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La procesionaria llega este año más agresiva por la sequía y el calorSanidad ·
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La procesionaria llega este año más agresiva por la sequía y el calorSanidad ·
Una investigación de la UVA revela que los trabajadores forestales tienen más reacciones y más severas y están infradiagnosticadosCada oruga tiene un millón de agujitas que dispara, y lo hace con poderío, cuando se siente amenazada. Afecta a cualquier persona, como lo hacen las avispas y abejas, provocando una molesta urticaria y en algunas causa una fuerte reacción, muy seria. La alergia a ... este lepidóptero afecta de forma seria al 10% de la población y los cambios climáticos han modificado y prolongado su comportamiento.
La procesionaria, hay 150 especies pero la del pino es la más habitual especialmente en tierras castellanas, baja de los árboles en 'procesión' –de ahí, su nombre– hasta enterrarse en la tierra–, lo hace cuando las temperaturas aumentan. Cuando es adulta mide entre dos y tres centímetros y es en marzo y abril cuando más fuerza cobran porque son más grandes por eso este lepidóptero tiene una fuerte presencia ya estos días en parques y jardines, en el campo, especialmente en pinares y terrenos arenosos.
Explica la doctora Alicia Armentia, catedrática de Alergología y jefa de este servicio enel Río Hortega para todo Valladolid, que «debido a la calima, a la sequía y a las corrientes subsaharianas, estas orugas que se arrastran cuando mueren dejan 'sembrado', el suelo de sus espículas (pelillos). Y, como no hay lluvias, no se pudren y el viento las mueve y levanta y afectan a los ojos, a la piel, a cualquier parte del cuerpo en contacto con el aire. Provocan en el 90% de los casos urticaria; en el 40%, asma y en el 30% o 35%, anafilaxia. Es similar al afecto de los himenópteros (avispas y abejas). La primera vez provoca picores y molestias sin más, pero cuando más se contacta con ella, más se sensibiliza y cada vez se tiene más reacción porque se han generado anticuerpos y cada vez el contacto resulta más peligroso», destaca.
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La procesionaria «aparece en septiembre y se prolonga hasta marzo y abril; pero es en los últimos meses cuando se ha hecho más grande y ha tenido más tiempo de cargar sus arpones con veneno. Cuando hay sequía y más tiempo de calor, bajan antes de los nidos de los árboles y comen más, durante más tiempo, se hacen más gordas y acumulan más veneno. Son por ello cada vez más agresivas. Esta oruga suelta esos pelillos para defenderse del ataque, en principio de los pájaros como el herrerillo, pero responde igual cuando un humano la toca, la roza o contacta con sus espículas sueltas. Y si le haces algo a la líder, que es la que va en cabeza, si se la separa con un palo –un peligroso juego para los niños– las demás se arquean, forman una bola y sueltan del cogotillo sus alergénicos pelillos y es para echar a correr. Es muy peligroso cuando atacan todas a la vez», advierte. «Tuvimos un caso en la UCI de un hombre que recogió varias haciendo bolas de su jardín.Menos mal que no era alérgico sino se muere. Con las abejas hacen falta quinientas picaduras para matar, provocan unadescomposición del tejido muscular (rabdomiólisis) que afecta claro al corazón. Con las orugas no se han contado cuántas;pero puede conllevar un disgusto muy serio».
Esta prolongación de las plagas en el tiempo, su mayor tamaña y cantidad de veneno es uno de los resultados que confirma una investigación de la Universidad de Valladolid (UVA). El trabajo de fin de grado de María Vega Bayón, con la doctora Armentia como tutora, estudia en concreto la alergia ocupacional en los trabajadores forestales.
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Ana Santiago
Su estudio revela que, cada vez, más los profesionales que trabajan en el campo, con la madera y recolectores de piña sobre todo, tienen reacciones por la 'thaumetopoea pityocampa' que con frecuencia son severas y , en ellos, la exposición repetida e importante a este insecto favorece la sensibilización alérgica. «Este estudio muestra la relevancia clínica de dicha sensibilización, con frecuencia los trabajadores presentan clínica inmediata, más importante y en cualquier época del año y es necesario que las Unidades de Alergia dispongan de extractos diagnósticos comercializados de esta procesionaria para la realización de pruebas 'in vivo' e 'in vitro'·, concluye. Un problema que afecta también a los recolectores de setas o jardineros. Además, el trabajo sugiere que, seguramente, «estén infradiagnosticados porque acuden poco a los servicios sanitarios dado que ya saben a qué se debe y cómo tratarlos».
A este respecto, Armentia recomienda especial cuidado «con los niños, no dejarlos jugar en la arena, con los cachorros de perro porque les inflama hasta tal punto la lengua que los ahoga, también les afecta mucho a la trufa». En caso de afectación en humanos «recomienda poner cinta adhesiva sobre la piel para retirar todos los pelillos posibles, tomar antiinflamatorios, analgésicos y una crema de corticoides suave. Si los síntomas son importantes hay que acudir al médico».
Y, fundamental, la prevención cubriéndose con guantes, sombreros de ala ancha. Los trabajadores reivindican ropa apropiada.
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