«Es preocupante el aumento de la conducción bajo el efecto de drogas o alcohol»

Ha tocado todos los palos, prestando servicio como agente de Policía de Barrio, en la Unidad Administrativa y de Relaciones Externas, entre otros departamentos. González fue la impulsora de la Policía de Barrio desde su creación y de la implantación del Servicio de Atención a las Víctimas de Violencia Doméstica en 2002, unidad pionera en España.

Su profesionalidad le ha valido varios ascensos en su carrera accediendo primero, en el año 2000, a la Jefatura de Plana Mayor de Mando, para ser ascendida tres años más tarde a intendente. Desde 2014 estaba al mando de la Jefatura de la Policía Municipal de Valladolid.

-Ha logrado el máximo nombramiento, ¿cambia mucho respecto al cargo anterior?

-Por número de habitantes y efectivos, se establece que la categoría que tiene que ostentar la Jefatura en Valladolid es la de superintendente. El 1 de junio cumplí nueve años como intendente y las funciones son las mismas que siendo superintendente, este sigue siendo un puesto de muchísima responsabilidad y de mucho trabajo. Tienes una plantilla que llegaremos a 478 agentes a finales de este año y en una ciudad de casi 300.000 habitantes y siempre viva, que está organizando muchos eventos deportivos, culturales.... Podemos decir que participamos de todo lo que hace el ciudadano a lo largo del día, porque en algún momento se cruza con alguno de nosotros en los colegios, en eventos, en las obras, en los atascos, en transportes especiales, accidentes...

-Va a cumplir 40 años en el Cuerpo. ¿Cómo ha cambiado la Policía Local de Valladolid en estas cuatro décadas?

-La Policía ha cambiado tanto como la sociedad, hemos cambiado en medios (vehículos, dispositivos, drones), también en formación, que es fundamental, en preparación en derechos laborales y en medidas de conciliación. He vivido el cambio del movimiento policial basado en el orden público al de seguridad ciudadana, que no tiene nada que ver. El primero ataja los problemas que surgen en el momento y el segundo es un modelo de prevención, de implicación con el tejido social y de contacto con los ciudadanos que es el que tenemos ahora. Al ciudadano le gusta la figura de ese policía que le resuelve los problemas con un trato exquisito y respetuoso, como debe ser.

-¿En qué momento se encuentra la plantilla?

-Después de la estampida de 100 agentes que se jubilaron en 2019, llegó la pandemia y también nos quedamos con un 33% de mandos, de los setenta y pico que éramos en 29. Ahora mismo, con esta nueva oferta pública de empleo de 38 plazas, la plantilla de agentes va a quedar muy completa. También en los puestos de mando, porque ocho oficiales se están formando en estos momentos. Eso sí, aunque estemos en la ratio que conforma la normativa de la comunidad, agentes nunca sobran.

-¿La presencia femenina sigue siendo escasa. ¿Cuántas agentes hay actualmente y cuántas se iniciaron?

-En 1972 fueron once las pioneras y dos eran mandos, aunque hacían tareas administrativas, no operativas. Antes era diferente. Ya en mi promoción, de 59 agentes que nos presentamos 13 éramos mujeres y ahora somos un 14% de la plantilla. Si se compara con el resto de Castilla y León, somos el Cuerpo con mayor porcentaje. Eso sí, si se presenta un 20% de mujeres a las pruebas nunca vamos a superar esa cifra, por eso hay que visibilizar a las mujeres policía, que no siempre se ha hecho. Es muy importante que se vea su labor y que las niñas tengan esos referentes.

-¿Cuáles son los delitos en los que más se les requiere, que han experimentado un incremento?

-Los ciberdelitos son los que más se han incrementado y potenciado. Colaboramos muy cercanamente con Policía Nacional, que son los que llevan las comparecencias. En la Sala Conjunta que tenemos por la noche, los coordinardores de ambos cuerpos planifican el servicio y sumamos efectivos. Los hurtos también es un tema en el que intervenimos con más frecuencia, también en robos y agresiones que se producen en fines de semana y que se complican con determinados consumos. Hemos notado un incremento de la conducción bajo los efectos de bebidas alcohólicas o sustancias estupefacientes, que es algo preocupante.

- ¿A qué puede deberse ese aumento de alcohol o drogas al volante?

-Hubo un momento en el que estos casos bajaron y después de la pandemia es como si nos hubiéramos olvidado de que constituyen un delito y de la importancia que tiene no ponerse al volante en estas circunstancias. Cuando hacemos los controles combinados de alcohol y drogas, vemos también que la velocidad es un factor determinante en el resultado de los mismos. Es como si después de la pandemia se hubieran relativizado estos comportamientos, como si la gente pensara en vivir el día a día, pero, por favor, hay que hacerlo con responsabilidad.

