Postales artesanas y felicitaciones solidarias: alternativas vallisoletanas al Whatsapp para desear un mejor 2021

Hay una constelación de estrellas rojas, de distinto tamaño y troqueladas en cartulina, sobre la alargada mesa en la que se sienta Sara. Y ella, cazadora de astros, las recoge en sus manos, unta pegamento por un lado y distribuye estrellitas alrededor de un árbol navideño plagado de buenos deseos. «Ya está, otra», dice Sara, mientras coloca la nueva postal en el montón ya terminado, junto a esta colección de felicitaciones con las que el Ayuntamiento de Traspinedo deseará una gozosa Navidad y, ojalá, un próspero y mejor 2021.

En la mesa de al lado, José se encarga de preparar las estrellas que luego pegará Sara. Un puesto más allá, Toño pliega y distribuye los modelos de postal. Ellos tres, Sara, José, Toño, junto con Patricia, David, Felipe o José Luis, tienen estos días más trabajo del habitual en el taller ocupacional de Tudela de Duero, perteneciente a la red integrada de servicios para personas con discapacidad del medio rural.

En esta época del año, su actividad se centra en la elaboración de productos de artes gráficas, como libretas, cuadernos, agendas, detalles navideños... y postales de Navidad. Han preparado más de 1.500. Encargos de Ayuntamientos, de empresas o particulares que en esta ocasión son más numerosos que nunca.

Tal vez las restricciones familiares, la imposibilidad de juntarse con compañeros, de viajar para ver a los amigos, haya sido un revulsivo para recuperar la felicitación impresa, personalizada, más allá de un mensaje en cadena esparcido a través del Whatsapp.

«Sí que hemos visto un aumento de peticiones. Quizá sea por la covid», apuntan Esther Herguedas y Yolanda González, encargadas de un taller ocupacional del que es titular el Ayuntamiento de Tudela de Duero, en colaboración con la gerencia de Servicios Sociales de la Junta, la Diputación y la Fundación Personas. Aquí se presta apoyo «natural y profesional» a quince adultos con discapacidad intelectual de Tudela y municipios de su entorno. «Se les proporcionan oportunidades para su desarrollo personal, para su inserción sociolaboral y para realizar un trabajo que es socialmente útil», explican Esther y Yolanda, quienes recuerdan que los usuarios perciben una «compensación económica como gratificación a su esfuerzo y trabajo».

Un trabajo ahora centrado en las postales navideñas, pero que también incluye manipulados de industria, limpieza, elaboración de artesanía o preparación, por ejemplo, de invitaciones de boda (recogen encargos en el 983 521 847). «Tenemos modelos muy bonitos», dice Patricia, mientras pasa las páginas de muestra con la posibles opciones de estampas navideñas.

«No disponemos de datos sobre qué parte del correo ordinario corresponde a las postales de Navidad», reconocen desde Correos. Pero las felicitaciones son un elemento tradicional de estas fechas. Una de las opciones más clásicas es la que propone Unicef, que este año ha ideado un nuevo producto solidario en torno a las postales.

«Las tradicionales siguen existiendo y son una fuente de ingresos importante para la labor de Unicef», explica Rocío Gutiérrez, portavoz de la entidad en Castilla y León. Pero ahora apuestan por el «regalo azul». Una persona puede financiar material solidario en la web de Unicef (desde vacunas contra el sarampión a pastillas potabilizadoras de agua, desde test de VIH a kits escolares) y enviar luego una tarjeta navideña (personalizada) a otra persona, no solo para felicitarle la Navidad, sino para explicarle que en su nombre se han enviado, por ejemplo, 135 dosis de vacuna contra la polio (en este caso, 21,13 euros) para países en vías de desarrollo. «Es una opción de acompañar la tradicional postal con un regalo solidario», indican desde Unicef (regaloazul.es).

El año pasado ya implantaron esta campaña (no limitada exclusivamente a Navidad), lo que permitió financiar programas para atender a 303.162 niños en un tratamiento contra la desnutrición o vacunar contra el sarampión a 5.584.650 menores.