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«No hay accidente, ni incidente ni una pizca de riesgo». Así explica Anulfo González el aterrizaje del globo que pilotaba el pasado sábado y que tuvo que aterrizar en el paseo Juan Carlos I de Valladolid, ante la atenta mirada de decenas de curiosos ... que sacaron su móvil para ver cómo su aeronave tocaba tierra en Las Delicias. «No todos los días aterriza un globo aerostático en la puerta de tu casa», añade Anulfo González, con más de treinta años de experiencia en el aire.
Un hecho que el propio González lo tilda de «anecdótico» y que sucedió cuando la luz del día se empezaba a ocultar por el horizonte. «Tuvimos un cambio en la previsión meteorológica, pues pensábamos que nos iba a permitir cruzar la ciudad a buena velocidad. Pasamos por encima de la Plaza Mayor y al ver que bajaban la intensidad de la luz y la velocidad del viento decidimos aterrizar en el lugar más seguro. Dentro de una cosa que parece aparatosa fue un aterrizaje controlado, con la tripulación debajo y con muchas personas voluntarias. Lo agradecemos infinitamente porque gracias a ese trabajo fue todo lo más rápido posible. Al día siguiente volamos con normalidad», explica Anulfo González.
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Precisamente, ante la imposibilidad de superar la ciudad al completo y aterrizar en un lugar más alejado, el piloto se puso en contacto con su tripulación, que se trasladó hasta Las Delicias a la par que avisaba a la Policía Municipal para cortar el tráfico. «Informamos del punto del aterrizaje y los agentes nos ayudaron para obstruir lo menos posible el tráfico. No se puede calificar ni de incidente al no haber heridos. Sabemos que los globos son novedosos y de hecho hemos visto tantos vídeos como personas se encontraban en esa calle. Pero siempre estuvo controlado», explica el piloto del globo, natural de Madrid.
Precisamente, el propio Anulfo González hace hincapié en la falta de luz. «No te puedes arriesgar a seguir con el globo. Tenemos ya una experiencia para saber tomar estas decisiones. Si esto pasa por la mañana, no hubiéramos tenido ningún problema», insiste el experimentado piloto, quien valoró tomar tierra en un espacio cerrado.
«Antes de llegar al punto elegido, vimos algún espacio acotado, pero tienes que pensar en el posaterrizaje, cómo salir de ese recinto cerrado y luego cómo sacar el globo. Eso lo vivieron los que tomaron tierra en el colegio. No puedes aterrizar en un sitio y luego encontrarte con una valla de dos metros», destaca González.
A pesar del aterrizaje sorpresa en plena capital, Anulfo terminó el XIX Open Valladolid de Aerostación Memorial Diego Criado del Rey en primera posición. Una competición que dio colorido al cielo vallisoletano durante el segundo fin de semana de las fiestas de la Virgen de San Lorenzo, aunque el sábado existieran los percances de las aeronaves en vías transitadas por los ciudadanos. «El triunfo es lo de menos. Lo importante era estar con los familiares de Diego Criado. Y eso lo hemos vuelto a conseguir. Creo que soy el único piloto que he estado en todas las ediciones. Y, por supuesto, el próximo año volveré a viajar hasta Valladolid», concluye Anulfo González.
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