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Los ángeles de la guarda de los aguiluchos ibéricos de Valladolid
La Asociación para la Conservación y Estudio de la Naturaleza de Valladolid lleva a cabo un proyecto para la preservación de esta especie rapaz
El aguilucho cenizo, el aguilucho pálido y, en menor medida, el aguilucho lagunero son rapaces muy ligadas a los cultivos de cereal, especialmente trigo y ... cebada, donde encuentra refugio ante la falta de sus hábitats naturales, los grandes herbazales. En estas zonas agrícolas, cumplen además una importante función ecológica al controlar poblaciones de topillos, langostas y otras especies que afectan a los cultivos.
Sin embargo, su dependencia del cereal les convierte en una especie especialmente vulnerable. La cosecha mecanizada, la introducción de variedades precoces y las prácticas agrícolas intensivas provocan la destrucción de nidos antes de que los pollos puedan volar. A ello se suma la pérdida de hábitats por el cambio en el uso del suelo, el uso de pesticidas y la predación natural. Todo esto ha llevado al aguilucho cenizo a ser catalogado como especie vulnerable en España, con una preocupante tendencia al declive de sus poblaciones. Los aguiluchos están muy amenazados, cientos de pollos, incapaces de volar en el momento de la cosecha, son atropellados por las cosechadoras y empacadoras.
La Asociación para la Conservación y Estudio de la Naturaleza de Valladolid (Acenva) lleva a cabo un proyecto cuyo objetivo más importante «es mejorar el conocimiento de la ecología de las especies de aguiluchos presentes en la provincia de Valladolid, incluidos sus movimientos dispersivos y migratorios, a través del anillamiento científico y el radio-marcaje de ejemplares adultos», según expresó la bióloga voluntaria de Mayorga en el proyecto Alba Caballero, quien aseguró que «se trata de conservar y mejorar las poblaciones de estas aves en los términos municipales pertenecientes al área de estudio». Un proyecto que se lleva a cabo trabajando junto a los agricultores.
Lo primero que se hace es la prospección y localización de territorios de nidificación mediante observación directa, «en especial entre finales de marzo y principios de mayo, cuando se desarrolla el periodo de celo y formación de parejas de aves rapaces», según explicó la ambientóloga voluntaria de Mucientes en el proyecto Soraya Padilla. Tras identificar las parejas reproductoras, se lleva a cabo un seguimiento detallado para localizar los nidos, protegerlos de la cosecha mecanizada y obtener datos sobre la reproducción. Una vez detectado un nido, se marca su ubicación con GPS y se instala una baliza visible para evitar su destrucción durante las labores agrícolas. «Estas visitas se realizan con la máxima discreción y en el menor número posible, minimizando molestias a las aves y evitando dejar rastros que pudieran atraer depredadores o curiosos», señaló Alba Caballero.
Para proteger a los pollos de aves nidificantes frente a las labores agrícolas, «se evaluará cada caso y se aplicará la medida más adecuada, priorizando siempre la mínima intervención», indicó Soraya Padilla. En algunos casos, no será necesaria ninguna acción si el nido se encuentra en zonas no afectadas por maquinaria o si los pollos vuelan antes de la cosecha. Otras opciones incluyen retrasar la cosecha en parte de la parcela, dejar sin recolectar un área alrededor del nido (rodal de unos 25 x 25 metros) o, en situaciones críticas, trasladar los huevos o pollos al Centro de Recuperación de Animales Silvestres de Valladolid. En este último caso, los pollos de aguilucho y huevos terminan en el centro su desarrollo y cuando están preparados al cien por cien para poder vivir en libertad, se sueltan al medio natural. Las liberaciones se suelen hacer a partir de mediados del mes de julio y en el mes de agosto, en las mismas parcelas agrícolas donde estaban instaladas las parejas reproductoras, es decir, de donde se recogieron los ejemplares.La dos voluntarias animaron a comunicar a Acenva (teléfono 626067383) si se localiza algún nido o pareja.
Dentro del proyecto otros objetivos son los de divulgar, motivar e implicar a la ciudadanía, dando a conocer la importancia de estas aves en los medios agrarios. Algo que se hace a través de talleres infantiles en colegios e institutos, y desarrollando charlas dirigidas a agricultores y al público en general.
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