RODRIGO UCERO

No te pierdas las mejores patatas bravas de Valladolid

El Norte escoge los cinco locales de Valladolid donde las patatas y su salsa destacan por su calidad, ejecución y sabor

Laura Negro

Valladolid

Sábado, 11 de junio 2022, 00:21

«¡Marchando una de bravas!». Esa, muy posiblemente, es una de las frases más repetidas por los camareros vallisoletanos. Y es que, en Pucela, las patatas bravas son toda una institución a la hora del tapeo, del vermuteo y del tardeo. Toda buena barra de ... pinchos que se precie, tiene a la vista del público una ración este sabroso y apetecible tubérculo, que resulta perfecto para compartir con amigos junto a una caña bien tirada y fría.

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Aunque parezca una receta sencilla, nada más lejos de la realidad, porque cocinarlas bien, tiene su complejidad. La mismísima ONU las reconoció en 2008 como un plato típico español. En Valladolid hay verdaderos templos en los que se trata a esta tapa como se merece, cada unola cocina a su manera y todas, resultan irresistibles. Unos hosteleros apuestan por incluir una generosa salsa con gran presencia de pimentón, otros por un sutil toque de cayena o tabasco y los hay que prefieren darle un acabado personal con alguna especia difícil de reconocer. Casi todos, se reservan algún ingrediente secreto que las hace únicas y especiales y, en cuanto al cocinado, las hay cocidas, las hay fritas y algunos las cocinan en dos tiempos. También encontramos cortes muy distintos. Así, en Valladolid hay bravas chips, de dado, de gajo, chascadas y algunas hasta con piel, pero todas todas, todas, todas, tienen algo en común, el punto de picante justo que permita apreciar el sabor de la patata.

Cada ración de bravas de cada bar de Valladolid, tiene una historia detrás. ¿Nos vamos de ruta por los mejores locales para conocerlas y saborearlas?

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    La Mejillonera

Javier González muestra su ración de patatas bravas. Rodrigo UCERO

Es pensar en bravas y automáticamente nos transportamos a La Mejillonera. En su barra y en sus mesas, el combo de mejillones, patatas bravas, bocata de calamares y cerveza, es lo más habitual. La cremosidad de su alioli y el punto de cocinado de la papa, convierten a esta tapa en el bocado más selecto. «Las patatas bravas son un plato español que es patrimonio de todos, pero nuestra receta data del año 1967. La inventó mi padre y dio en el clavo con sus ingredientes, porque hasta el día de hoy, sigue gustando mucho», cuenta orgulloso su gerente, Javier González.

La salsa madre está hecha con aceite y ajo y se completa con una salsa roja picante que se vierte justo en el momento de servir al cliente. «El éxito que tiene esta ración se basa en la manipulación de la materia prima. Una patata es un producto muy sencillo, pero hay formas y formas de tratarla. Aquí la patata la tratamos de una manera diferente para que tenga este sabor. Cuando la pelamos, siempre la mantenemos en agua muy fría, si no lo hacemos así, pierde sus propiedades. También es importante que sea picada y cocinada en ese mismo día. A la hora de cocinarlas, las pochamos en aceite, a muy baja temperatura, durante mucho tiempo. Otra de las virtudes de este local es que la salsa está hecha en el momento», informa González. «Para gente menuda y familias, también tenemos la opción de nuestras patatas mansas, que no incluyen el picante y son igualmente deliciosas», añade. El precio de la media 2,5€ y ración completa 3,6€.

  • Dirección: C/ Héroes de Alcántara,8

  • Precio: media ración 2,5€ y completa 3,6€.

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    Vinos Merino

José Antonio Merino y María Escudero muestran las distintas variedades que ofrecen en su local. RODRIGO UCERO

Es toda una institución de la hostelería vallisoletana. Fundado en 1964 por Eulalio Merino en la calle Leopoldo Cano, ahora lo dirigen su hijo José Antonio y su mujer María Escudero en su nueva ubicación, pero con la solera de antaño. Por sus manos pasan cada día 25 kilos de patatas y su salsa es una receta familiar, que no desvelan. «En esta casa lo más típico son las patatas, aparte del arroz con bogavante, que es cosa fina», dice José Antonio Merino. «Desde hace décadas, con la consumición siempre regalamos una tapa de patatas fritas con pimentón picantillo. Aquí todo el mundo chatea con una de fritas. Aparte, como ración tenemos unas bravas especiales sin gluten y, por supuesto, nuestras patatas bravas originales, que son fuera de serie. La receta era de mis hermanas y la hemos ido adaptando con los años», presume este hostelero. «Nosotros las cocemos y en la salsa echamos pimentón, harina y algún secreto más. Tiran a picantes pero sin ser abrasivas», bromea María. El precio de la ración, 4 €.

