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Sus muros eran un lienzo en blanco enclavado en uno de los entornos más degradados de la ciudad en lo que a grafitis se refiere, como son las riberas del Pisuerga, y especialmente bajo el puente de Juan de Austria. Así que era cuestión de ... tiempo que el recién inaugurado parque Tomás Rodríguez Bolaños comenzara a poblarse de grafitis, algo que ocurrió el pasado fin de semana, cuando los artistas de turno decoraron con dos enormes rúbricas el rocódromo del lateral de un espacio verde de 7.200 metros cuadrados en el que el Ayuntamiento ha invertido 771.000 euros.
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Con anterioridad, apenas unas horas después de su apertura al público (el 25 de octubre) y antes de su inauguración oficial (15 de noviembre), los mismos muros que prolongan la estructura de hormigón del puente de Juan de Austria ya habían sido víctimas de los grafiteros, si bien los autores fueron más comedidos en cuanto a las medidas de sus obras y fueron eliminados enseguida por los operarios de Limpieza.
Los grafiteros, en esta ocasión, han estampado dos enormes rúbricas en las que se intuye las letras 'UPRS' y KAMP (la última es ilegible)', que cubren literalmente los tacos del rocódromo adosado al muro de hormigón destinado al uso y disfrute de los más pequeños. Al lado de las obras de arte sí pueden leerse las firmas de los autores:'Criminals' y 'Arwen', con la fecha de la creación (2019), por sí había dudas. Otros borratajos afean espacios más pequeños del parque, como una tapa de registro y algunos bancos de hormigón.
«Era algo que cabía esperar y es cierto que en su día se barajó encargar un grafiti decorativo (de verdad) para ese muro, pero no se hizo por diferentes cuestiones –incluida la presupuestaria– y no descartamos acabar optando por esa solución», reconocieron los responsables del Servicio de Limpieza el día de la inauguración oficial del parque Bolaños, cuando sus operarios habían eliminado ya algunos pequeños grafitis. Nada ver con los recién realizados ahora. La situación del propio parque, muy metido hacia el río, y la ausencia de cámaras no invitan precisamente al optimismo sobre el futuro de este gran lienzo en blanco.
Poco o ningún efecto disuasorio parecen haber tenido las sanciones impuestas el jueves a cinco grafiteros que fueron sorprendidos por policías de paisano cuando estampaban grafitis en el recién remozado túnel peatonal de San Isidro. Los artistas, conforme a la sanción recogida en la Ordenanza de Protección del Medio Urbano, se enfrentan al pago de multas que oscilan entre los 750 y los 1.500 euros por una infracción grave.
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