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Cándida 'Kandy' García Santos, nació en Íscar, en 1935. Le gusta presumir de ello. En este municipio vallisoletano pasó su infancia y juventud. Ahora lo recuerda con cariño, cada vez que viaja a los rincones más recónditos del planeta. Todos la conocen como la Abuelita Mochilera ... y por ser todo un ejemplo de vitalidad y envejecimiento activo. Al jubilarse emprendió la gran aventura de su vida, dar la vuelta al mundo. Hoy, a sus 87 años, sigue viajando con la misma intensidad e ilusión de siempre.
Tenía 20 años cuando se trasladó con su familia de su Íscar natal a Guipúzcoa, donde regentó un camping en Oiartzun. Uno de los primeros de España. Fueron precisamente las historias que les contaban los campistas, las que «le abrieron los ojos y las alas», señala. Tiempo después se trasladó a la costa granadina, donde se casó con un abogado de origen holandés. Quizá fue eso lo que le animó a licenciarse en Derecho. Lo hizo en tan sólo dos años y medio y ejerció durante más de veinte años, como abogada experta en derecho penal y civil. «El sueño de mi vida, desde que tenía 20 años era dar la vuelta al mundo. Todo aquello que sueñas, si realmente lo deseas es porque puedes realizarlo y yo puedo decir, que mis sueños se hicieron realidad, porque al cumplir los 66 colgué la toga y me colgué la mochila al hombro», cuenta.
Aquella vuelta al mundo la comenzó en pleno invierno en Argentina, siguió por Centro América y Estados Unidos, continuó por Nueva Zelanda y Australia, para dar después el salto a Hong Kong, Vietnam, Camboya, Tailandia, Nepal y la India. «Tardé 9 meses en recorrer los cinco continentes. Muchos se asombraron y me preguntaban si no me daba miedo viajar sola. Yo me reía. El miedo es algo que tenemos que apartar de nuestra mente, porque lo único para lo que sirve, es para impedir que cumplamos nuestros sueños», continúa esta trotamundos afincada en un pueblo de Granada. «Recuerdo que antes de partir a mi vuelta al mundo, mi hijo me regaló unas chapas metálicas para colgármelas en el cuello. En ellas ponía mi nombre y su número de teléfono, por si me pasaba algo. Entonces las comunicaciones no eran tan fáciles y cada tres meses le llamaba para que supera que estaba bien», recuerda Kandy, que en sus viajes siempre se hospeda en albergues juveniles, porque le permite conocer gente con quien compartir el desayuno de la mañana. «Nunca me he sentido sola. Porque la soledad cuando no es impuesta es maravillosa», dice.
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Todas sus andanzas por el mundo, las ha recogido en su libro titulado 'Abuelita mochilera: vuelta al mundo en solitario' (Aldevara, 2009). Cuenta que ha vivido momentos muy extremos, como cuando en Hong Kong unos filipinos le quisieron hacer chantaje y estuvo con un pie dentro de la cárcel. «Por el camino siempre te pasan cosas. En una plaza de Guatemala, vinieron 4 hombres a atracarme. Les dije que ya me habían robado todo por la mañana y con las mismas, me dejaron en paz», relata esta viajera, que siempre va ligera de equipaje. «Nunca facturo y nunca paso de los 3,5 kilos de equipaje y siempre me sobra espacio en la mochila. No se necesitan demasiadas cosas para recorrer el mundo», opina
Hoy Kandy tiene 87 años y sigue viajando. El pasado mes de octubre estuvo en Irán, un país que le ha maravillado y hace apenas unos días que acaba de regresar de Sri Lanka, a donde piensa volver en Semana Santa. «Es una isla maravillosa. Ha sido triste constatar que, tras el golpe de estado sufrido hace unos meses, el turismo brilla por su ausencia. Se habla de apagones de luz, de escasez de comida, de revueltas callejeras pero la vida en esta isla, al menos para los turistas, es un paraíso. La electricidad se va unas horas por las tardes pero prácticamente ni nos enteramos, porque en todos los hoteles tienen generadores y la luz nunca falta. La comida muy buena y muy variada y sus gentes amables y siempre dispuestos a ayudar. Sri Lanka necesita recibir muchos turistas para conseguir salir de la crisis económica donde ahora se encuentra», contaba hace apenas unos días en sus redes sociales.
Su pasaporte está plagado de sellos. Ha viajado a 84 países, aunque para ella, el número no es lo importante. Lo que realmente le importa, es la intensidad con la que conoce cada rincón del planeta. Ha viajado 22 veces a la India, 10 a Sri Lanka, 8 a Tailandia y 4 a Vietnam. «Empecé a viajar a los 66 años y tengo 87. He tenido tiempo de dar muchas vueltas al mundo y he repetido aquellos países que más me interesaban. Asia me apasiona, en cambio, África Central me atrae menos. Desde hace un par de años, ya no viajo sola, porque cuando digo que voy a algún destino, siempre hay alguien que se apunta a viajar conmigo. Son personas que he conocido en mis viajes anteriores o a través de mi blog. Nos lo pasamos genial y yo siempre hago de guía», concluye.
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