Valladolid

Alegría en Cigales ante el hallazgo de los restos mortales de su hijo más ilustre

Según la tradición surgida en 1552 tras el fallecimiento del primer obispo de la diócesis de Guadalajara, Pedro Gómez Maraver, todos los obispos que le siguieron eran sepultados en el interior de la catedral y tras algunos años, los restos eran colocados en osarios. El fraile y obispo cigaleño, pidió como excepción, se le sepultara en el Santuario de Guadalupe que también es obra suya. Ésta era una información bien sabida por todos, gracias a una reseña publicada en La Gaceta de México en el año 1792. No obstante, se desconocía su ubicación exacta en el templo. Han sido dos años de intensa búsqueda por parte de especialistas y, finalmente, gracias al uso de tecnología 3D, escáneres y sensores se ha logrado hallar el sepulcro, que se encuentra situado a metro y medio bajo el suelo, entre el muro poniente y el altar, en el lado del Evangelio. Este próximo 9 de agosto, los impulsores de esta búsqueda, darán a conocer más datos sobre cómo se han llevado a cabo los trabajos para la localización de los restos.

Alegría en el pueblo y en su descendencia

Este hallazgo sirve para unir, aún más, al municipio de Cigales y la ciudad de Guadalajara, hermanados desde has 31 años por este religioso, cuyo espíritu altruista y filantrópico no conoció fronteras. José Alfredo Lanchero, párroco de Cigales, tuvo la oportunidad el pasado mes de marzo, de participar en la búsqueda de los restos mortales de este prohombre de la iglesia. «Para Guadalajara este hallazgo ha supuesto todo un acontecimiento ya que él fue su gran benefactor. Pero para Cigales también ha sido una enorme alegría. Se está iniciando el proceso para elevarle a los altares y encontrar su cuerpo supone un paso muy grande para conseguirlo», opina este párroco.

Fernando Alcalde es descendiente de Fray Antonio. Es sobrino en octava generación y para él ha sido una gran alegría el hallazgo de los restos de su antepasado. «Él nació en 1701 y falleció con 92 años, algo poco habitual en la época. Tuvo mucho tiempo para hacer cosas muy buenas. Sabíamos que estaba enterrado en el santuario de Guadalupe, pero se desconocía el lugar exacto. Gracias a las nuevas tecnologías ha sido hallado bajo una lápida. La idea es que los restos permanezcan allí, ya que es donde él deseaba estar. Lo que desconozco es, si cuando llegue a los altares se buscará otro lugar más idóneo para ubicar sus restos», explica este cigaleño, que ha viajado a México en más de 10 ocasiones, con motivo de los distintos actos y homenajes que se han ofrecido a su antepasado en los aniversarios de su nacimiento o fallecimiento. Su última visita ha sido también, el pasado mes de marzo, cuando Guadalajara inauguró su jardín Botánico que lleva por nombre 'Villa de Cigales'. «Fray Antonio llegó a México con 62 años, primero a la zona de Yucatán. Ocho años más tarde fue destinado a Guadalajara, capital de Jalisco. Allí hizo grandísimas obras, como el hospital que lleva su nombre, que en su tiempo fue el más grande del planeta y que hoy sigue siendo el más grande de Hispanoamérica. También creó la primera imprenta de Jalisco e hizo importantes proyectos sociales, sanitarios, de saneamiento y de apoyo a mujeres y niñas. Era un adelantado a su época y para mí es un enorme orgullo ser descendiente de una persona que hizo tantas cosas y tan buenas como hizo él», concluye.