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400 luces iluminan Valladolid en recuerdo a los motoristas fallecidosLa última parada de Pingüinos. El desfile de antorchas, una imagen solemne para cerrar cuatro días de concentración que hacen que Valladolid se ilumine con las luces de las bengalas que recuerdan a los motoristas fallecidos en carretera durante el último año. 400 personas han ... participado en la comitiva, que ha partido desde el puente de Isabel la Católica, con una cola de motos que alcanzaba hasta el de Poniente antes de que los vehículos echaran a andar. El destino, la Acera de Recoletos, donde ha tenido lugar el momento más emocionante de Pingüinos. La interpretación de 'Vientos de silencio', una tradicional estampa de la concentración que siempre pone un punto y final emotivo a la concentración.
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Sergio García
Luces verdes, rojas y amarillas. 400 antorchas han desfilado por el centro de la ciudad y, detrás de cada una de ellas, un significado muy personal para cada uno de los portadores. Antorchas como la que ha llevado la madrileña Ángela Ramos. «Por suerte no he perdido a nadie cercano. Vengo por libre y la llevo para homenajear a todos los compañeros que han fallecido en carretera», explica. Ella acompaña en la moto a Nacho Hernández –los pilotos no pueden portar la antorcha–, para quien el desfile tiene un significado personal. «Para mí representa a los familiares que han fallecido. Para cada uno este desfile significa rendir homenaje a un ser querido. Por suerte, no he perdido a nadie por la moto. Ojalá nunca lo tenga que vivir esa situación. Para mí, estar hoy aquí es una manera de pedir porque nunca se vaya nadie que quiero por ello», afirma. Del desfile, ambos destacan el respeto con el que se percibe desde encima de la moto y desde dentro del casco. «Nosotros lo vivimos como algo muy especial. Es un momento íntimo y el más impresionante de Pingüinos», coinciden. Y así, con ese respeto y sentimiento, ambos han desfilado con la antorcha en la mano y el recuerdo en la mente.
Fue a las ocho de la tarde cuando las primeras antorchas se encendieron y los pingüinos echaron a rodar sus motos para aquellos que ya no pueden hacerlo más. El particular sonido de los acelerones fue la manera de rendir homenaje a los caídos en el momento más especial de la concentración, que siempre atrae la mirada de los vallisoletanos, quienes también comulgaron con el silencio y el respeto que merece este desfile. Apostados en torno al paseo de Isabel la Católica para observar la solemne comitiva. Fueron poco más de veinte minutos el tiempo que los 400 participantes tardaron en llegar hasta su destino. El penúltimo de la concentración, todavía queda el final y más importante de todos, regresar a casa.
Una vez finalizado el acto, los últimos pingüinos aprovecharon para despedirse de Valladolid quemando rueda en la Acera de Recoletos. Dejando sobre el asfalto la huella de sus neumáticos después de su nuevo paso por la ciudad.
El desfile de antorchas supone el punto y final de otra edición más de Pingüinos, pero también sirve para concienciar sobre los accidentes de tráfico que sufren los motoristas. En todo 2023, 299 conductores de estos vehículos perdieron la vida en las carreteras españolas. Ayer, cada antorcha fue una luz que sirvió para homenajear a cada uno de ellos.
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