

La prohibición pilla por sorpresa a los bañistas en Moreras: «Me he enterado cuando he llegado»
La presencia de bacterias de origen fecal desaconseja zambullirse en la playa fluvial y los usuarios confiesan que «con el calor que hace no es normal que no nos podamos bañar»
«Por resolución de la Dirección General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León se dicta prohibición ... permanente de baño en la zona de baño río Pisuerga ubicada en la localidad de Valladolid e integrada en la demarcación hidrográfica del Duero, hasta que la evaluación anual de la calidad de las aguas de baño arroje una clasificación, al menos, suficiente». Así se avisa a los posibles bañistas de que la playa de las Moreras no permite el uso del río como método para refrescarse del calor que asola la ciudad estos últimos días.
Una prohibición que se hace efectiva el pasado 11 de junio cuando el primer análisis de la temporada, con fecha de día 3 de junio, constataba la presencia de 'Escherichia coli' y de 'Enterococo' por encima de los valores que garantizan un baño seguro. Los servicios de Salud Pública de la Consejería de Sanidad reflejaban en el informe oficial que la playa de las Moreras es una «zona donde queda prohibido el baño temporalmente».
La prohibición de baño no impide el uso del arenal de 390 metros de largo por 83 de ancho en pleno corazón de Valladolid y son muchos quienes se acercan hasta la playa para desconectar del bullicio de la ciudad o como alternativa a piscinas municipales. Es el caso de Raquel Pascual, que disfruta por primera vez de una tarde en la playa de las Moreras acompañada de un libro, quien confiesa haber «oído algo de que no se puede bañar nadie pero tampoco lo sabía a ciencia cierta». A su visita a la playa por primera vez la joven confesaba «el agua no luce muy bien, no invita a probarla o meterse en el río». Pese a ello, la joven natural de Zamora puntualiza que «las piscinas de Valladolid, y concretamente la de Zaratán, me parece bastante caras y he decidido venir aquí porque en casa hace mucho calor».
Aunque el arenal cuenta con varias duchas para poder refrescarse son muchos los que se acercan a la orilla a mojarse los pies o incluso que se atreven a introducirse de lleno en el río pese a los tres carteles colocados en la orilla informando sobre la prohibición. Andrea Aura decidía pasar la tarde de hoy junto a su hijo en la playa cuando los carteles con la prohibición sorprendían a madre e hijo: «Ha sido el niño el que se ha dado cuenta de ello. Le he dejado que se acerque un poco a la orilla a mojar los pies porque tiene calor».
«El año pasado no hemos venido pero ahora que tengo a mi hijo conmigo pues si que tenía pensado venir a la playa en verano. Muchas veces de trabajar y la piscina me pilla lejos. Estar todo el verano sin poder refrescarnos en el río es un palo tremendo», puntualiza la madre que observa, sentada en la arena, como su hijo no se mueve de la orilla. «Nos conformaremos con pistolas de agua que rellenamos en la fuente y con una ducha fría de vez en cuando», relata Andrea Aura.
Disfrutar de una playa fluvial en pleno corazón de Valladolid sorprende y mucho a quienes llegan a la ciudad procedente de otros países. Gerond Picond, francés que lleva tres meses trabajando en Renault, confiesa ser usuario habitual de la playa «porque vivo en el centro de la ciudad y me gusta venir aquí a hacer deporte y desconectar de los edificios». «Me parece muy mal que no nos podamos bañar en el río porque con este calor es necesario refrescarse un poquito», puntualiza el francés que se defiende en español con soltura.
«Cuando estoy en la playa estoy un poco frustrado porque quiero meterme al agua y no se puede porque está sucia y prohibido. Es un poco triste tener agua aquí y no poder tirarme», relata el joven que llegaba a la playa tras una jornada de deporte en la ribera del Pisuerga. «No me he metido nunca en el agua y tampoco quiero porque está sucia y huele mal», sentencia.
Multas de hasta 750 euros por bañarse en Moreras
La legislación prohíbe de forma expresa darse un chapuzón en cualquier «espacio acuático» de la capital no autorizado bajo sanción de hasta 750 euros. Da igual que sea en estanques, en fuentes o, en este caso concreto, otros espacios acuáticos. La ordenanza municipal de protección del medio urbano recoge expresamente la prohibición de «bañarse (o pescar) en los estanques u otros espacios acuáticos no autorizados expresamente». La sanción por incumplir esta norma, recogida en el apartado g del artículo 9, puede ascender hasta los 750 euros al estar catalogada como una infracción leve.
Desde la Policía Municipal confiesan que «este tipo de sanciones, sobre todo en la playa de las Moreras no son habituales y no forman parte de nuestro día a día» pero puntualizan: «Si que se han levantado actas y posteriores sanciones en varias ocasiones en fuentes como la de Plaza Zorrilla o Fuente Dorada o en el estanque de Campo Grande bajo esta ordenanza».
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