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Gran susto el que tuvo el domingo Antonio Herrero, de 81 años, veraneante de San Román de Hornija. Este octogenario, natural de Castronuño y que ... tiene su residencia habitual en Éibar (Guipúzcoa), fue corneado de gravedad por uno de los astados del encierro urbano de Villafranca de Duero. Gran amante de los toros, quiso acercarse hasta el pueblo vecino para disfrutar del ambiente de las fiestas de la Magdalena y, según cuentan sus vecinos, intentó cruzar el recorrido cuando el toro estaba lejos, posiblemente para disfrutar de una mejor vista, con la mala suerte de que el toro se arrancó, lo que creó confusión entre los corredores. «El chocó contra otro joven y cayó al suelo. Antonio no pudo levantarse y fue entonces cuando el toro se cebó con él», cuentan en San Román.
Rápidamente, un grupo de jóvenes llamó la atención de la res, mientras otros corrían hacia él para cogerle y sacarle del recorrido. Había sido empitonado en el abdomen y también en el muslo, cornada, esta última de especial peligro por su cercanía a la arteria femoral. Tras ser atendido por la UVI móvil, fue trasladado al Hospital de Medina del Campo y desde allí, a la unidad de Cirugía Vascular del Clínico de Valladolid, donde tuvo que ser intervenido de urgencia y permanece fuera de peligro. Ahora está a la espera de ser operado de la cadera.
Antonio, jubilado de un taller de tornillería, pasa cada año largas temporadas en San Román de Hornija, de donde era su mujer, ya fallecida. Tiene dos hijos y también nietos. En este pueblo es muy apreciado por sus vecinos. «Es habitual verle jugando su partida de cartas y disfrutando de su paseo. Es una persona muy atenta y amable y no aparenta la edad que tiene», comentan los sanromaniegos. «Le gusta mucho ir a los encierros y llamar a los toros con un trapo, pero siempre desde dentro de la barrera. No es de los que se la juegan. Creemos que ha sido cosa de mala suerte. El chaval con el que chocó, al ser joven se pudo levantarse rápidamente, pero Antonio, al parecer con la caída se fracturó la cadera y por eso quedó tendido en el suelo. El toro lo tuvo fácil para cogerle. Ha sido todo un infortunio», comenta una vecina del pueblo.
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