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Confía el vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, en que «a mediados del verano» –después de meses de restricciones, cierres perimetrales y aforos controlados– sea por fin posible la vuelta «a la vida normal». Lo dijo la semana pasada. Aventura el alcalde ... de Valladolid, Óscar Puente, que si en España sucede lo mismo que en Israel (con esa brusca caída de contagios gracias a la vacunación), no tendría entonces sentido «seguir pensando en restricciones a medio plazo. Septiembre debería ser un mes de recuperación total de la normalidad». Total con mayúsculas. Lo ha asegurado esta misma semana.
El verano se divisa –por lo menos a partir de agosto– como un edén en el que nuestra vida comenzará a parecerse un poco más a lo que vivíamos antes de la llegada de la pandemia. Dependerá del ritmo de vacunación. Dependerá de los porcentajes de inmunización colectiva. Pero las administraciones se preparan para diseñar un verano que traiga algo de esperanza con las altas temperaturas.
Tal vez será pronto para quitarnos la mascarilla (aunque en países con altísimo niveles de vacunación ya se permite estar sin tapabocas al aire libre). Pero hay decisiones que invitan a pensar en lo mejor. Las miradas del Ayuntamiento de Valladolid están puestas en las fiestas de la Virgen de San Lorenzo. Se celebrarán del 3 al 12 de septiembre. Para entonces, el 70% de los vallisoletanos ya tendrían que estar vacunados (de acuerdo con la promesa lanzada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a principios de abril).
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Se intuye para entoncespara esos meses un escenario de mayor seguridad que permitirá una programación de ferias que recupere actividades suspendidas el año pasado. ElConsistorio trabaja en un programa con fuegos artificiales, casetas gastronómicas, carruseles en el Real de la Feria y conciertos en la Plaza Mayor. Habrá medidas especiales y controles de aforo. Está revisto un plan B por si la situación empeora.Pero el Ayuntamiento dice estar preparado para celebrar una fiestas seguras al final de una escalera veraniega hacia la normalidad.
Estas son algunas de las pistas que nos dicen cómo será este verano en Valladolid.
Cultura
Así pues, el Ayuntamiento trabaja con la esperanza de que el ritmo de inoculación permita alcanzar septiembre con un elevado porcentaje de población vacunada que posibilite celebrar en septiembre los conciertos de ferias en la Plaza Mayor. Habrá que ver, eso sí, con qué porcentaje de aforo. «Otros años, ya se ha limitado el acceso a la plaza cuando se superaba el máximo de personas permitidas, con controles en los accesos desde Santiago o la calle Ferrari», explica Ana Redondo, quien añade que una medida similar se adoptará este año para limitar la entrada a la Plaza Mayor, en función del aforo máximo que las autoridades permitan en ese momento. En fechas previas a la pandemia, el límite se cifraba en 27.000 personas. Si, por ejemplo, se autoriza un tercio del aforo, podrían acceder a la Plaza Mayor en torno a los 9.000 espectadores.
Una vez dentro, se estudian alternativas para distribuir al público y evitar aglomeraciones. En algunos conciertos al aire libre se ha optado por la colocación de sillas. En otros casos –como en manifestaciones– se han puesto marcas en el suelo (con cinta aislante o tiza) para indicar el lugar que debe ocupar cada espectador. Las grandes pantallas pueden ayudar a seguir el recital por aquellas personas que están más alejadas del escenario. El cartel musical «por coherencia» respetará la previsión de 2020 (Keane, Ana Torroja, Luz Casal, The Hives, Carlos Sadness, Don Patricio, Francisco), aunque puede haber cambios de última hora.
Antes de eso, Valladolid tiene otras citas culturales. La Feria del Libro se celebrará del 4 al 13 de junio en la Plaza Mayor. «Ya hemos demostrado que se puede celebrar con total seguridad», defiende Redondo. El festival de Teatro y Artes de Calle (TAC) salta a la segunda quincena de julio, para buscar fechas «más cercanas a la normalidad», con una «programación más intensa que la de 2020», aunque sin llegar al volumen de actuaciones previas a la pandemia. También se intensificarán los ciclos musicales en varios escenarios al aire libre (se trabaja en los patios de San Benito, la Feria de Muestras y de varios colegios, así como en plazas como Portugalete). «Depende de cómo evolucione la pandemia, pero si se incrementan aforos y se aligeran restricciones, podríamos pensar en actividades musicales en Las Moreras», añade Redondo.
