La jefa de la Unidad, Elena López, y el oficial Julio Lumbreras junto a Cleo y Renzo. Carlos Espeso

Los policías con mejor olfato de Castilla y León

24 perros adiestrados y diez agentes conforman la Unidad de Guías Caninos de la Policía Nacional en la comunidad, con sede en Valladolid y una de las que más solicitudes de ingreso recibe

Eva Esteban

Valladolid

Sábado, 28 de agosto 2021, 19:52

Gracias a su olfato son capaces de detectar explosivos, drogas o dinero en efectivo. Cleo, Risi, Renzo o Jannis son algunos de los fieles compañeros de los diez agentes que conforman la Unidad Especial de Guías Caninos (UEGC) de la Policía Nacional en Castilla ... y León, con sede en Valladolid aunque su radio de actuación abarca las nueve provincias. El grupo está formado en la actualidad por 24 canes, normalmente dos por policía. Uno está especializado en detección de artefactos y el otro, en sustancias estupefacientes. «Todas las unidades periféricas, excepto en Madrid, tienen únicamente especialidades en estupefacientes y búsqueda de explosivos. Todo lo demás está en la capital», señala la jefa de la Unidad, Elena López, al tiempo que revela que la de Guías Caninos, una de las más carismáticas, es además una de las que más solicitudes de ingreso reciben. «Hay bastante demanda, a nivel de funcionariado en la comunidad solo hay diez agentes; es una Unidad muy reducida y en la que es muy complicado estar, pero también es muy agradecida, poder establecer este vínculo con los canes es increíble», asegura la subinspectora.

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Es abrir el oficial Julio Lumbreras las puertas traseras de su furgoneta y Renzo (macho, cuatro años en el grupo, especializado en explosivos) y Risi (hembra, tres años en la Policía, entrenada para detectar droga y billetes), dos pastores belgas malinois, ya buscan la pelota para jugar. El adiestramiento precisamente comienza siempre por ahí: por encontrar el juguete y, cuando estén preparados, sustituirlo por el material en el que quieren especializarles. «Cuando llegan, empezamos siempre con ellos jugando a la pelota. Se la escondemos, la buscan, y hay un momento en el que sustituyes lo que quieres que busquen por la pelota. Para ellos es un juego. Encontrar el olor para ellos es un premio», argumenta López.

Risi y Renzo (arriba), Jannis (abajo izquierda) y Cleo (abajo derecha) son algunos de los canes que forman la Unidad de Guías Caninos de la Policía Nacional en Castilla y León. Carlos Espeso

Perseguir la bola desvela otra de las condiciones imprescindibles que debe tener un can para convertirse en policía: ser juguetón. Eso, y que sea «sociable». Cualquier perro que reúna estas dos características es «adiestrable». «Trabajamos mucho de cara al público, de ahí que sean sociables, y también que tenga instintos de juego para motivarle el adiestramiento», precisa la jefa de la Unidad, que no obstante concreta que hay determinadas razas que, por sus cualidades, «se buscan más». Por ejemplo, para detectar sustancias estupefacientes, los de caza, por su gran capacidad de rastreo y olfato, son los mejores, «aunque cualquier perro es adiestrable», insiste.

Para muestra, un botón. La subinspectora Elena López tiene a su cargo un beagle (Jannis, hembra, ocho años como policía, experta en captar drogas) y un border collie (Cleo, hembra, cuatro años en el grupo, 'caza' explosivos). Lo más «complejo» es el inicio. Que se habitúen al proceso de búsqueda. «A medida que ya saben buscar, una vez conocen una sustancia, las demás son más fáciles. Realmente lo que les enseñas es el método», subraya el oficial Lumbreras. «Para ellos, la droga o los billetes son un olor más y se le condiciona a que cuando encuentran el olor, significa premio», añade.

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Muchos viven con sus dueños

Es el olfato su mejor arma. Deben cuidarlo, no abusar de él en los entrenamientos. Por ello, para evitar que se acostumbren a los aromas que posteriormente deben 'pillar', no emplean más de media hora cada día de adiestramientos de detección intensos. El resto de la jornada la pasan como cualquier otro perro: jugando, descansando y dando paseos. Muchos, de hecho, hacen vida 'normal', pues siempre y cuando los agentes pueden, se les llevan a sus domicilios y los tratan, además de compañeros, de fieles amigos.

La convivencia hace la fuerza. Ese «vínculo», ese nivel de confianza extremo entre can y policía, puede ser determinante a la hora tanto del aprendizaje como de que una operación culmine con éxito. Entre sus principales intervenciones, destacan los grandes eventos deportivos, cumbres políticas y sociales o registros de viviendas en colaboración con la Brigada Judicial. En su memoria tiene Elena López grabada a fuego su operación «más compleja»: un atentado en Burgos. «Ha pasado ya tiempo, pero creo que es lo más complicado que hemos tenido por la zona últimamente. Estalló un coche bomba y nos tocó ir rápidamente de madrugada por si hubiera más», sentencia.

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