Le piden 12 años de cárcel por poseer un alijo de droga de 132.000 euros, un machete y una pistola

Entre el 4 y 5 de agosto de 2020 la Policía Nacional de Valladolid desmanteló «uno de los puntos más importantes de venta de drogas sintéticas y de diseño de la ciudad». Se llamó la Operación Trainer y de esas pesquisas, que superaron el medio año de investigación, los agentes detuvieron a Rodrigo Fernández Quevedo, como principal sospechoso, y David Diez Cuadrado. Dos años después, los dos implicados se sentarán este lunes en el banquillo de la Audiencia Provincial acusados de delitos contra la salud pública y por tenencia ilícita de armas.

Delitos por los que la Fiscalía solicita a Rodrigo Fernández, que ya ha cumplido condena por hechos similares, doce años de cárcel y una multa de 400.000 euros (diez por poseer sustancias que causan grave perjuicio contra la salud y otros dos al ser intervenido un machete y una pistola) y cuatro años de prisión y 200 euros para David Diez por tráfico de estupefacientes.

Los hechos se remontan a los días 4 y 5 de agosto de 2020, cuando la Policía Nacional detuvo a los dos acusados, ambos con numerosos antecedentes policiales, como presuntos responsables de un delito de tráfico de sustancias estupefacientes y tenencia ilícita de armas.

Tras realizar diversas gestiones acerca de uno de los arrestados, que presuntamente se dedicaba a la venta de sustancias estupefacientes (sintéticos) en la calle Industria y sus inmediaciones, los investigadores establecieron en la zona un dispositivo al objeto de comprobar la existencia del delito e identificar a las personas que pudieran tener participación en dicha actividad

Como consecuencia de las pesquisas realizadas, comprobaron que al lugar acudían clientes habituales de locales nocturnos de la capital vallisoletana, realizando breves contactos dicho individuo, el cual les entregaba sustancias estupefacientes a cambio de dinero.

La investigación iniciada a finales de 2019 fue de una gran complejidad, debido a las extremas medidas de seguridad adoptadas por el investigado, para detectar cualquier presencia policial y de esta forma poder llevar a cabo su actividad ilícita.

Tras detectar una venta de drogas en su domicilio de la calle Industrias, los agentes interceptaron a David Diez con 25 gramos de ketamina y 103 pastillas de éxtasis. Tras la detención del comprador, procedieron también al arresto de Rodrigo Fernández, procediendo a la realización del registro de su domicilio, interviniendo en dicho registro: 5.000 gramos de speed, 1.600 gramos de ketamina, 600 gramos de MDMA y 2.800 pastillas de éxtasis, una pistola marca Browing Patet Belgium de calibre 7,65 milímetros, así como numerosos cartuchos, 860 euros, cuatro teléfonos móviles, un vehículo, así como diverso material para la elaboración y venta de drogas.

El valor total de las sustancias intervenidas en el mercado ilícito ascendería a 132.000 euros.

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