Borrar
La charanga La Resaka de Traspinedo prepara sus actuaciones para este verano. José C. Castillo

El alma de las fiestas de Valladolid prepara su regreso

Charangas, orquestas y disyóqueis adaptan sus actuaciones y cierran sus primeros bolos para este verano, aunque prevén que sea «flojo»

Eva Esteban

Valladolid

Domingo, 4 de julio 2021, 08:19

El suyo es uno de los regresos más esperados. Su música se apagó en febrero de 2020, y aunque se presume inusual, orquestas, charangas y disyóqueis ya están de vuelta. No lo harán como se les conocía hace año y medio. Saben que la incertidumbre marca su futuro más próximo, que no cubrirán ni la mitad de eventos que antes. Pero lo importante es salir. Recuperar sensaciones y volverse a sentir en la piel de un artista. El espectáculo debe continuar. «The show must go on», que diría Freddie Mercury.

Muchas agrupaciones, la mayoría, han adaptado sus formatos a la normativa sanitaria, reinventado fórmulas para no tener –un verano más– sus equipos e instrumentos guardados en sus estuches. La distancia de seguridad entre sus componentes es una condición indispensable. Lo saben en Olmedo, en la charanga Botarate, que en lo que va de año ya ha tachado dos actuaciones de su calendario (una en el barrio vallisoletano de San Isidro y otra en Cantalejo, Segovia). «Fue como volver a empezar otra vez, se nos ponían los pelos de punta. Teníamos muchas ganas de volver y juntarnos, porque más que compañeros, somos como una gran familia», reconoce Noé Rico, percusionista, de quien pende el ritmo de sus interpretaciones. De cara a julio y agosto –temporada alta para las charangas– ya están cerrando algún que otro evento. «Mucho menos» que antes de la covid. «Te llama alguien para interesarse, tendremos actuaciones pero no llegaremos ni a la mitad que antes de la pandemia. Otros años, a estas alturas, ya habríamos hecho más de veinte», apunta.

Una situación parecida atraviesan a 50 kilómetros de distancia, en Traspinedo. Allí, La Resaka ya está preparada para un verano «diferente», como reconoce uno de sus miembros, Luis Enrique Velasco, quien también anticipa que ya tienen contratadas «varias» actuaciones. «Nos empiezan a llamar, ya tenemos cerradas varias cosas para este verano, pero a los ayuntamientos les entra la duda de si la gente se va a alborotar; nos dicen que para coger una charanga y estar sentados, mejor contratan a un grupo tributo», argumenta.

No ensayan todo lo que les gustaría. Se juntan cuando pueden, cuando logran cuadrar sus horarios, pues la mayoría lo compatibiliza con otro trabajo (aunque también es la única fuente de ingresos para muchos). «Hemos repartido las partituras para que cada uno lo ensaye por su cuenta y juntarnos cuando podamos, pero las actuaciones estarán bien preparadas», afirma Velasco, que también destaca que no solo ha cambiado el espectáculo que ofrecen (ahora preparan fundamentalmente conciertos, con público sentado), sino también la forma de trabajar y prepararlo.

Un amplio repertorio

«Tenemos de todo en el repertorio, no nos quedamos en 'El Serapio', y eso nos permite cubrir todo tipo de eventos; antes éramos ocho o diez por bolo y ahora si hacemos conciertos hay que plantearlo de otra forma porque no es lo mismo tocar hora y media tranquilamente, con el público sentado, que hacer un desfile de cinco horas y con la gente bailando y juntándose», añade.

La canción del verano de 2020 no sonó en ninguna verbena de ninguna plaza de pueblo. Y todo apunta a que, salvo excepciones, este año tampoco se cantará el reguetón del momento. Porque las orquestas que salgan lo harán con un espectáculo concreto, un formato acondicionado a la pandemia. Por ejemplo, la vallisoletana Génesis ha creado «con algunos de los músicos de la orquesta» versiones concretas de tributos a grupos de pop o Rocío Jurado, entre otros. «Este verano tiraremos con ese formato y a ver el próximo año con qué nos encontramos, porque dos años sin tener orquestas como tal son muchos y algunos habrán tenido que cambiar de trabajo», subraya el propietario de Espectáculos Miguel (que gestiona, además de Génesis, hinchables o espectáculos infantiles), Miguel Hernáez. Cree que todas las agrupaciones de estas características atraviesan una situación «muy parecida».

No obstante, se muestra «bastante más optimista» que hace doce meses. Ahora –dice– los ayuntamientos «te reciben y escuchan». «Estamos mejor que el año pasado, antes los pueblos no tenían intención de hacer nada y ahora apuestan por hacer cosas pequeñitas, que nos permiten salvar los muebles», sostiene el promotor, quien incide en que pese a las actuaciones que les surjan, no podrán seguir así mucho más tiempo.

También han tenido que reinventarse y «buscarse la vida» los disyóqueis. Porque como les ocurre a las charangas y las orquestas, «no es lo mismo» preparar un repertorio para las cinco de la mañana que para las ocho de la tarde. Lo dice el vallisoletano Sergei Rez, quien indica que «ha sido un año muy duro porque no nos han dejado trabajar». Una decisión –en su opinión– «injusta». «No han dejado abrir a determinados negocios o han prohibido determinadas actuaciones, pero sí se han permitido conciertos y otros eventos, y todo eso sin ayudas y teniendo que seguir pagando», lamenta. Desde hace algunas semanas ya va «teniendo cosillas», sobre todo eventos privados, y se muestra confiado en que la situación sanitaria mejore y se celebren este verano «conciertos y festivales que cumplen con todas las medidas». «Estamos acostumbrados a pinchar para que la gente baile, y ves a todo el mundo sentado, mirándote... Que puede estar moviendo los brazos, pero es muy difícil, con la mascarilla y sin verles la cara, saber si les está gustando y se lo están pasando bien», concluye. Cierran sus actuaciones a cuentagotas, con la esperanza de que la vacunación les permita remontar. Todos coinciden, eso sí, en que volverán más fuertes que nunca.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla El alma de las fiestas de Valladolid prepara su regreso