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Óscar Puente, alcalde de Valladolid. Gabriel Villamil
Preservando el patrimonio histórico de Valladolid

Preservando el patrimonio histórico de Valladolid

Especial Municipalismo. El patrimonio de Castilla y León ·

«En Valladolid, se viene optando por dar vida a elementos patrimoniales que corrían peligro de desaparecer»

óscar puente santiago, alcalde de valladolid

Miércoles, 1 de julio 2020, 15:50

Castilla y León cuenta con sobrados argumentos para poder presumir de un largo y fecundo pasado, testimonio de lo cual son, entre otras muestras, monumentos y vestigios repartidos con largueza por estas tierras y que proclaman, bien a las claras, que aquí se cocieron hechos de singular importancia para la historia de nuestra comunidad autónoma, de España y, lo decimos sin empacho, de la humanidad.

Esas evidencias que constituyen la esencia de nuestro patrimonio cultural nos aportan la percepción de que formamos parte de una colectividad que hunde bien profundo sus raíces en el ayer, a la vez que nos sirve de cimiento en el que pisar firme ante un mundo que sufre rápidas y vertiginosas transformaciones. Por ello, estamos en la obligación de preservar el legado que nos han hecho llegar quienes nos precedieron y de entregarlo en las mejores condiciones a quienes nos han de suceder.

Buena parte de ese patrimonio cultural que hemos heredado se encuentra repartido por las calles y plazas de nuestras ciudades, lo cual es consecuencia de los numerosos y trascendentes acontecimientos que se han sucedido en las mismas a lo largo de su secular trayectoria. Así ocurre, también, en Valladolid, ubicada en el corazón de Castilla y León y escenario de importantes acaecimientos históricos. No en vano, por citar solo unos pocos hechos relevantes, en Valladolid fue coronado Fernando III, 'El Santo', estuvo la sede de la Real Audiencia y Chancillería, se casaron los Reyes Católicos, murió y fue enterrado Cristóbal Colón, nació Felipe II, se produjo la conocida como Controversia de Valladolid, estuvo la capital política del Imperio con Felipe III y Cervantes escribió el prólogo y los poemas preliminares de El Quijote. Todos esos sucesos, y muchos otros de no menor calado, tienen aún reflejo, de una u otra manera, en el patrimonio histórico y artístico de la ciudad.

Los ayuntamientos, también el nuestro, están obligados a proteger y promover la conservación de ese rico patrimonio histórico y artístico que albergan en su ámbito territorial, adoptando las medidas necesarias para evitar su deterioro o destrucción. Así se establece tanto en la Ley de Patrimonio Histórico Español como en la Ley de Patrimonio Cultural de Castilla y León.

Una herramienta imprescindible para los ayuntamientos en esa encomienda se encuentra en el planeamiento urbanístico, que establece la obligación de contar con un catálogo de bienes patrimoniales y su normativa de protección. Así ocurre, también, en el caso de Valladolid, donde la revisión del Plan General de Ordenación Urbana, en trámite de aprobación, cuenta con esas herramientas y se contempla que la gestión del patrimonio que debe hacer el Ayuntamiento ha de considerar que los monumentos son espacios vivos que nos hablan del pasado y, a la vez, son testimonios de la continuidad de la historia en la cultura actual.

En consecuencia, en Valladolid, más allá de la necesaria conservación normativa que se deriva del planeamiento, se viene optando, desde hace años, por dar vida a elementos patrimoniales que corrían peligro de desaparecer. Así se hizo, por referirme solo a algunos ejemplos, con el Monasterio de San Benito, importante cenobio cabeza de la Orden benedictina en España, que fue restaurado, siendo alcalde Tomás Rodríguez Bolaños, empleándose por primera vez la fórmula novedosa de la escuelas-taller. Actualmente aquel edificio acoge servicios administrativos del propio Ayuntamiento y el Museo Patio Herreriano.

E igualmente se salvaron del abandono otros espacios excepcionales ubicados en el centro de Valladolid, como son las iglesias de las Francesas y de la Pasión, hoy reconvertidas en Salas de Exposiciones municipales, y, más recientemente, la iglesia del convento de San Agustín que, tras una profunda rehabilitación, acoge el Archivo Municipal.

En nuestros días, el Ayuntamiento de Valladolid sigue teniendo entre sus prioridades la preservación del patrimonio cultural de la ciudad, prueba de lo cual son dos actuaciones recientemente acometidas por el equipo de gobierno municipal. Una de ellas tiene que ver con el convento de Santa Catalina, que data del siglo XV y que, a pesar de estar declarado Bien de Interés Cultural, corría peligro de ruina tras llevar más de una década abandonado. El Ayuntamiento ha adquirido este singular espacio que es el último terreno libre en el centro de la ciudad. Se trata de un enclave privilegiado susceptible de albergar diversos usos que se definirán en un proyecto que habrá de abordarse con detenimiento, por cuanto requerirá de un gran esfuerzo económico. Por el momento, el Ayuntamiento ha realizado un detallado inventario de todos los bienes que aún se conservan en el inmueble y va a proceder a consolidar aquellas partes del convento que presentan mayor grado de deterioro.

La otra intervención relevante tiene que ver con la compra por parte del Ayuntamiento del Teatro Lope de Vega, el más antiguo de la ciudad, inaugurado en 1861, que lleva cerrado desde hace 20 años, lo que ha contribuido notablemente a su deterioro. La pretensión del equipo de gobierno municipal es proceder a la rehabilitación de este histórico edificio para que vuelva a formar parte de la amplia oferta de espacios destinados a las artes escénicas con las que cuenta Valladolid.

La adquisición de estos edificios, de un valor cultural incalculable, va a conllevar su preservación y recuperación para que sean disfrutados por la ciudadanía.

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