37, 38, 39 grados... Como si de una carrera se tratara, el mercurio de los termómetros ha ido escalando esta semana sin descanso en Valladolid hasta dejar las temperaturas más altas alcanzadas jamás en agosto, con dos picos de 40 y 39,9 grados ... y tres noches tropicales consecutivas que han impactado en el descanso y en la salud de los vecinos.
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Como válvula de escape, las piscinas municipales repartidas por toda la ciudad, unos recintos que se han convertido en auténticos oasis donde esquivar la ola de calor desde las doce del mediodía y hasta las nueve de la noche. Es miércoles y en la piscina de Canterac, ubicada en el barrio de las Delicias, a los pocos minutos de abrir ya han pasado por el torno de entrada más de 30 personas. En el interior, el paisaje es un calco de los dos últimos meses: zonas ajardinadas que cambian el verde por los colores llamativos de las toallas y una piscina donde empiezan a asomar las primeras cabezas del día. «Estrenamos el agua hoy», comentan los primeros usuarios, que a los cinco minutos de entrar ya están en bikini y bañador.
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Pilar González es una de las habituales de la piscina, y además durante todo el año. Por eso habla con conocimiento de causa cuando asegura que, en ese momento –sobre las 12:00 horas– y en comparación con otros años, no hay mucha más gente. «Yo vengo todos los días y hay las mismas personas, me quedo hasta las 15:00, a partir de ahí ya esto es otro mundo». Y es que por las tardes, como si de otro recinto se tratara, el espacio se transforma. «Aglomeraciones y juventud», describe Pilar las tardes de piscina. «Yo no vengo porque no me puedo meter en el agua, así que para qué». Aunque asegura que «tumbada en la toalla se está muy bien, no hay mejor lugar que la piscina con este calor, aunque precisamente este año, que es cuando menos respiro dan las temperaturas, menos tiempo estoy aquí, otros años me quedaba a comer».
En la hora considerada punta, sobre las seis de la tarde, «hemos llegado a contar 170 personas en el agua», explica Alexander Martín, socorrista en la piscina de Canterac. «Se nota que viene más gente porque hace mucho calor y es algo insoportable». Respecto al horario que prefiere la gente, remarca que existe una división involuntaria por edades. «Por la mañana la gente que suele venir es algo más mayor, las tardes es más de adolescentes». Una diferencia en el perfil de clientes que también se traduce en el uso de las instalaciones. «Durante las primeras horas de la mañana, desde las 12:00, que es cuando abrimos, la gente aprovecha para tomar el sol relajada y para nadar, por las tardes básicamente vienen a pasarlo bien». Tardes en las que los jóvenes llenan tanto la piscina que a veces, desde el puesto de socorrismo, es complicado «controlar si alguien pasa más tiempo del debido debajo del agua». Respecto a las normas de uso de las instalaciones, Martín asegura que, por lo general, se cumplen, aunque «a veces hay que bajar a recordar lo que no se debe hacer, pero no hay mayor inconveniente. En el césped tampoco se producen enfrentamientos por falta de sitio, quizá por otros asuntos, pero no suele haber problema».
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Natalia Carrera
Usuaria
La piscina «es de los mejores sitios donde estar cuando el calor aprieta de esta manera», afirma tajante Natalia Carrera. Tanto es así que ella acude todos los días al recinto. «Normalmente vengo por la mañana, que es cuando mejor se está, y algunos días aprovecho para comer aquí y después me voy». Además de meterse en la piscina, Natalia aprovecha las zonas ajardinadas, siempre en busca de esa codiciada sombra donde pueda desconectar y protegerse un poco del calor. «En vez de venir con una toalla para tumbarme en el suelo, vengo con una silla de playa. La verdad es que no se puede decir otra cosa que no sea que se está de lujo». Respecto a los precios, comenta que se han mantenido los mismos que en el inicio de la temporada y que en estas semanas de alerta amarilla no han existido promociones que abaraten el coste de acceso al recinto.
Mauro Antolín y su familia combaten las altas temperaturas «como podemos», instalados en una toalla debajo de un árbol a la sombra. «Somos usuarios de julio y agosto y aquí venimos todos los días, siempre que estemos y que no sea el periodo de vacaciones fuera, con los pequeños». Su hora es por la tarde, aunque en estos días, aprovechando que ambos progenitores están de vacaciones, pasan las mañanas y las tardes en el recinto para escapar del sofocante calor. «Por las mañanas la piscina está menos masificada, algo que nos viene fenomenal, porque con los niños no salimos del agua». Aunque siempre hay tiempo para dar unos toques al balón y sacar a los muñecos al césped para que también se refresquen.
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«Por las mañanas se está aquí de lujo, porque con este calor que vas a hacer, no vas a encontrar un sitio mejor que este para pasar las horas», así 'solucionan' estas altas temperaturas Eva María Reguera y Rebeca Torres. Todos los días hasta las 14:00 tienen su zona 'reservada' «venimos todos los días, por las tardes bueno… esto se llena de jóvenes y se está de otra forma».
Según informan desde la Federación Municipal de Deportes (FMD), al realizar un pequeño estudio y cruzar la temperatura máxima del día con el número de usuarios, se ha comprobado que las jornadas en las que el mercurio supera los 35 grados, se registran un 25% más de usuarios. Asimismo, los días en los que el calor da un 'respiro' y el mercurio se sitúa entre los 30 y 35 grados, a las piscinas acuden de promedio de dos mil personas. Si la temperatura sube hasta los 35-40 grados, esta cifra se dispara por encima de los 2.500 usuarios.
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