Un policía de Valladolid en la batalla de Cataluña: «Lo de los 'kale borroka' no es comparable. Son choques de mayor magnitud»

El resultado, desórdenes públicos de un «calibre muy superior» a los vividos en los años 90. Es la sensación que tiene un policía leonés miembro de la Unidad de Intervención Policial de Valladolid desplazado estos días en Cataluña y que estuvo al frente de los disturbios vividos en la plaza del Castillo de Pamplona.

«Los conflictos vividos con los 'kale borroka' serán lo más parecido a lo que ahora ocurre en Cataluña. Si bien, la magnitud y la intensidad de los enfrentamientos es mucho mayor ahora. Aquellos eran periodos cortos; aquí hemos vivido seis días seguidos», retala.

Él es uno de los cientos de agentes de la Policía Nacional que fueron desplegados en Cataluña para intentar frenar los posibles desórdenes públicos ante la inmiente de la sentencia del proces. Llegó a Barcelona el día 11 de noviembre, tres días después, hubo veredicto y se desataba una batalla campal en la ciudad condal.

«Nos hemos visto implicados en unos disturbios que nos han sorprendido por su magnitud y por la organización de los CDR. Sabían perfectamente lo que hacían, contaban con medios específicos para entablar una lucha fuerte».

Es más, recuerda que los miembros estaban equipados con herramientas para sacar adoquines de las acercas, sabían dónde y cómo prender las barricadas para dificultar la acción policial y tenían estudiado los puntos estratégico para intervenir. «Estaban perfectamente organizados. Sus ataques no eran casuales».

Aunque si hubo un día en el que los enfrentamientos fueron especialmente duros, ese fue el viernes 17. «Fue el día más violento, desde las seis de la tarde hasta las tres de la madrugada vivismo una auténtica guerra».

Una jornada en la que los CDR se armaron con más material, contando con un arsenal formado por piedras, rodamientos, tornillos, barras de hierro, tirachinas, rodamientos, botellas con ácido y gasolina, pelotas del golf y, así, señala, un suma y sigue de materiales para actuar.

«Estaban muy bien aleccionados. Era increíble porque los adoquines los llevaban en carritos de la compra y, por grupos de 15 personas, los lanzaban al unísono. Eran como ráfagas. Solo hay que mirar los destrozos que han sufrido los furgones policiales».

Y, precisamente, fue en uno de esos lanzamientos donde este leonés residente en Valladolid, que se encontraba protegiendo una de las calles, resultó herido en el hombro izquierdo y el pie derecho. Sin embargo, al igual que otros muchos compañeros que han resultado heridos, continúan desplazados en Cataluña.

«Han sido muchas las bajas policiales porque han sido cargas especialmente fuertes. A ello se suma que somos muchos los compañeros con contusiones y torceduras. Si bien, seguimos al pie del cañón», señala el policía, que reconoce que no todo ha sido odio lo que han encontrado en Cataluña.

Durante su estancia en Barcelona, este agente ha recogido el ánimo y el cariño de muchas personas, de muchos catalanes que le daban las gracias y que le agradecían su labor.

«Nos traen agua, pasteles e incluso pizzas. Es una mayoría de la sociedad catalana. Fuera de estos actos violentos nos están dando muchos ánimos», señala este policía, que además reconoce la plena coordinación con los mossos de esquadra.

Ahora, este agente al igual que todos los miembros de las UIP de la Policía Nacional reconoce que está viviendo en una situación de calma tensa, preparados para actuar en caulquier momento ante una futurible nueva acción de los CDR.

«Estamos a la expectativa de lo que pueda suceder. No sé el tiempo que vamos a estar aquí», señala este policía, que entiende que no se utilizaron los medios suficientes para contener a los violentos que intentaron tomar las calles de Cataluña.