Manuel Saravia
Entrevista ·
El responsable de Urbanismo del Ayuntamiento durante ocho años dejará la política tras las elecciones con la sensación de haber trabajado con compromisoSecciones
Servicios
Destacamos
Manuel Saravia
Entrevista ·
El responsable de Urbanismo del Ayuntamiento durante ocho años dejará la política tras las elecciones con la sensación de haber trabajado con compromisoEs complicado (o igual no hemos dado con la tecla) sacarle a Manuel Saravia un titular rompedor, de esos que hacen saltar por los aires los cimientos del contricante. Después de ocho años al frente del Urbanismo local, doce en el Ayuntamiento, este profesor de ... Arquitectura de Las Delicias engrosará en breve la nómina de los pensionistas españoles. En abril cumple 70. Entró con su particular temple a la política y se va con esa misma actitud: reconociendo luces y sombras en su gestión, algo poco habitual en este ámbito de actividad, y convencido, eso sí, de haber trabajado «desde la honestidad». La oposición le ha dado estopa a espuertas, pero siempre le ha salvado por su buen talante. Un carácter que solo se tuerce, asegura, «cuando se falsean las cosas de forma torticera».
–Entra en la cuenta atrás para la jubilación. ¿Se dedicará a ver obras o ya está saturado de tanto urbanismo?
–Me gusta pensar que tengo claro lo que no voy a hacer, que es una manera interesante de plantear las cosas: no voy a ver obras, no voy a estar desde fuera intentando ver cómo se hacen las cosas... Ya he estado un periodo suficientemente amplio aquí, no voy a estar con una actitud crítica con lo que se haga, lo que se haga estará bien.
–Seguro que en algo ocupará el tiempo. No se le ve vagueando.
–Me gustaría seguir vinculado a trabajos de Arquitectura y Urbanismo, pero de fuera. No en Valladolid ni en el entorno. Presentarme a concursos, escribir algún artículo...
–Dio el salto de la tranquila Universidad al barrizal político. ¿Cómo ha sido la experiencia?
–He estado a gusto y bien, siendo una Concejalía complicada. Hasta se hacen bromas con el Urbanismo, porque se piensa que hay posibilidades de actividades extrañas, pero que el trabajo está muy normalizado. Los cuatro años en la oposición creo que fuimos ordenados y ya en la Concejalía, con luces y sombras, no lo voy a ocultar, hemos hecho un trabajo correcto y coherente con lo planteado y con lo sobrevenido. Han salido cosas sobre la marcha con las que no se contaba y ha habido que reaccionar. Finalmente, hay cosas que no se han podido hacer o que no hemos sido capaces. Pero otras están en marcha y creo que no están mal.
–Reconoce que el Urbanismo se mueve en un terreno pantanoso. ¿Le han intentado sobornar de alguna manera?
–Nunca. Es una Concejalía que está abierta a sospechas de ese tipo, pero nunca.
–¿Igual porque saben que sería complicado?
–Igual eso o igual es que no es tan generalizado. Se tratan los temas abiertamente... nunca he visto un ambiente sospechoso u oscuro. Es una tontería, pero aquí estamos siempre con las puertas abiertas en las reuniones, aunque es verdad que con la puerta abierta también las puedes mangar.
–¿Le pesa que le acusen de que es usted el enterrador del soterramiento?
–No me pesa. Lo veo con una claridad enorme. La solución del soterramiento es una solución buena. Una. La de la integración, que se pueda pasar de un lado a otro cada cierta distancia creo que también lo es. Siempre pongo el ejemplo de la avenida de Salamanca. Para cruzarla hay que recorrer cientos de metros. Incluso en el Paseo de Zorrilla. Si el pasillo ferroviario se reduce, si los trenes que hacen ruido –los de mercancías se van fuera–, si el tratamiento de los bordes es correcto... me parece una solución buena. Una es carísima y otra bastante menos y, repito, es la que habitualmente se hace en Europa. En muchísimas ciudades el ferrocarril está ahí, es un elemento más, y no se plantea que si no está soterrado es un desastre.
–El PP dice que lo va a hacer.
–Juegan a varias barajas. Dijeron en la Junta que iban a poner a tres millones para un estudio y nada. Mañueco le dijo a Sánchez que había que hacerlo y luego no pone dinero. Me parece que están utilizándolo. En estas elecciones va a haber tres temas: soterramiento, zona de bajas emisiones y movilidad. En las anteriores, solo era el soterramiento y Pilar del Olmo reconoció el resultado, incluso en los barrios más afectados, y admitió que la integración estaba aceptada. Ahora ven que tiene gancho electoral y lo están utilizando. Su postura no es muy honesta.
