Valladolid, campo de aprendizaje para 524 militares que cumplirán misión en Malí

Duermen en tiendas de campaña y soportan temperaturas muy bajas durante la noche, uniformados con chalecos y fusiles, al amanecer dan comienzo los simulacros para poner en práctica la teoría aprendida como el que ha tenido lugar hoy en un punto de control de base. Metidos en situación, las unidades de caballería han realizado una minuciosa inspección ocular de vehículos sospechosos que puedan suponer una amenaza, actividad que se ha completado además con maniobras de tiro, donde han puesto en práctica la precisión y la puntería con el manejo de sus fusiles.

A los militares del Regimiento de Caballería 'Farnesio 12' se han sumado estos días miembros de la brigada 'Galicia VII', de la Infantería Marina de Cádiz o del Batallón de Helicópteros de Maniobra de Logroño con el fin de completar la formación. El trasiego de militares que estos días se preparan en la base ha sido constante y se entregan a su trabajo con una clara misión: aprender para enseñar. Eso es lo que llevan haciendo meses los miembros del contingente que participa en esta operación multinacional en la que compartirán escenario con militares de países como Alemania, Finlandia, Irlanda o Luxemburgo, entre otros.

El objetivo que persigue desde 2013 la misión EUTM 'MALÍ XX', (donde la presencia de tropas españolas es la más numerosa) es que el ejército maliense mejore sus capacidades militares, de mando y que logre reducir la amenaza ante posibles ataques inesperados para que recuperen la integridad territorial de su país.

Este viernes finalizan cuatro días de adiestramiento intensivo que les sirven para reproducir los pasos que deben dar una vez instalados en el país africano y que «comprenden operaciones de protección de las instalaciones, de traslado de militares en helicóptero o la escolta al resto de instructores desplegados en Malí», explica el capitán Hugo de Diego, mientras sigue de cerca las maniobras que realiza uno de los grupos que ha sido alcanzado por un explosivo.

Garantizan la seguridad del perímetro y la del propio equipo y lo hacen remolcando de forma rápida el convoy afectado para llevarlo hasta una zona fuera de amenaza, mientras otros dos vehículos blindados suben a lo alto de la loma para vigilar cualquier movimiento. «Es importante la destreza, la rapidez y la capacidad de reacción», añade el capitán.

La base 'El Empecinado' trata de reproducir fielmente el escenario que se encontrarán los militares una vez lleguen al país africano. La media de edad del regimiento apenas alcanza la treintena, pues muchos se enrolan en el servicio nada más cumplir la mayoría de edad.

Ese fue el caso de la teniente de Caballería Laura Hergueta, de 27 años, que con tan solo 17 y sin antecedentes militares en su familia -sus padres tuvieron que autorizar su ingreso en el Ejército- lo tenía claro, quería formar parte del cuerpo militar. «Cuando descubres este mundo se abre un camino apasionante», explica. Ella es una de las 33 mujeres que forman parte del contingente que aterrizará en Malí.

Es su primera vez en una misión internacional y se le nota la ilusión. «Tengo muchas ganas de realizar el trabajo para el que nos estamos preparando día a día. Es momento de aprovechar la oportunidad».

Lejos de hablar de brecha de género, se muestra satisfecha del número de féminas que integran actualmente el Regimiento de Caballería de 'Farnesio 12', «donde hay presencia femenina en la mayor parte de los mandos», asegura Hergueta, quien, pese a su juventud tiene a su cargo a 18 militares.