![Uno de cada cuatro docentes de la Universidad de Valladolid es profesor asociado](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202103/05/media/cortadas/Filosof%c3%ada-kGyE-U130722997734VsH-1248x770@El%20Norte.jpg)
![Uno de cada cuatro docentes de la Universidad de Valladolid es profesor asociado](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202103/05/media/cortadas/Filosof%c3%ada-kGyE-U130722997734VsH-1248x770@El%20Norte.jpg)
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Los profesores asociados llegaron a las universidades españolas hace cuatro décadas para aportar a sus clases la experiencia de profesionales externos con vocación de enseñar. Una buena idea para acabar con la sempiterna desconexión entre las aulas y la realidad laboral. Hoy, el uso ... y abuso de esta figura para tapar huecos en las plantillas docentes, pone en riesgo el futuro docente de la enseñanza superior. «Se ha transitado de explotar la vocación a explotar la necesidad», resume el portavoz de la Plataforma Estatal de Profesorado Asociado y docente en la Universidad de Burgos, Jesús Zamanillo.
En las universidades públicas de 12 de las 17 comunidades autónomas, estos docentes cubren ya más 47% de las plazas, tope marcado por la norma vigente, lo que las sitúa en fraude de ley.
Entre ellas también está alguna de las de Castilla y León, aunque sus niveles de abuso de esta figura están muy por debajo de catalanes o madrileños, donde llega a superar el 70% de sus plantillas de personal docente e investigador (PDI). La cifra nacional de este colectivo ronda ya los 30.000 contratados.
En el caso de la Universidad de Valladolid (UVA), 560 de sus algo más de 2.500 profesores (27%) son asociados. Aunque a esta cifra habría que sumar los 300 asociados vinculados al Sacyl que dan clases en toda la rama sanitaria. En el resto de las públicas de la región oscila entre el 20,6% de Salamanca y el 41,6% de Burgos. León se sitúa en un 28,1%, según el informe del Observatorio del Sistema Universitario.
Este análisis advierte además de que el 42,4% del PDI de Valladolid son temporales. Un porcentaje que en la región superan Salamanca (44,5%) y Burgos (48,1%). Solo León, que roza el 40%, está detrás.
Los asociados deberían ser profesionales con un trabajo externo. Para muchos es su único contrato y se dan de alta como autónomos. En muchos casos, «tratan de hacer carrera pero eligen una vía inadecuada», lamenta el delegado de CCOO en la Junta de Personal de la UVA, José Miguel Rodríguez. Unos y otros cobran entre 400 y 600 euros mensuales.
El vicerrector de Profesorado de la UVA, Javier de Frutos, admite que la figura del asociado «es la única que nos ha quedado» después de los «ajustes brutales» tras la crisis de 2008.
Tras ella llegaron años en los que la tasa de reposición de bajas era del 10% (un profesor por cada 10 que salían). La financiación pública de la enseñanza superior cayó un 22,7% en euros contantes en las cuatro públicas de Castilla y León en el periodo 2009-2016.
El resultado ha generado situaciones como la de Burgos donde la mitad de sus 900 profesores son asociados. «Las universidades han incurrido en un grave error y nos han convertido en estructurales. Están cómodos, somos baratos y no tienen prisa», resume su portavoz, Jesús Zamanillo.
A pesar de que la UVA es una de las que menos ha abusado de esta figura educativa, el vicerrector de Profesorado de Valladolid, Javier de Frutos, admite que «a muchos de estos docentes les gustaría hacer carrera y ponen todo su esfuerzo. Es frustrante ver pasar los años y no tener rendimiento porque no ha habido plazas para hacer ese recorrido. Pero ellos saben que el margen de maniobra no da más de sí».
Así se explica que en esta categoría haya profesionales con cerca de 30 años de docencia. Y también que varias sentencias judiciales recientes hayan dado la razón a los afectados. «Cuando echan a alguien, como están en fraude de ley suele acabar en despido improcedente», confirma Jesús Zamanillo.
Su única salida es dar el salto a una plaza de profesor ayudante doctor. Pero eso les exige hacer una tesis además de investigación. El colectivo reclama que «se objetive lo que aportamos, porque investigar no puede ser el único argumento para progresar. Así jugaremos siempre con 'cartas marcadas' en contra», reclama Zamanillo.
Solo 35 docentes asociados de la UVA (6,3% del total) tienen hoy las acreditaciones para dar el salto el próximo curso. Para hacerlo factible, su Consejo de Gobierno aprobará hoy 20 plazas. «Un esfuerzo que hacemos para ofrecerles una 'pasarela'. Pero no tenemos potencial económico para ir más allá», admite De Frutos.
Desde hace meses se discute en el Ministerio de Universidades una nueva reforma para acabar con esta figura que está lastrando la estabilidad y el futuro de las plantillas docentes. Todas las partes coinciden en la necesidad de «una reforma educativa que ponga trabas al abuso de esta figura, y que dé salidas al tapón de profesores asociados». Pero ya van cuatro o cinco borradores y siempre son rechazados. Mientras, los asociados reunidos en plataformas, se plantean ya poner toda su fuerza sobre la mesa. «Si paráramos o nos echaran a los 30.000 que somos el mismo día verían lo estructurales que somos hoy», advierte su portavoz, Jesús Zamanillo.
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