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Un día sí y uno no, a veces todos los días, los operarios de limpieza del Ayuntamiento de Valladolid tienen que tirar de hidrolimpiadora para ... desincrustar del suelo de la Plaza Mayor y alrededores los excrementos de las palomas. Más aún, si cabe, en el entorno de Fuente Dorada, ya que la fuente es uno de sus sitios de referencia para echar un trago antes de volar para posarse en algún hueco cercano. Y ninguno mejor, parece, que las repisas de las 178 columnas que conforman los soportales de la Plaza Mayor, la calle Ferrari y la plaza de Fuente Dorada.
Por eso la Concejalía de Seguridad y Salud Pública, al cargo de Alberto Cuadrado (Vox), va a poner en marcha un plan antipalomas que consistirá en colocar pinchos en esas ubicaciones para evitar que estas aves se posen. Este lunes por la mañana, por ejemplo, el suelo bajo los soportales de la Plaza Mayor aparecía completamente limpio. Sin embargo, en Fuente Dorada, casi junto al puesto del vendedor de la ONCE, bajo una de las columnas, en las que se habían posado dos palomas, aparecía ya una ristra de detritus procedentes de estas aves. «Es una cuestión no solo de limpieza, sino de salud pública», explica Cuadrado.
Antes de instalar estos pinchos, el Ayuntamiento ha hecho una ronda para hablar con todos los propietarios de los edificios afectados, que han dado su visto bueno para que se instalen estos sistemas que ya se colocaron en su día, por ejemplo, en la fachada histórica de la Universidad de Valladolid. Allí se complementó con una malla que impide que las palomas pasen y aniden en los recovecos de las esculturas.
El concejal de Seguridad y Salud Pública, Alberto Cuadrado, señala que también se han estudiado los callejones situados en el entorno de la Plaza Mayor, de titularidad pública pero cerrados al paso, por si hubiera que actuar también en ellos. Una vez colocados los pinchos antipalomas su departamento adecuará las labores de limpieza de las zonas afectadas en función de si se reduce efectivamente la cantidad de porquería cuando las palomas ya no puedan posarse en las repisas de las columnas. Bien es cierto, eso sí, que utilizan para asentarse las barandillas de los balcones e incluso en los soportes de forja, aunque en menor medida.
La mayor parte de las colúmbidas que revolotean por el centro son bravías. De este tipo, el Ayuntamiento capturó en los primeros seis meses del año más de 3.200 ejemplares. Para ello se emplearon jaulas que se van a seguir utilizando. Pero también se ha incrementado la presencia de palomas torcaces, más complicadas de atrapar por este procedimiento, por lo que en el primer semestre del año lo que se hizo fue retirar sus nidos. Casi seiscientos en esos seis meses.
La lucha contra las plagas de palomas es una constante que se repite cada poco tiempo. Incluso se ha llegado a establecer multas para aquellas personas que deliberadamente las alimenten porque pueden provocar un problema de salubridad. En Zaratán, por ejemplo, un cartel en las farolas advierte del riesgo que supone abandonar restos de comida en la vía pública por la posible aparición de roedores. Las palomas bravías, las más comunes en la capital, se reproducen más en primavera y en verano. Se ha llegado a estudiar también la posibilidad de utilizar piensos que actúen como esterilizantes para controlar la población de estas aves.
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