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El alcalde de Aguilar de Campos, José Luis Collantes, ha alertado sobre la presencia de varios lobos en el término municipal de la localidad, incluso ha asegurado que se ha podido ver a un ejemplar por las calles del pueblo. Esta observación viene casi a ... coincidir con el ataque que en el mes de enero sufrió la explotación ovina del propio regidor. Cuando las ovejas fueron sacadas a los prados anexos a la explotación para que se pudieran llevar a cabo las labores de mantenimiento, los lobos lograron apartar a pocos metros a un carnero de 150 kilos para matarlo y comérselo. Fue al día siguiente cuando José Luis Collantes y su hermano Julio Pedro advirtieron lo que había quedado del animal muerto, que se llevó el seguro de la explotación para la retirada de cadáveres. Días después el ataque era notificado a la Guardia Civil de Medina de Rioseco.
Los lobos se llevan viendo en Aguilar de Campos desde el pasado verano, cuando ya atacaron por tres veces la explotación de los hermanos Collantes con la muerte de tres ovejas. Ahora temen lo que pueda suceder cuando con el buen tiempo se empiece a soltar el ganado todo el día a los prados. El alcalde manifestó que tiene que por parte de la administración tiene que haber el oportuno control para que se eviten los daños a la ganadería.
Más recientemente, ya en el mes de febrero, el vecino agricultor Francisco Merino veía desde el tractor, a las ocho de la mañana, a cuatro ejemplares que salían del pueblo con dirección a Bolaños, donde también se han denunciado ataques de lobos en una explotación de ganado vacuno. Merino, al grabarles con el teléfono, los vio corriendo «con pasividad, sin miedo», y señaló que, en su opinión, eran un macho con la hembra y dos hijos ya mayores. Además, explicó que «van a comer por la noche al pueblo y por la mañana regresan a dormir». Para este agricultor, hay que tomar medidas para el control de estos lobos, ya que «aunque se dice que son inofensivos, cuanto más lejos mejor», todo ello sin olvidar que cuando llegue el buen tiempo y los niños estén jugando por los entornos del pueblo, «a mí no me gustaría que mis hijos se encontraran con los lobos».
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