–¿La Junta debería salirse del convenio de la integración, habría penalizaciones y se tendría que destruir lo hecho no?
–Claro, pero no hablan de eso. Dicen: 'en Murcia también se ha hecho, ¿por qué no aquí?'. Es apelar al agravio comparativo, que es una jugada poco razonable. Aquí había 400 millones de deuda y se sabe los problemas que generó ese pago. Eso no se puede obviar. Hacen las cuentas de la vieja con el valor de los terrenos, que fluctúan a la baja... No es muy honesto.
-¿Por qué ha dado un paso atrás en su trayectoria política?
–Dos cosas. Se valoró la coveniencia de que hubiera cierta continuidad. Llevamos ocho años en el gobierno y esa experiencia es buena al margen de la valoración que se pueda hacer de ella. Los tres entramos hace doce años. Lo lógico es que yo, que estoy en la edad de jubilación, me jubilara. Y estoy encantado.
–¿Cree que se puede resentir la candidatura sin usted al frente?
–No, claramente. Las personas cuentan, pero ahora que está formada la candidatura, con María Sánchez al frente, Alberto (Bustos), Rocío (Anguita)... Me parece que es magnífica. Se refuerzan los planteamientos de Toma la Palabra. Hemos estado muy presentes en muchas actuaciones que se han hecho y María Sánchez es una persona con experiencia, joven y con una enorme claridad de ideas... Además, tiene una presencia y una imagen magnífica desde el punto de vista de la gestión.
–Ya ha dicho que andará en la retaguardia durante la campaña... Seguirá con sus cientos papeles de aquí para allá. ¿No es el momento ya de atender más a los nietos?
–Los nietos tienen una vida estupenda. Les veo todas las semanas, me gustaría estar más con ellos, pero están majísimos.
–Una cosa son resultados y otra trabajo, pero de eso último ha habido mucho.
–Habitualmente, vengo bastante pronto, no sé cuántas horas dedico... pero creo que es una cuestión secundaria. Lo importante es lo que se hace, no las horas que se meten.
–En su área, se ha topado usted con la apisonadora de la Administración, un monstruo de recorrido lento.
–Entiendo que tiene que haber cautelas, mucha salvaguarda de los intereses públicos, controles...pero es una barbaridad. Hay cosas que son agotadoras para casi nada. Suelo poner el ejemplo de un piezómetro de un metro cuadrado de suelo que tiene que hacer un ministerio en un terreno municipal, todo público. Pero el expediente es agotador. ¿Tiene sentido? Yo creo que no. No lo pongo como excusa, pero cuesta todo tanto trabajo.
–Le han dicho mil veces que no dé plazos en las obras, que luego...
–Primero, me preguntan por ellos. Una cosa son las obras y otra lo demás. Por ejemplo, en Switch Mobility, que era complejo y dificil, hemos cumplido con los plazos perfectamente. En obras, y más cuando están relacionadas con el ferrocarril y están implicadas otras administraciones e interviene Adif, que multiplica por mil los trámites, siempre salen cosas sobre la marcha, ajustes... Se alargan. Cuando te piden plazos, por ejemplo con Estación, a mí me los da la empresa. No me los invento... Yo soy el responsable, es verdad, pero... Cuando llegamos al Gobierno nos encontramos con la reforma de Nicolás Salmerón, venía del anterior equipo, llevaba siete meses, más que la de Estación con paralizaciones. Las obras vienen con dificultades añadidas. Y luego hay plazos que no son tan graves: una cosa que se prevé hacer en cuatro meses y luego son seis, pues no es tan grave. Si dices desde el principio que en seis, no pasa nada, aciertas. Pero se plantea como un problema enorme.
–En su carrera como edil llegó a plantearse tirar la toalla. Incluso escribió una carta echando en falta el apoyo de los suyos.
–Cuando se fue a aprobar el PGOU se conoció que siete entidades ciudadanas se oponían a él. Habíamos hablado con ellos, no sabía muy bien el porqué... Me resultó desalentador. Eran de movilidad sostenible, de sostenibilidad urbana...
–De los suyos, vamos...
–No de los míos, sino de lo que proponíamos. En algún momento eché de menos que hubiera habido manifestaciones más claras.
–Usted se toma todo muy a pecho siempre, sufre. Es la sensación que transmite.
–En serio sí que me lo tomo, pero sufrir... Creo que es exagerado. Como todo el mundo cuando tiene problemas en sus trabajos.
–Un tipo discreto y humilde como usted con un alcalde tan protagonista... ¿habrá chirriado?
