Lunes, 13 de abril. Ocho y diez de la mañana. Un tren procedente de León y con destino Madrid llega a la estación de Campo Grande y de sus tripas comienzan a salir usuarios que llegan a la capital vallisoletana a cumplir con alguna actividad. ... Del mismo modo que salen, entran. Y entre medias, pendientes de que nadie vaya desprotegido, están ellos: los agentes de la Policía Local de Valladolid, que este lunes comenzaron el reparto de hasta 110.000 mascarillas proporcionadas por la Delegación del Gobierno en la región para aquellas personas que usen el transporte público para desplazarse hasta sus puestos de trabajo.
En apenas diez minutos lo tenían hecho, dicho esto en el mejor sentido de la palabra.El cuerpo municipal . Además de la estación de trenes, varios agentes ‘peinaron’ otras zonas de tránsito habitual, como son la Plaza de España y la estación de autobuses. En la primera comenzaron en torno a las nueve de la mañana. El mercado de la marquesina estaba a punto y el goteo tanto de ciudadanos de a pie que se acercaban a comprar frutas y verduras como de usuarios que aguardaban para subirse al bus urbano fue constante durante la gran parte de la mañana.Este trasiego por el regreso a la actividad laboral se tradujo en un . De esta manera, y hasta las cuatro de la tarde –ya pasada la hora punta–, un total de 4.623 personas optaron por el transporte público para desplazarse, si bien hace siete días, el pasado día 6, en todo el día hubo cerca de 5.000. Antes, a las ocho de la mañana, ya había habido 1.024 pasajeros.La según aseveró el concejal de Movilidad y Espacio Urbano, Luis Vélez, quien destacó la «inmensa labor» de los conductores de Auvasa. «Estos días se ha intentado ajustar la oferta a la demanda, ajustar los horarios para favorecer los desplazamientos a los hospitales; los trabajadores de Auvasa están haciendo un esfuerzo para intentar acoplarnos a las necesidades del usuario y hay que reconocérselo», apunta.En la estación de autobuses, todo lo contrario. Desde que se decretara el estado de alarma, hace casi un mes, ahí no parece laborable. Allí, seis policías locales –repartidos por los diferentes puntos de acceso– permanecieron entre las siete y las diez de la mañana. Tres horas en las que, según reconocieron los agentes, casi no repartieron mascarillas. «Llevamos ya más de dos horas», comentaba un policía a las 09:15 horas, «y aunque estamos pendientes hemos dado muy poquitas; apenas pasa nadie y los pocos que lo hacen van bien protegidos», aseguraba. El e. Ahí, cada mañana, a las nueve, puntual, Roberto Henanz sube las persianas de Embutidos Ballesteros, la carnicería en la que trabaja y que no se ha librado de las consecuencias de la emergencia sanitaria. Antes, dice, eran seis trabajadores. Ahora tan solo tres. También han reducido el horario de apertura: únicamente lo hacen por la mañana. , lamenta Hernanz, al tiempo que reitera que «está todo tranquilísimo». «Tenemos la estación para nosotros solos», bromea con su compañera de trabajo.Pese al despliegue realizado por la Policía Municipal, este lunes tan Así al menos lo confirmó Vélez, quien hizo hincapié en que se distribuyeron hasta 110.000 unidades de estos medios de protección tanto en la ciudad como en la provincia. «A parte de las que han dado los policías, también está Protección Civil repartiendo por las calles, por lo que esas 1.500 tan solo son una parte», sostiene el edil.
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