La agente del SAVVD, Marta Calzada, en la sede de la Policía Municipal en el barrio de la Victoria. Rodrigo Jiménez

La Policía Municipal supervisa la seguridad de 240 mujeres víctimas de maltrato en Valladolid

Violencia de Género ·

El Servicio de Atención a Víctimas de Violencia Doméstica detecta un incremento del doble en el número de casos atendidos, con una denuncia al día de media

M. J. Pascual

Valladolid

Sábado, 25 de noviembre 2023, 00:03

Mujer, inmigrante y más cerca de los veinte que de los cuarenta. Ese es el perfil mayoritario de las víctimas de violencia de género de Valladolid. Hay más maltrato y las víctimas son cada vez más jóvenes. Lo atestigua el Servicio de Atención a Víctimas ... de Violencia Doméstica (SAVVD) de la Policía Municipal de Valladolid que en los últimos dos años ha visto dispararse el número de mujeres que atienden y también disminuir la franja de edad de las denunciantes, que va de los veinte a los cuarenta años. No se puede despreciar el hecho de que, en la mayoría de las ocasiones, víctimas y victimarios proceden de culturas donde golpear a las mujeres y a los hijos «se ve con naturalidad y ellos reproducen aquí esas culturas».

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Pero, si algo asombra a una agente tan veterana como Marta Calzada Fernández, que lleva en la atención a víctimas de maltrato desde 2009, es que crece la violencia intrafamiliar, porque cada vez son más los atestados de padres que se ven obligados a denunciar a sus propios hijos. «Es lo más duro, llega un momento que necesitan ayuda y la denuncia es el último cartucho», indica la agente. ¿El motivo de estas agresiones? «Suele ser porque les castigan retirándoles el móvil o la 'play', casi siempre está relacionado con las pantallas; se las retiran y entonces se ponen agresivos», explica la agente, que este viernes le toca guardia en la discreta oficina habilitada en el edificio principal de la Policía Municipal, en el barrio de La Victoria.

El punto de inflexión en el volumen de trabajo de este servicio -que fue creado por la superintendente jefa Julia González en 2002- se produjo hace un par de años, señala, a partir del convenio con el Cuerpo de Policía Nacional por el que el servicio municipal, en los casos de violencia doméstica que se produjeran, iban a ocuparse de la atención integral a las víctimas desde los primeros momentos del aviso de maltrato. Así que los doce integrantes del SAVVD, que funcionan en turnos de tres (dos hombres y una mujer en cada equipo) y los 365 días del año, las 24 horas, son los que se ocupan cuando sus compañeros de uniforme les requieren porque han acudido a un domicilio o reciben el aviso de que se ha producido un incidente de violencia de género en la calle. «Nosotros recogemos la denuncia, realizamos el atestado, que lo pasamos a la Policía Nacional o al juzgado, en función de que haya detenidos o no, y nos ocupamos de la víctima (y de los niños, también), de acompañarla al juzgado y al hospital si es necesario y de activar los servicios sociales».

En la actualidad, el número de casos que llegan a este servicio municipal «se ha duplicado», corrobora la agente, quien señala que «si hace unos años atendían dos o tres casos por semana, hoy la media es de uno al día y los fines de semana hemos podido registrar hasta cinco incidencias de violencia de género». A estos casos de violencia de género se suman los que recoge la Policía Nacional.

En estos momentos, cada miembro del SAVVD tiene asignados una veintena de expedientes de mujeres maltratadas, a quienes supervisan para cerciorarse de que todo va bien. En total, son 240 las denunciantes que 'monitorizan', todas ellas en niveles de riesgo medio, bajo o no apreciado, puesto que de los casos más graves (de riesgo alto y extremo) se ocupa la Policía Nacional, que también tiene las competencias en materia de agresiones sexuales.

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«El control que ejercen los jóvenes sobre las chicas a través del teléfono móvil da miedo»

Marta Calzada

policía municipal del SAVVD

Buen número de las denuncias que recibe el servicio municipal, además de las agresiones de los fines de semana producto de una noche de fiesta -con alcohol y drogas que actúan como catalizadores de la violencia contra las mujeres-, tienen que ver con el enorme control a través del teléfono móvil que mantienen sobre la pareja. «Es un control absoluto de las chicas a través de las redes: fotos, mensajes... Tienen celos patológicos. El control que ejercen los jóvenes sobre las chicas da miedo».

Estos celos provocan también denuncias de supuestas agresiones que, en algunos casos, tras la investigación realizada por los agentes de las circunstancias del hecho, resultan ser falsas. «Tenemos que ser muy cuidadosos y rigurosos, porque el denunciado va al calabozo y estamos quitando la libertad de una persona», recuerda.

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Para contrarrestar esta tendencia creciente de comportamientos violentos entre gente cada vez más joven «la educación es clave», subraya la agente Calzada. «A las chicas les insistimos en que si te dicen que te quiere una persona que te controla y te pega, no es verdad, el que te quiere, te respeta, pero lamentablemente identifican los celos con el amor». Por eso ocurre, con demasiada frecuencia, que las mujeres agredidas, después de terminado el atestado, a la hora de ratificar la denuncia, dan marcha atrás. «No quieren denunciar porque no quieren que su novio vaya a la cárcel Muchas veces son sus padres, cuando se enteran de lo ocurrido, quienes que dan el paso».

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