-¿Cómo se intentan atajar estos comportamientos?

-Desde la Policía Local abarcamos tres líneas de actuación en este sentido, con charlas en colegios e institutos a través agentes policiales y de la Asociación Española de Lesionados Medulares -cuentan testimonios en primera persona-. También con las campañas que pone en marcha la Dirección General de Tráfico sobre alcohol, drogas y distracción al volante y con las charlas de los agentes tutores e instructores de educación vial, que hacen una labor estupenda porque estamos educando a los menores, que son los ciudadanos del mañana.

-En el último año han trascendido varios casos de okupación, como el de la calle Azorín, también en Bailarín Vicente Escudero o en el chalé de Villa Paulita. ¿Esta problemática social es cada vez más frecuente?

-Sí que hay casos de okupación, aunque la totalidad de las intervenciones las lleva Policía Nacional. No es una tendencia que nos esté sorprendiendo o que se pueda decir que se haya duplicado, pero sí es cierto que últimamente ha habido más casos de okupación.

-¿Qué necesidades y prioridades tiene la plantilla en estos momentos?

-Tenemos que cubrir las plazas que tenemos vacantes y las 38 de este año, incorporar a los oficiales en sus tareas de mando, seguir mejorando nuestro material, continuar renovando la flota de vehículos y, sobre todo, haciendo mucho hincapié en la formación, que es fundamental. En materia operativa, continuamos con la policía de barrio, de proximidad y hay que ver cuáles son los planteamientos del equipo de Gobierno que salga. Pero, sin duda, lo que necesita el ciudadano es esa policía cercana, en la calle. Debemos seguir potenciando el Servicio de Atención de Víctimas de Violencia Doméstica. Ojalá pudiéramos suprimirlo, pero por desgracia es un tema que sigue ahí y que tenemos que trabajar en ello. Y también en la educación en la igualdad y la no violencia a todos los niveles sociales. Es importante la formación de toda la plantilla en este sentido, porque los primeros que van a acudir son los agentes uniformados y si carecen de esa formación y sensibilidad, las víctimas no entran en el sistema de protección.

-¿Qué unidades son más desconocidas pese a realizar una labor fundamental?

-La Unidad de Medios de Transporte hace una labor muy buena porque Valladolid tiene un movimiento de transporte pesado muy importante. Tenemos Mercaolid, varios centros logísticos y se mueven muchos camiones por la ciudad. Han sorprendido a conductores que llevan al volante 24 horas, manipulaciones de tacógrafo, también cargas mal colocadas que pueden provocar accidentes, reses sin sujeción, también camiones en los que se ha transportado primero productos tóxicos y después alimentación...

-La tecnología juega un papel importante en el Cuerpo, ¿cuáles han sido los últimos avances?

-Los drones son una herramientos de trabajo que nos permite ver donde no vemos. Saber cómo está la situación en una zona concreta, si hay un aforo que se excede, cómo está el tráfico en la zona colindante a una concentración, detectar tejados en malas condiciones, inmuebles donde se realizan botellones o búsquedas de personas desaparecidas gracias a las cámaras térmicas de las que disponen. También los escáneres policiales para detectar quién no tiene ITV o seguro. Y ahora estamos trabajando con el sistema de comunicaciones, con los equipos y las aplicaciones informáticas, que nos van a permitir hacer muchas más cosas y más rápidas, sobre todo a nivel de manejo de datos, análisis y estadísticas.

-Han aumentado los robos y 2022 fue un año negro en cuanto a asesinatos. ¿Valladolid es una ciudad segura o ha empeorado con el paso del tiempo?

-Yo pienso que, de verdad, es una ciudad segura. Está claro que siempre va a haber amigos de lo ajeno, gente que vive de los delitos, pero uno puede salir por la noche e irse tranquilamente a su casa. Valladolid es una ciudad en la que no hay grandes crímenes, si bien es cierto que han coincidido determinados sucesos en el tiempo, pero en general se vive con plena normalidad y tranquilidad.

-¿Cómo ve el futuro del Cuerpo?

-Lo veo muy bien, porque la Policía Municipal va a seguir trabajando con sus ciudadanos y para ellos y, además, tenemos una renovación de la plantilla muy significativa en la que se ha bajado la media de edad de 50 a 33 años. La mitad son gente joven y con posibilidades de promoción. Seguiremos incorporando las vacantes, la tecnología y poniendo al día todos nuestros mecanismos.