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  • Dirección: C/ Conde de Ribadeo,2

  • Precio: 4€ la ración

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    Restaurante Herbe

Pilar Hernández muestra una versión de pincho y otra de ración. RODRIGO UCERO

Otra de las instituciones de la gastronomía pucelana es este céntrico resaurante, cuya historia se remonta al año 1964, cuando Francisco Hernández Benito lo funda. Actualmente la hija de éste, Pilar, es la que mantiene con celo la tradición y las recetas que heredó de su padre. «El secreto de las patatas bravas está en el producto, en freírlas en aceite muy limpio y en hacer la salsa con esmero. Nosotros utilizamos patatas agrias de la mayor calidad. A nada que se cambie algo delnproceso o del producto, el cliente enseguida lo peribe», dice la dueña del Herbe, quien señala que su fundador, Francisco, está orgullosísimo de que su receta siga siendo una de las favoritas del público. Tenemos clientes de toda la vida, que empezaron a venir siendo universitarios y ahora, continúan tapeando, ya de jubilados. Muchos vienen desde otras provincias para comer nuestras bravas», destaca. «Antaño, se llenaba la calle de gente y nos pedían tantas raciones que no nos daba tiempo ni a cantar las raciones a la cocina. Gritábamos '¡Una!, ¡dos!, ¡cuatro!...' porque no podíamos pararnos a decir '¡Una de bravas!'. Son un clásico que no pasa de moda. Hay fines de semana que cocinamos hasta 100 kilos», informa. El precio de la tapa, 2,80. Ración, 4,5 €.

  • Dirección: C/ Correos, 6

  • Precio: la tapa, 2,80 y la ación, 4,5 €

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    Bar La Sepia

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Fundado en 1974, éste es uno de los bares de tapas más típicos de la ciudad. Ir a Valladolid y no hacer una visita a su barra, es un auténtico pecado. La clave de su fama está en la calidad del producto y en su receta de alioli, que está guardada bajo llave. Pepe y Servando Martínez son los actuales dueños, pero antes que ellos, este imperio gastronómico estuvo dirigido por sus hermanos mayores, Tino, Ángel y Chema.

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La especialidad de la casa, como no podía ser de otra manera, es la sepia, sin embargo, las patatas bravas y también las alioli, la siguen a la zaga. «Nuestras bravas tienen una característica que las hace diferentes a las bravas típicas y es que va cocida, y por eso, muchos clientes dicen que son las mejores. Valoran mucho que vaya cocida en lugar de frita», dice Pepe.

La salsa se ha ido adaptando a los nuevos tiempos. «La receta original la inventó mi hermano Faustino. La base era la clásica tapa de patatas con pimentón, conocidas como nécoras, que se daba en las tascas antiguamente. La receta la hemos ido modificando, incluyendo salsa de tomate, ajo y otros aderezos, hasta obtener el sabor actual, que es too un éxito. Evidentemente pican, por eso, las llamamos bravas», cuenta Pepe. El precio de la media 2,5 y ración completa 3,5€.

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  • Dirección: C/ Jesús, 1

  • Precio: media ración 2,5 y completa 3,5€

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    Casa Tino

La propuesta de Casa Tino, cortadas en forma de chips y coronadas por una deliciosa salsa con pimentón picante. RODRIGO UCERO

Maru Martínez (hermana de los dueños de La Sepia), es el alma mater de este establecimiento. Pertenecer a una saga de referencia en la hostelería vallisoletana le hace tener el listón muy alto con la calidad de su oferta culinaria. Sus famosos huevos fritos y todas sus raciones son sinónimo de sabor y de tradición. También sus patatas bravas, cortadas en forma de chips y coronadas por una deliciosa salsa con pimentón picante resultan de lo más irresistibles. El toque final lo pone la sal en escamas y el pimentón alegre. «Nuestro secreto es que utilizamos una patata agria de excelente calidad y la cortamos muy finita. Es la misma con la que acompañamos los huevos fritos, que son la seña de identidad de Casa Tino. Las patatas por sí solas están deliciosas y hay gente que incluso las toma solas', dice Maru. 'Las pelamos, cortamos y freímos y las bañamos en una salsa muy especial. Tardamos mucho en dar con ella y la hemos variado en distintas ocasiones hasta encontrar el punto perfecto. Estamos muy contentos porque son muy demandadas. . El precio de la ración es de 4€.

  • Dirección: C/ Alarcón, 1

  • Precio: 4€ la ración

Además de estas recomendaciones sobre dónde disfrutar de las más sabrosas patatas bravas de Valladolid, aquí puedes encontrar una ruta con algunos de los mejores helados artesanos de la ciudad o las mejores tortillas de patata.

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Todo ello en nuestro espacio dedicado a los mejores sitios para comer y beber en Valladolid.

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