David, Saúl y Víctor, la equipación motera al completo, el casco en el antebrazo enhebrado, miran pegatinas y parches, chupas y camisetas en los puestos instalados en la Acera de Recoletos, después de sellar en la Oficina de Turismo el documento que les ... acredita como tres las más de seis mil personas que hasta el momento se han inscrito por Internet para mostrar su apoyo a Pingüinos.
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En un año sin acampada, sin conciertos, sin desfiles de antorchas ni banderas. En un enero en el que no se puede hablar de la mayor concentración invernal de motos de Europa porque como tal no existe, el sello Pingüinos sigue vivo. La hoguera permanece encendida con los actos organizados por el Club Turismoto para este fin de semana, en el que los hoteles tendrían que haber estado llenos y el asfalto a reventar de motos llegadas de otras comunidades y países.
Este año pandémico, el alma pingüinera se tiene que conformar con un mercado de artículos moteros en Recoletos, una exposición de fotos en San Benito, otra de motos antiguas en Vallsur y mañana sábado, tres exhibiciones de 'stunt' y una falla conmemorativa en el Real de la Feria y con límite de aforo (500 personas).
«Es la forma de recordar Pingüinos, de demostrar que estamos aquí y que el año que viene confiamos recuperar la normalidad», asegura Emilio Simó, presidente del motoclub organizador, quien se muestra «sorprendido» por el gran apoyo recibido con la inscripción virtual. Apuntarse es gratis y quien lo hace se puede descargar un 'rutómetro'. Una vez impreso, se deberán conseguir al menos cuatro de los ocho sellos propuestos, que se pueden acumular en establecimientos hosteleros, comercios y hoteles de Valladolid.
«Es una forma de apoyar a la hostelería y la economía de la ciudad», asegura JoséManuel Navas, portavoz del motoclub. Una vez reunidos los sellos, se entrega el documento en Recoletos y se obtiene la mochila amarilla de esta 'no edición' de Pingüinos (con mascarilla, pin, pegatina y medalla), que no computará en el contador de la cita: el año pasado fue la número 38.
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También el alcalde, Óscar Puente, ensalzó la importancia del número de inscritos alcanzados, lo que «demuestra la fidelidad de los motoristas a la marca Pingüinos y sigue siendo una de las señas de identidad básicas de Valladolid. Seguro que este año, si no fuera por la covid, habríamos alcanzado esa meta de los 40.000 participantes».
El regidor y los directivos del club fueron los primeros en colocar una vela simbólica en el volcán instalado en Recoletos (con la inscripción «siempre en nuestros corazones, no os olvidamos»), donde los visitantes al mercado podrán expresar sus condolencias «por las víctimas en carretera y por el coronavirus».
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Entres los puestos, hay clásicos como Kamisutra, con expositor «desde el primer año, desde Tordesillas», recuerda Manolo, quien ofrece camisetas, sudaderas, gorros y fundas de casco. «No hemos faltado a ninguna cita y tampoco podíamos faltar ahora», asegura, con la confianza de que el próximo enero pueda montar su puesto de nuevo en la Hípica Militar. «Esta es la primera vez que vamos a trabajar desde hace meses. Nosotros nos dedicamos a las ferias moteras, y este año no ha habido ninguna. Se han suspendido todas. La última en la que estuvimos fue Moto Madrid, antes de la pandemia», explica Manolo, quien asegura que aplaudió «con las orejas» cuando el Club Turismoto le informó de que habría casetas moteras en Recoletos. «Es un riesgo, es verdad, pero no queda otra. Ojalá que la gente se acerque y disfrute un poco del ambiente de Pingüinos«, asegura.
Desde Petrel (Alicante) llega Ricardo Labrador, de Custom Europa, con su despliegue de marroquinería, calzado y artículos moteros. «Ha sido un año muy duro; vivimos de los eventos y no ha habido ni uno en este tiempo», explica. La última vez que montó fue en Jerez. «Desde entonces nada. Hemos visto que durante el verano se ha permitido el turismo al 100%, con mucha manga ancha, pero a la moto se la ha sancionado y no se la ha dejado trabajar con algo de normalidad«, indica Labrador, con asistencia a Píngüinos desde hace cinco años. «No es lo mismo esto que el ambiente en el pinar, el ajetreo de aquello. Pero esperamos que con medidas de seguridad y mascarillas se pueda disfrutar un poco», indica.
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Justo enfrente tiene su puesto Vicente, de Viche Custom, quien exhibe camisetas personalizadas, pines, riñoneras, anillos... «Nosotros también estamos parados desde marzo, sin asistir a eventos. Tenemos la esperanza de que la situación pueda remontar, porque han sido unos meses muy difícil», asegura Vicente, quien durante este tiempo ha tenido que recurrir a otros empleos («encontré un trabajo de conductor») para subsitir.
«No ha sido fácil», apunta José Alberto Angrango, llegado desde Galicia con un puesto de «pulseras de cuero, camisetas moteras, anillos de calaveras...». Su asistencia a Pingüinos es habitual desde hace siete años y no ha querido faltar a esta edición especial. Por su compromiso con al cita, pero también porque la situación no ha sido fácil. «He seguido pagando autónomos, pero sin trabajar. Los ahorros se acaban y hay que ingresar», dice, con la confianza también de que esta cita en Recoletos atraiga la atención de los apasionados a las motos.
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