Las primeras celebraciones
El calendario importa, claro. No son iguales unas fiestas en septiembre (como las de Valladolid, Laguna o Medina del Campo), donde se supone que la pandemia habrá remitido gracias a la extensión de las vacunas, que las que llegan ahora, en mayo. En la capital está San Pedro Regalado. «Nos preocupa que sea solo unos días después de que termine el estado de alarma», reconoce Ana Redondo. Por eso, el Ayuntamiento mantendrá el perfil bajo en la programación. Sí que está previsto el mercado castellano, que se trasladará seguramente a la Plaza Mayor para darle más realce. Pero no habrá grandes conciertos (como con la Orquesta Panorama, en el año prepandémico).
El posible fin del toque de queda puede complicar las cosas, sobre todo si se extienden los botellones, como los que antes de la covid se celebraban en Las Moreras. También habrá que estar atentos a la situación a finales de junio, con San Juan.
Antes, hay otras localidades que celebran ya sus fiestas patronales. «Todos los pueblos estarán pendientes de lo que otros hagan antes que ellos», dice Alberto Sanz, alcalde de Valdestillas, uno de los primeros pueblos en fiestas (en mayo). Allí está previsto instalar una carpa (con 500 asientos) en la Plaza Mayor para albergar el pregón, actividades infantiles y musicales. Habrá fuegos artificiales, pero no toros. Será uno de los primeros indicadores de cómo pueden desarrollarse este año las fiestas en la provincia.
Fiestas en la provincia
Si la normalidad del verano en los pueblos son encierros y verbenas en las fiestas patronales, entonces habrá que hacerse a la idea de que este 2021 no será aún un verano normal. No habrá suelta de reses por las calles de Tudela, La Seca o Peñafiel. «Los encierros son el punto de fuerte de nuestras fiestas, pero este año tampoco van a ser posibles», reconoce Alberto Collantes, alcalde de Viana de Cega. No solo por las aglomeraciones que suponen, sino porque para muchas localidades son un imán que atrae a visitantes para sus fiestas. «Si no hay toros, no hay efecto llamada», admiten desde el Ayuntamiento de Laguna, que sí que plantea novilladas o concursos de cortes para sus fiestas de septiembre.
«Festejos así, en la plaza de toros, se pueden organizar, con aforos limitados», asegura Javier García, alcalde de Pollos. También en Medina del Campo esperan honrar a San Antolín con algún tipo de espectáculo taurino, «pero encierros no», dice el regidor medinense, Guzmán Gómez. Todos los alcaldes se muestran cautelosos respecto a las actividades que podrán programar en fiestas. Está claro que no habrá actos que generen multitudes (en Peñafiel no cuentan para este año con chúndara, capeas o encierros). En Tordesillas no se celebrará el desfile de los faroles. Las verbenas y discomovidas se sustituirán por conciertos o espectáculos de humor donde el público esté sentado. Ni hablar de paelladas donde haya que quitarse la mascarilla. «Tenemos que ir a actos que se puedan programar al aire libre y que no supongan grandes concentraciones de personas», concluyen desde el Ayuntamiento de Arroyo.
Fiestas en la capital
El reto es aspirar a la mayor normalidad posible y por eso la Comisión de Fiestas de lac apital trabaja en un programa que respete las principales señas de identidad de las ferias de Valladolid. Ya está abierto el proceso para contratar a las empresas que participarán en el festival pirotécnico. Los carruseles volverán a ocupar el Real de la Feria (con extra de desinfección, marcas de dirección para los asistentes y restricciones de aforo). Habrá actos, eso sí, que no se podrán celebrar: aquellos donde haya gran acumulación de personas y no se garantice la distancia de seguridad, como el desfile de peñas, que no será autorizado. Sí que está previsto (ya se han iniciado con las conversaciones con la Federación de Casas Regionales) que se instalen las casetas gastronómicas en el aparcamiento junto al estadio Zorrilla. La previsión es ocupar más espacio, mayor separación entre casetas y especiales medidas de seguridad para que no haya aglomeraciones al pedir en las barras ni luego a la hora de consumir.