–En general, el trato es bueno, aunque ha habido momentos un poco difíciles.
–¿Cuáles?, ¿el pádel en la Plaza Mayor?...
–Nooo. Ese fue el arranque, era algo que decíamos, también el PSOE, y lo seguimos diciendo. Óscar entendió que era interesante y ya está. Ha habido otros, algunos públicos y otros no.
–Usted es más templado, él es más, digamos, lanzado.
–Es cuestión de estilo, aunque desde la Concejalía hemos sido lanzados con algunos temas y él lo ha asumido de buen grado.
–Usted es de los pocos políticos que pide disculpas, por no cumplir un plazo, por no llegar a una promesa...
–Creo que es lo normal. Si no has cumplido con algo, es lógico decir que lo sientes y pedir disculpas.
–No es habitual.
–No creo que sea raro. No tengo tan mala impresión de los políticos y de la política, de verdad.
–De los proyectos hechos, se queda con...
–En el mandato pasado se hicieron un montón de obras, se cuentan por decenas. Hemos hecho edificios de viviendas... pero yo no he inaugurado nada y entonces parece que se olvida, pero se han hecho muchas cosas. A mí me parece que el Plan General ha sido importante, ha calmado, ha dado una estabilidad y ha ordenado la ciudad. Creo que desde el punto de vista urbanístico e inmobiliario ha sido bueno. La política de vivienda social, con mucho esfuerzo, creo que también ha sido importante y está orientada donde creo que debe estar: para quienes no tienen acceso a ella... Sin llegar a las cifras de la media europea, pero se ha hecho un esfuerzo, porque estábamos muy atrás. De las obras estoy contento con la plaza de Rafael Cano, va empezar el Camino Viejo con lo que ha costado...
–¿Sumar ahora con Podemos con la polémica de la Ley Sí es sí no puede pasar factura a Toma la Palabra?
–Creo que no. Las elecciones locales dependen en una parte notable de lo que suceda en Madrid, repercute sí, pero no es tan determinante. Toma la Palabra es muchas cosas: varios partidos, asociaciones, personas a título individual... No es tan directa la relación.
–¿Cree que Podemos se está equivocando?
–No lo tengo tan claro, aunque la manera de gestionar las tensiones no ha sido buena. Hay un desencuentro y un disgusto general clarísimo. No creo que sea tan fácil lo de corregir la ley. El otro día María Sánchez recordaba que en el 2015 con otro cambio del Código Penal también hubo excarcelaciones y no hubo tanta alarma ni tanto griterío, lo digo con discreción. No creo que esté tan equivocado el fondo de la cuestión, aunque la gestión sí.
–La oposición le mete mucha leña por su gestión, pero todos destacan su buen talante personal. ¿Eso reconfortará?
–No lo sé hacer de otra manera, aunque a veces me gustaría. Intentar explicar las cosas es normal. También me dicen que hablo demasiado bajo.
–¿Con quién se lleva mejor en el PP?
–Tengo buena relación en general. No hay razón para que sea al contrario. Otra cosa es que se llegara al insulto. Me llevo bien con Pacote, con Irene Núñez, Pilar del Olmo...
–Pues les llaman Pepe Gotera y Otilio.
–De broma lo puedo aceptar, pero a los que nos dicen eso les diría que se pongan ellos, que lo vean.
–Cuando se enfada dice «caramba». Es complicado verle alterado. ¿Qué le saca de sus casillas?
–A veces digo más cosas. Me enfada cuando me parece que se es exageradamente torticero, cuando se falsean las cosas de forma exagerada y eso tiene consecuencias. Que se falsee un poco... bueno, forma parte del juego, pero lo otro me enfada muchísimo.
–Haga de adivino. ¿Quién ganará las elecciones?
–Es difícil, depende mucho del último mes y medio.
–Puente ha llegado a vaticinar su mayoría absoluta.
–Está por ver. Creo que la izquierda seguirá gobernando, pero me cuesta trabajo aportar números.
–¿El mejor y el peor momento en estos doce años?
–El peor: los minutos de silencio, algunos no han sido ajenos al propio Ayuntamiento. Son muy duros. Mejores ha habido muchos, quizá para mí la aprobación del PGOU.
–¿Qué es más difícil redactar un PGOU o aplicarlo?
–Las dos cosas tienen su enjundia, aunque creo que redactarlo.
-–¿Con qué sensación se va?
–Con agradecimiento claramente a mis compañeros de grupo y de gobierno y a todo el personal de Ayuntamiento. Me voy con la sensación de haber trabajado honestamente.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.