La polémica ha llegado a Valladolid a golpe de enmienda. Ayer, la ciudad atardecía con la noticia del compromiso por parte del Ayuntamiento en el pleno municipal de estudiar la posibilidad de pasear a los perros sin necesidad de ir atados por determinadas zonas ... y a ciertas horas. Pero la decisión causante de la controversia no ha sido esa, sino la de que los canes puedan acceder a los autobuses urbanos de Auvasa. Y el debate está servido.
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Para algunos vallisoletanos la iniciativa llega como la panacea. La posibilidad de moverse por la ciudad con sus animales de compañía sin la necesidad de recorrer sus calles y avenidas a pie cuando el tiempo no acompaña es, en su opinión, acertada. Además, la opción de llevar a los perros sin atar supone, en cierto modo, permitir algo que ya se realiza en barrios como Huerta del Rey o La Rubia, donde propietarios y mascotas disfrutan de paseos al aire libre sin necesidad de correa.
Pero para otros se trata de un error permitir tal acceso. Sus argumentos se basan en la posibilidad de que los perros orinen o defequen en el autobús y lo ensucien, además de que puedan morder o causar algún accidente si pasean sin correa por ciertas zonas que no estén delimitadas con vallas para que no puedan escapar.
En plena Acera Recoletos y paseando a su perro, Celeste Alcántara reconoce que le parece «fenomenal» porque ella tiene a Cheking en su casa «con la misma higiene que los humanos». «Si yo subiera al bus con él sé que haría caso a lo que le dijera, es muy obediente», asegura.
Otro de los argumentos a favor lo aporta Carmen Bartolomé, vallisoletana que pasea con su perro Milú, y que piensa que «siempre que los dueños tengamos cuidado me parece muy bien, porque hay veces que no podemos ir a los sitios por no poderles subir al bus. Además, los perros ahora los tenemos en casa y están limpios; como mucho pueden ensuciarse las patitas, como nosotros los zapatos». Respecto a pasearlos sueltos, su opinión es la misma: «siempre vigilando que los dueños sean cuidadosos y no dejen los excrementos ni suelten a perros peligrosos». Para Carmen, los parques de perros «están bastante descuidados, sobre todo el de Rosaleda», en el que no puede optar a solar a su mascota.
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Opinión compartida por Ramiro García, un vallisoletano jubilado que piensa que la idea es buena «siempre que no muerdan ni defequen en el autobús». Aunque también cree que puede suponer un problema «dependiendo del perro y de su educación, exigiría un certificado de perro no agresivo». En cambio, la acotación de zonas no le parece bien porque «si al mismo tiempo pasan las personas interfieren con algunas que no quieren que los perros se acerquen a ellos».
Carmen Bartolomé
Ramiro García
Roberto Olmos Sanz
Celeste Alcántara
En el lado opuesto están aquellos que ven innecesaria la medida y que no desean compartir ciertos espacios con los canes. Es el caso de una mujer que paseaba acelerada por la Plaza Zorrilla a media mañana. «Pienso que es horroroso porque en cuatro días van a tener más derechos los perros que los humanos. No soporto la abundancia de perros que hay pisoteando todo. Yo con mi nieta no puedo entrar en un parque infantil porque seguro que está repleto de orines». Tampoco le parece bien que estas mascotas puedan pasear sueltos tras ver la noticia en El Norte ayer por la tarde. «Creo que es muy peligroso para todos», concluye.
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Entre los argumentos de aquellos que prefieren que los perros no puedan subir al autobús ni tengan zonas donde puedan pasear sueltos, la vallisoletana María Cristina Sainz piensa que «la presencia de animales en el bus puede incomodar a algunos viajeros y han de poner alguna norma», según precisa María Cristina Sainz.
María Cristina Sainz
Miguel Ángel Fernández
Sea como fuere, la medida todavía no está aprobada y es una propuesta que, de salir adelante, estaría sujeta a algunas condiciones, como que los perros ocupen un lugar concreto en los autobuses, lleven el bozal puesto o no puedan acceder en determinados horarios cuando la afluencia de viajeros se incrementa. Todo queda, por el momento, pendiente de la matización necesaria por parte de las autoridades y la decisión de la empresa que gestiona los autobuses urbanos de Valladolid, Auvasa.
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