Hostelería
La hostelería cruza los dedos para que no haya más cierres del interior de sus negocios y que las cajas registradoras se recuperen después de un año catastrófico. El Ayuntamiento ha permitido a aquellos establecimientos sin terraza pueden extender mesas y sillas hasta en tres plazas de aparcamiento (36 metros cuadrados). Para septiembre, se confía en que se pueda celebrar una Feria de Día, también como en las casetas gastronómicas, con medidas que eviten las aglomeraciones. El último año prepandémico hubo 95 casetas.
Piscinas
Valladolid abrirá este verano sus piscinas en unas condiciones similares a las del año pasado, con controles de aforo y marcas en el suelo para parcelar las zonas de estancia y garantizar así que se respeta la distancia de seguridad. También estará prohibido que se introduzcan elementos externos, como mesas y sillas. El año pasado (hubo vigilancia de refuerzo junto a los socorristas) el aforo se marcó al 75%, con la ventaja de ser espacios al aire libre. También se habilitará la plaza de Las Moreras para la temporada de baño.
Campamentos
Si nos atenemos a la fecha de hoy, «no habrá campamentos de verano con pernoctación», asegura el concejal de Participación Ciudadana, Alberto Bustos, quien explica que este año se ha retrasado la contratación de este servicio para «apurar al máximo» y ver qué tipo de colonias se pueden ofrecer de cara a este verano. El año pasado, ya en plena pandemia, se optó por campus deportivos y actividades al aire libre (con 2.300 plazas en 83 turnos). Para este 2021, seguramente haya que repetir la misma fórmula.
«Por mucho que mejore la situación, parece casi imposible que se puedan celebrar campamentos con pernoctación», reconoce Bustos. No parece viable la organización de campamentos que supongan el desplazamiento de veinte o treinta chavales (de diferentes familias) a unas instalaciones donde conviven durante una semana y donde comparten dormitorios (de cuatro o hasta ocho o diez plazas). «Hoy es algo inviable. Porque, además, si se diera un positivo, se tendría que guardar una cuarentena, lo que afectaría a los turnos que vinieran detrás».
Por esta razón, parece casi decidido que se optará por esa alternativa de campamentos diurnos (se va a dormir a casa) y actividades programadas en espacios bien ventilados. Se potenciarán además los campus deportivos, que ofrecen la posibilidad de aprender y perfeccionar deportes como atletismo, esgrima o pádel surf. Se informará «en breve» de las fechas y el calendario de inscripción. «Los campamentos son una necesidad también para la conciliación durante el verano», concluye Bustos.
También muchos pueblos de la provincia celebrarán talleres y actividades de ocio infantil durante la última semana de junio y el mes de julio. La Diputación ha abierto hasta el 10 de mayo el plazo para apuntarse al campamento (122 plazas en total) dirigido a niños con edades entre los 8 y los 14 años, que estén empadronados en municipios con menos de 20.000 habitantes. Habrá cuatro turnos (veinte participantes cada uno) hasta mediados de agosto. El precio es de 30 euros. Cada niño deberá llevar su comida. Información en ventanilla.diputaciondevalladolid.es.
Centros cívicos
Los centros cívicos confían en que después del verano comiencen a recuperar todas las actividades que se han tenido que suspender de forma temporal por la pandemia. Durante estos meses se han cancelado los cursos de cocina. Tampoco se han celebrado los talleres que conllevan actividad física (yoga –con 3.665 participantes en 2019–, pilates o gimnasia de mantenimiento) aquellas semanas con mayor incidencia del virus y en las que los gimnasios estaban cerrados. Esta primavera no se han celebrado las muestras de teatro y cultura tradicional, que se reanudarán tras el verano. Pero sí que se ha mantenido actividad en estos centros con límites de aforo.
Centros de personas mayores
Habrá que esperar hasta después del verano para que los centros de personas mayores (uno de los colectivos más vulnerables, pero también el más avanzado en la vacunación) vuelvan a abrir sus puertas. «No está previsto hasta después de septiembre», asegura la concejala de Servicios Sociales, Rafi Romero, esperanzada con que se puedan recuperar las actividades presenciales que se han visto suspendidas por la pandemia (desde talleres de memoria a gimnasia de mantenimiento). Eso sí, será necesario reforzar turnos, con menos alumnos en cada clase. Más complicado será el uso de la cafetería, donde habrá que quitar mesas para garantizar distancias de seguridad.
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