El policía fuera de servicio que salvó a un jugador de pádel: «No hubiera aguantado»

«Nos dimos cuenta de que en la pista de al lado había un señor que estaba tendido en el suelo, que no se movía y que los otros tres compañeros estaban alrededor de él tratando de atenderle«, recuerda Alonso, quien lleva prestando servicio en la Policía Municipal de Valladolid 28 de sus 50 años.

Se acercó enseguida y pudo comprobar que el hombre, que se había desvanecido segundos antes, no tenía pulso, no respiraba y tampoco reaccionaba ante ningún estímulo. «Comenzaba a presentar un color un tanto extraño y mientras sus compañeros avisaban a los servicios de emergencias, comencé con las maniobras de reanimación», narra Alonso, que trabaja como agente de paisano.

El hombre, de 63 años, logró recuperar el conocimiento por unos instantes, aunque fue momentáneo porque volvió a perder la consciencia y volvió a faltarle el pulso. Ricardo calcula que fueron unos cuatro minutos «que parecieron cuatro horas» hasta que llegaron los refuerzos. Dos agentes más de Policía Municipal que se encontraban patrullando en la zona recibieron el aviso y accedieron de inmediato a la pista para hacer uso del desfibrilador. Aplicaron una descarga y en ese momento llegaron los sanitarios, que se hicieron cargo del hombre y lo trasladaron en ambulancia al Hospital Clínico de Valladolid.

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En sus 28 años de trayectoria policial, nunca se había topado con una situación similar, la de tener que asistir a alguien en parada cardiorrespiratoria. Hay algo que Ricardo tiene claro y es que «de no haber estado allí y haber intervenido en ese momento con las maniobras de reanimación cardiopulmonar, el hombre no hubiera aguantado hasta la llegada de los sanitarios». Por eso, la sensación que le invade, ahora que asimila que ha salvado una vida, «es de una alegría y una satisfacción personal tremenda al haber podido colaborar a que ahora esté bien». A Ricardo Alonso le gustaría volver a ver al hombre al que salvó la vida el pasado martes. «Eso sí, esta vez en una situación mucho más beneficiosa para él, tomarnos un café o jugar un partido de pádel», afirma.

La heroica intervención se ha producido apenas doce días después de un hecho similar, en el que el policía Sergio N. salvó la vida de un hombre de 82 años que había entrado en parada cuando se encontraba en el interior de un autobús de Auvasa, cerca de la calle Adolfo Miaja de la Muela, en el cruce con Núñez de Guzmán. En esa ocasión, Sergio llegó el primero, ya que se encontraba a escasos metros, y gracias a las maniobras de reanimación pudo lograr que el hombre recobrara el pulso y aguantase con vida hasta la llegada de los servicios de emergencias. Ambos agentes comparten la sensación de satisfacción de saber que, gracias a su ayuda, se ha evitado una desgracia.