El apuñalado en Tordesillas dice que el dolor le despertó y que creyó ver a su mujer «de refilón»

Ricardo S. H., que fue operado dos veces en el Hospital Clínico de Valladolid de sus heridas por arma blanca en el abdomen y el costado el mismo día del suceso y que recibió el alta el 4 de mayo, negó la veracidad del testimonio de su mujer, que declaró el 27 de abril por videollamada desde la Comandancia de la Guardia Civil, donde pasó la noche del 26 al 27 de abril detenida y desde donde se llevó a cabo, debido al estado de alarma en el país por la covid.

Al parecer, Nadya B. V. afirmó ese día ante la titular del Juzgado de Instrucción Número 4 que fue a la cocina a por el cuchillo por miedo debido a que su marido llevaba tomando drogas tres días y que, en estado de semiinconsciencia, Ricardo S. H. se abalanzó contra ella, clavándose él mismo en el abdomen el arma blanca. En ese sentido, el letrado de Ricardo S. H. recalcó que en el informe de los servicios sanitarios que atendieron en un primer momento no figura la herida que tenía en el costado (y de la que también tuvo que ser operado) al no haberse percatado de ella, herida esta última que no concuerda con la afirmación de que el hombre se abalanzase sobre la mujer y se clavase el cuchillo de forma fortuita. Además, el letrado asegura que Ricardo S. H. no tomó drogas porque hay testigos que confirman que estuvo trabajando esos días, y que las magulladuras que tenía la mujer ella misma dijo que se las produjo al caerse. Por otro lado, entiende el abogado que el hecho de que la cama estuviese mojada responde a la tentativa de la mujer de limpiar con agua la sangre que había en las sábanas.

Nadya B. V. quedó en libertad el pasado 29 de abril después de abonar la fianza de 6.000 euros

impuesta por la titular del Juzgado de Instrucción Número 4 y salió del prisión con la obligación de comparecer los días 1 y 15 de cada mes en el juzgado y con la orden vigente de alejamiento de 400 metros de su marido.

Los hechos ocurrieron sobre las 7:40 horas del 26 de abril y fue la propia Nadya B. V. la que se personó en el cuartel de la Guardia Civil en Tordesillas para relatar lo que había sucedido.

En la vivienda estaba también la hija de 7 años del matrimonio, que no se enteró de lo ocurrido y de quien se hizo cargo un familiar. La niña vive con su padre y la vista fijada el pasado 27 de mayo para determinar las visitas de la madre a la menor fue suspendida.