Valladolid

Pilarica estrena el séptimo ascensor urbano y Girón lo hará este año

«Con este paso conseguimos garantizar la accesibilidad universal y la movilidad vertical en un paso inferior donde no se tuvo en cuenta en el momento de su construcción», ha remarcado el concejal de Tráfico y Movilidad, Alberto Gutiérrez Alberca. La cabina del recién estrenado ascensor permite transportar hasta trece personas y soporta un peso máximo de una tonelada. Desde el Consistorio manejan unas previsiones uso de en torno a los siete mil usuarios al mes. «Se puede hacer una estimación parecida a las que existen mensualmente en otros pasos similares, como el del paso inferior de Panaderos, donde los usos ascienden hasta esta cifra», ha remarcado el concejal.

Los vecinos del entorno celebran la inauguración del elevador, «que ha tardado demasiado tiempo en llegar». «Era una inversión necesaria. Aquí vive mucha gente mayor, personas en sillas de ruedas, otras que empujan carritos y que llegaban ahogadas después de subir la cuesta. La pena que desde que se empezó a hablar de esto y hasta ahora han pasado cuatro años. Sabemos que las obras públicas van lentas, pero quizá tendríamos que hacer algo para que no lo fueran tanto», ha expresado María del Pino Lozano, la presidenta de la asociación vecinal.

Con el ascensor hecho, desde el colectivo ponen ahora la vista en otros aspectos. «Esperemos que con esto no hayan terminado las intervenciones aquí. Hace falta poner unos respaldos en los asientos para que la gente mayor se pueda sentar y conseguir que haya sombra en la plaza que no hay ninguna. Estas cosas se han pedido, y estaban presupuestadas en los presupuestos participativos, pero como se han tenido en cuenta, pues nada. Nos tenemos que quedar en el olvido», lamenta la presidenta, quien también reclama un centro de salud o arreglar los rebajes de las aceras.

El proyecto del ascensor de Rafael Cano forma parte de un contrato donde también se incluye el ascensor de la calle Veleta, en el barrio Girón, que facilitará el acceso hasta la plaza Porticada. Aquí, el desnivel es de hasta quince metros. Cuando se complete la construcción, que cuenta con un plazo de ejecución de ocho meses, los vecinos salvarán una gran escalinata de 93 peldaños divididos en once tramos. Este ascensor contará con una cabina panorámica de 1,40 metros de ancho por 1,90 de fondo y tendrá capacidad para 17 personas. En la parte alta se procederá a instalar una pasarela de más de veinte metros de longitud para llegar hasta el ascensor.

Por el momento, los operarios llevan tres semanas trabajando en la obra, que estuvo suspendida varios meses por diferencias de tipo técnico entre el Ayuntamiento y Prace, la empresa constructora. La construcción de estas instalaciones cuenta con una inversión de 783.829 euros, algo más que los 668.093 euros previstos cuando se adjudicaron las obras en 2024, y debería estar finalizada este mismo año al estar financiada con fondos europeos. La previsión es que se incremente en dos metros la distancia entre la torre del ascensor y la actual escalinata, para que la excavación del foso se pueda acometer con mayores garantías y sin perjudicar la actual subida peatonal. Por el momento, los operarios han procedido a cortar el margen izquierdo de la escalinata, el que se verá más afectado por la intervención, con lo que la subida y la bajada solo se permite por el otro lado.

En el caso de Pilarica, el ascensor ha contado con una financiación de 328.170 euros, financiados en un 90% por el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y dentro del programa de ayudas para la implantación de la ZBE, la transformación digital y sostenible del transporte urbano. «Es un modelo modernistas, vanguardista, silencioso y que cumple con los parámetros de seguridad y videovigilancia. Por lo tanto, a través de estos fondos Valladolid va a contar con un nuevo ascensor», ha apuntado el delegado del Gobierno en Castilla y León, Nicanor Sen. La inauguración del ascensor se suma a otros elevadores de Valladolid, como los dos funiculares del barrio de Parquesol, el del paso inferior de Panaderos y los tres de San Isidro.