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El dragado comenzó hace una semana con la construcción de una presa provisional a la altura de la pasarela sobre la calle Dársena y el desvío del agua del Canal de Castilla por un canal secundario, que ha tenido que ser reforzado para soportar el ... caudal procedente del tramo final de esta infraestructura decimonónica (entró en servicio en la capital en 1836 y fue navegable hasta 1959), que permanecerá en el dique seco durante un año para retirar las toneladas de lodo y basuras acumuladas en torno a la dársena (puerto fluvial) de La Victoria. La intervención en el tramo de cuatrocientos metros lineales, desde la citada pasarela hasta la canalización al borde de la avenida de Gijón, será la primera de este calado realizada en los últimos 71 años y consistirá no solo en la limpieza del vaso, que en este punto supera los quince metros de ancho y que acumula más de dos metros de lodo, sino en su rehabilitación e impermeabilización y el refuerzo de sus sillares y juntas.
El proyecto de rehabilitación de la dársena del Canal de Castilla supondrá una inversión de 882.704 euros y se prolongará durante los próximos doce meses, un periodo en el que el tramo final de la infraestructura, a su paso por La Victoria, ofrecerá una estampa inédita desde mediados del siglo XX, cuando se realizó el último dragado (1951) y en el que la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), titular del canal, ejecutará en paralelo la construcción de un desagüe de seguridad a la altura de Cigales. El organismo de cuenca prevé a medio plazo sacar adelante otro proyecto de recuperación de las márgenes izquierda y derecha, donde en los últimos años se han rehabilitado ya dos inmuebles y abiertos sendos restaurantes, en este mismo tramo para recuperar sus senderos y rehabilitar otras edificaciones. Los vecinos del barrio reclaman, en este sentido, que se habiliten senderos peatonales en las dos márgenes del canal en este tramo que parte casi de la avenida de Gijón.
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La dársena ofrece hoy una inusual imagen de un lodazal con un hilillo de agua corriendo por la parte central y un sinfín de desperdicios visibles, por ahora, en la superficie, en forma de neumáticos, botellas, bolsas y escombros acumulados en sus aguas desde el dragado de 1951. Los operarios tendrán que esperar a que se seque el lodo para comenzar las arduas tareas de limpieza con el fin de descubrir el fondo y comenzar su rehabilitación, así como la recuperación del antiguo dique seco.
El vaciado de la dársena ha obligado a su vez a Aquavall a modificar el circuito del abastecimiento de agua de la capital, que se surte precisamente de los canales de Castilla (da servicio a la depuradora de Las Eras) y del Duero (San Isidro). Para ello se ha habilitado un 'by pass' provisional del canal y utilizado la toma de emergencia del Pisuerga para surtir a Las Eras, que suministra cerca del 70% del agua, y reforzado en paralelo el volumen de agua de la depuradora de San Isidro. «La ciudad cuenta con un anillo circular que garantiza el suministro durante los trabajos y con anterioridad al dragado ya se habilitaron los desvíos pertinentes para que así sea», apunta la concejala de Medio Ambiente, y presidenta de Aquavall, María Sánchez.
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