Secciones
Servicios
Destacamos
Los andamios cubrieron hace un par de semanas el maltrecho edificio que ocupa la esquina de la plaza de Caño Argales, con entrada por el número 3, con la calle Panaderos desde el año 1900 para dar comienzo a la rehabilitación del último inmueble ... más que centenario de un ágora que está pendiente, en paralelo, de una reforma integral para dar respuesta a una reclamación histórica de los vecinos.
Los residentes llegaron a manifestarse en contra de la última remodelación de la plaza, llevada a cabo entre los años 1982 y 1985 –a raíz de un concurso de ideas–, para mostrar su disconformidad con el austero, pétreo y frío diseño de un espacio que aún conserva dos joyas históricas, aunque no en el mejor estado, como son su fuente central con cuatro caños (1878) –de ahí tomó su actual denominación–, hoy dos e inutilizados, y el quiosco hexagonal de hojalata, que con anterioridad estuvo enclavado en la Plaza Mayor. Así que no es de extrañar que los residentes votaran el mes pasado, en el marco de los recién creados presupuestos participativos, destinar un presupuesto de 285.000 euros a la remodelación de la eterna plaza de piedra, que deberán ejecutarse el año que viene.
Los trabajos de remodelación de la plazoleta coincidirán en el tiempo con los de rehabilitación del último pinconcito abandonado de la misma, como era el inmueble del número 3, que lleva más de cinco lustros deshabitado y que perdió a su último inquilino legal hace dos años, cuando el último eslabón de tres generaciones de tenderos de la histórica tienda de Alimentación Heras, Javier Heras, decidió bajar definitivamente la persiana después de 81 años «cortando el bacalao», como rezaba el eslogan del comercio.
Los operarios de la constructora que compró en su día el edificio cubrieron los veteranos muros del inmueble con andamios a mediados de octubre y trabajan ahora en «la limpieza del interior», una tarea ardua debido a la presencia intermitente de okupas durante los últimos años.
«La idea es dejar despejada la estructura lo más posible para examinar su estado de cara a presentar el proyecto de rehabilitación», explican fuentes de la empresa antes de aclarar que la catalogación de la fachada, que mantiene la línea de los inmuebles colindantes de los números 1 y 3, obliga a conservarla para dar continuidad precisamente a sus vecinos en altura y antigüedad. Estos últimos, al igual que los situados enfrente, en los números 5 y 6, han pasado por el quirófano en los últimos quince años.
Caño Argales ya recuperó hace apenas un año otro rincón, esta vez en la esquina con Nicolás Salmerón, donde se ha levantado un moderno bloque de viviendas que nada tiene que ver con sus centenarios vecinos.
Así que todo apunta a que será en 2018 cuando la plaza de piedra diga adiós a las ruinas y salude un nuevo diseño, eso sí, aún por concretar.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.