El esfuerzo de un municipio que piensa en el día de mañana

En la acción diaria siempre se destaca la necesidad de legar a las generaciones venideras unas condiciones de vida mejores que las que recibimos de nuestros mayores. Ese es el gran objetivo de todos los que, como mi equipo de concejales y yo, nos dedicamos desinteresadamente a la siempre necesaria labor de trabajar, sin retribuciones ni sueldo alguno, por hacer el día a día más agradable a quienes componemos esta pequeña comunidad de Villavicencio de los Caballeros.

Pues, bien, con ese fin en el frontispicio de la tarea municipal, desde que llegué a esta Alcaldía no dejé de mirar en el día de mañana para tratar de que nuestros mayores pudiesen tener un modo de vida en Villavicencio que les garantizase la opción, voluntaria luego a la hora de elegir, de seguir en la localidad en la que nacieron una vez que la edad reduce notablemente las capacidades físicas y psíquicas y se necesita ayuda para las tareas más elementales del ser humano en el día a día.

Por eso llevamos todas estas décadas de acción municipal trabajando para que Villavicencio de los Caballeros disponga de unos servicios sociales de la máxima calidad y la mejor prueba de que lo hemos conseguido es la magnífica Residencia de Mayores Santo Domingo y Santa Eloísa. No es un logro individual, sino colectivo, fruto del esfuerzo, primero, de la Alcaldía; después, de la Corporación municipal, ambas siempre con el respaldo inquebrantable de la sociedad villavicentina, que nos da su apoyo elección tras elección; y, en tercer lugar, de la coordinación y el impulso de la Diputación provincial, la Junta de Castilla y León y el Gobierno de España que han aportado de sus presupuestos partidas para llevarlo a cabo.

No ha sido fácil; no solo por la gran cantidad de administraciones a poner de acuerdo, sino porque ha habido que estar aplicando la técnica del macho pilón y estar permanentemente llamando puerta a puerta en cada una de esas administraciones. Los ruegos, constantes y sin desánimo, han tenido sus frutos. Los beneficiarios de los mismos son nuestros mayores; y no solo los de Villavicencio y la comarca, sino de otros puntos de la provincia que ven en nuestra residencia un lugar en el que vivir. Y trabajar, claro, porque son muchos los empleos que se generan gracias a ello.

Seguiremos en este empeño. Por dos razones; la primera, porque nuestros mayores se lo merecen y quienes hoy son jóvenes, un día llegarán a los 70 y 80 años y aquí tendrán un inmejorable lugar en el que residir. La segunda, porque el tiempo nos ha dado la razón, mostrando que en esto, el esfuerzo y los desvelos merecen la pena.

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