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B. M. C
Valladolid
Miércoles, 4 de diciembre 2019, 13:21
Hace diez días, el sábado 23 de noviembre, David Cabrero se topó en su finca de Olombrada con una imagen dantesca: el cuerpo de 'Chali', su galga más veterana, yacía en el suelo, inerte y sin cabeza.
«Eran sobre las doce de ... la mañana» –relata este vecino de Campaspero– cuando decidió acercarse a la propiedad que tiene en Olombrada (a 9 kilómetros, ya en la provincia de Segovia) «para echar de comer» a sus animales. Nada más entrar en la parcela se topó con una escena difícil de digerir: habían allanado su propiedad y se habían ensañado con su galga española hasta decapitarla.
«La cabeza -recuerda David con tristeza- estaba a veinte metros del cuerpo, junto al montón de paja que tengo para la yegua». «Por dónde estaba el charco de sangre, todo apunta a que primero la mató y luego la arrancó la cabeza. Intentó cortar el cuello con un cuchillo y, como no pudo, tiró de la cabeza hasta separarla del cuerpo», detalla este cazador de Campaspero. Después la lanzó por los aires.
'Chali' era «la más mansa» de la finca, «quizá por eso se han cebado con ella». Los otros cinco perros que viven en la propiedad -otro galgo adulto, dos cachorros de 7 meses hijos de la perra asesinada, un labrador y un pastor alemán- «son más esquivos» y corrieron mejor suerte. Unos más que otros, porque después de inspeccionar la zona, David se percató de que al pastor alemán «también le habían pegado una paliza». «Ha estado unos días cojo», asegura.
Esa misma mañana, minutos después del trágico hallazgo, David avisó de lo ocurrido a un familiar, que le puso en contacto con un guardia civil del puesto de Lastras de Cuéllar. «El agente, que en ese momento no estaba de servicio, se acercó a la finca y me recomendó poner la denuncia correspondiente. Me dijo que alguien había matado a la perra y descartó que hubiera sido un lobo, como me habían dicho en un primer momento».
Y así lo hizo. Esa misma mañana denunció los hechos en el cuartel de la Benemérita en Fuentesaúco de Fuentidueña, que en la actualidad está investigando lo ocurrido. Se trata de un delito muy grave. La muerte de un animal doméstico está tipificada en el Código Penal con penas de prisión que van de los 6 a los 18 meses.
Mientras, David no para de dar vueltas al asunto. Está convencido de que el macabro suceso ocurrió «el viernes por la noche» y que el o los responsables «tuvieron que venir andando» porque «no había roderas de coche». La finca se encuentra a unos 800 metros de Olombrada, junto al camino que une el pueblo con el pinar y donde no hay alumbrado público. Está completamente cercada por «una valla de 2,20 metros de alto» y el candado «estaba intacto». «Tuvieron que saltar y sabían lo que hacían porque fue en la zona de la cuadra -la que no se ve desde el camino- donde acabaron con la vida de 'Chali'». «Tenía cinco años y era la preferida de mi hijo».
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