las zonas deportivas de Castrejón de Trabancos y a un chalé ubicado en las afueras del pueblo. Moisés Santana, alcalde de municipio, incorpora al listado de daños los caminos que conducen a las tierras de labor. «Ha caído la mundial». Así describe una tromba de agua que además afectó a carreteras de la comarca, con embolsamientos que hacían impracticable el tránsito de vehículos y avenidas que han dejado «una grieta» en la que une Castrejón con Fresno El Viejo.

Siete Iglesias de Trabancos, localidad abrazada por el río que le da nombre y que cruza el arroyo del Reguerón, cierra del cuarteto de pueblos que pasaron la noche del sábado al domingo en vela por las tormentas. Sonia Alonso, su alcaldesa, apunta que en casas particulares no ha habido daños, pero sí en caminos, en una de las paredes del cementerio y un vallado. «Hasta las cinco de la mañana estuvimos pendientes con la Guardia Civil ante el peligro de desbordamiento del arroyo del Reguerón», explica la alcaldesa.

El riesgo de tormenta continúa activo y se extiende este lunes a toda la comunidad de Castilla y León, salvo la zona del norte de Burgos, según informan desde Protección Civil de la Junta a través del Servicio de Emergencias 112. «No te fíes del sol que pueda hacer ahora, siguen los avisos por tormentas y se pueden formar en muy poco tiempo», alertan desde la Administración autonómica.

La intensidad de las precipitaciones y su concentración en las cuatro localidades de la zona sur de la provincia llevaron a la delegada territorial de la Junta, Raquel Alonso, a declarar el nivel 1 del plan antiinundaciones (Inundacyl) pasada la medianoche del sábado y mantenerlo activo hasta las 9:00 horas del domingo. Alonso daba por «controlada» la situación en ese momento, tras elogiar la labor de los alcaldes de los municipios afectados ante una situación que se volvía «imposible» por momentos.

La delegada de la Junta resaltaba que llovía sobre mojado, tras tres días de tormentas que han obligado a los servicios de Protección Civil, a los bomberos de la Diputación y a los agentes de la Guardia Civil a intervenir por inundaciones en Laguna de Duero, La Seca, Serrada, Cigales, Fuensaldaña, Berrueces, Villafrechós, Piña de Esgueva, Renedo de Esgueva, Medina de Rioseco y Villalón de Campos.